A últimas horas de la noche del domingo y mientras los hinchas de River festejaban haberse convertido en los campeones de la Copa Libertadores en Madrid, la policía llevó adelante un desmedido y violento operativo para desalojar los alrededores del Obelisco donde se convocaron para la celebración.
«Estábamos cantando y empezaron a disparar con balas de goma sin mediar palabra», dijo a la prensa uno de los simpatizantes que se encontraban en la zona de Perón y 9 de Julio en el momento de los disparos. Todos coinciden en que no hubo incidentes previos a la aparición de la policía y que los disparos «arrancaron de la nada». La balacera desencadenó una lluvia de piedrazos y botellazos con la intención de alejar a las fuerzas.
También se lanzaron gases contra los hinchas por lo que pasadas las doce de la noche, se provocó una tremenda corrida por los alrededores de la zona. Fueron minutos de corridas, gritos y empujones se vivieron en una noche que terminó con heridos y si bien aún no está confirmado, algunos detenidos.
El viernes ya se había anunciado un gran operativo policial en los alrededores del Obeslico para evitar posibles incidentes y se había trazado un recorrido diferente de transporte público para evitar demoras.
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Por otro lado, alrededor del estadio de Núñez, donde también se habían agrupado a festejar, a medianoche continuaba la celebración sin disturbos.