El Club Social y Deportivo Yupanqui, allá por 2001, se hizo famoso como el equipo con menos hinchas del fútbol argentino: pasaron dos décadas pero todavía sigue yendo a la cancha Adrian Solomita, el simpatizante que recibía a su equipo en lo alto de un paravalancha en aquella publicidad de Coca Cola. El Club Atlético Atlas, a su vez, también tuvo su momento en los medios, incluso más allá de nuestras fronteras: a partir de 2006 se hizo conocido en Sudamérica como el equipo del reality show de Fox Sports, «La otra pasión».
Hasta hace un año y nueve meses, Yupanqui y Atlas eran los únicos dos equipos, junto al Centro Recreativo y Social Centro Español, que siempre habían jugado en la Primera D, o sea el subsuelo del fútbol argentino: nunca -ninguno de los tres- habían ascendido. Hasta que, en enero de 202, Atlas subió a la C y ayer domingo, mientras el Monumental despedía a Marcelo Gallardo y Boca perdía una chance para acercarse al título de la Superliga contra Newell’s en Rosario, se jugó la final por el único ascenso de la D a la C. Y no era un partido cualquiera.
Como si estuviera guionado, se enfrentaron, justamente, Centro Español (campeón del Apertura, el torneo del primer semestre) y Yupanqui (campeón del Clausura, el segundo torneo del año). Podría decirse que, además del ascenso a la C, estaba en juego la final para evitar ser el peor equipo de la AFA: el único de los 87 (en región metropolitana, sin contar los no afiliados directamente) que nunca pudieron trepar de la última categoría.
Para darle más épica al asunto, la primera final -jugada el lunes 10- había terminado 0-0. La segunda final, disputada ayer, terminó también 0-0. Fueron al alargue. Los primeros 15 minutos siguieron sin goles. Hasta que, a los 9 minutos del complemento del suplementario de la revancha, y después de 46 años en la D (desde que se había afiliado a la AFA, en 1976), Yupanqui se puso 1-0 con un gol del defensor Lucas Basso y consiguió el ascenso a la C.
Que, en este tipo de clubes a pulmón, barriales, amateurs, implica ganar la Champions League. O el Mundial de Qatar 2022.
Yupanqui es un club de Villa Lugano que este año cambió su historia, no sólo ayer: a comienzos de año ya había estrenado su pequeñísimo estadio en Ciudad Evita, con tribunas mínimas y campo de juego que, dicen quienes jugaron ahí, tienen dimensiones más pequeñas de las permitidas. Muy curioso: Centro Español echó al técnico que lo había hecho ganar el Apertura, Ricardo De Angelis, porque, al enfrentarse por el Clausura, criticó el campo de juego.
Yupanqui será cola de león pero su principal dirigente, Dante Majori, es el presidente de la Divisional, de la Primera D. En un ámbito en el que las autoridades de los clubes son leales entre sí, Centro Español decidió despedir al técnico que había criticado a equipo «amigo».
Con Yupanqui ya en la Primera C en 2023 -donde volverá a enfrentar a Atlas-, Centro Español (el club de Haedo, en el oeste de Buenos Aires) quedó como el «peor» equipo de Argentina. Comenzó a jugar en los torneos de AFA en 1959, por lo que en 2023 cumplirá 64 años en el sótano del fútbol argentino.
«Las únicas cuatro temporadas en las que dejó de participar en la D no fue por un ascenso a la C sino por el motivo inverso: una caída al vacío. La AFA quitó esa penalidad en 2017 pero durante un par de décadas castigó con un año de desafiliación al club que saliera último de la última categoría, lo que implicaba un año sin poder jugar. A Centro le ocurrió cuatro veces, en 1995, 2005, 2007 y 2015, tiempos sin fútbol para el equipo», publicó la revista mexicana Gatopardo en un artículo publicado el año pasado.
En 2023, Centro Español jugará en la D con El Porvenir, el club que -en los 80 había jugado ante Racing y San Lorenzo en la B- este año estuvo involucrado en los casos de apuestas y descendió a la última categoría. Allí lo espera el equipo que acaba de perder la anti final del fútbol argentino.