Con la escuálida victoria por 1 a 0 ante Marruecos se cerró para la Argentina la última gira previa a la Copa América de Brasil, el único objetivo que tendrá la Selección en este año, el siguiente al desastre de Rusia. Más allá de la sorpresiva derrota ante Venezuela, en Madrid, del regreso de Lionel Messi y de la guapeada de Ángel Correa para marcar el gol del triunfo en Tánger, quedan en el aire flotando muchos interrogantes que aun parecen sin respuesta. Basta un ejemplo: seis días atrás, el seleccionador Lionel Scaloni había dicho que tenía más del “80% de la lista para la Copa definida”. Después de estos dos partidos, recalculó: “Ese porcentaje disminuyó al 70”.
A más de nueve meses de la eliminación en octavos de final de Rusia 2018, la Asociación del Fútbol Argentino no parece haber parido ningún proyecto para la Selección Mayor. Sí se consolidó la estructura en Juveniles, con una buena actuación en el Sudamericano Sub 20 y a la espera de que lo que sucede en estos días con la Sub 17 que entrena Pablo Aimar. Pero el proceso que comanda Lionel Scaloni, acompañado por Walter Samuel y Roberto Ayala, parece marcado por la improvisación. En la previa a esta serie de amistosos, el director de selecciones nacionales, César Luis Menotti, había dicho que él “no hubiera convocado a Messi” hasta que no haya una estructura de equipo. Parecía un aviso de lo que se vendría.
Pero el saldo fue más negativo de lo que se podía prever. No sólo que el regreso del capitán no fue alegre por la inesperada caída ante Venezuela: además volvieron a posarse sobre el 10 todos los malos humores, las críticas y las broncas que genera la Argentina. Y no se vio nada de lo que parecía ser la virtud de Scaloni en los amistosos del año pasado, aquello de apostar por lo más simple, de tratar de imponer un equipo lógico sin secretos. En Madrid, salió de inicio con una línea de cinco defensores que duró un suspiro para luego ubicar a Nicolás Taglafico como volante, un puesto que no es habitual para él. Probó muchísimos jugadores pese a que ya tiene un “80% de la lista definida”, como él admitió. Hasta cambió de arquero a 20 minutos del final del partido ante Marruecos, como si en ese tiempo pudiera hacer alguna evaluación del debutante Juan Musso. Fue una imagen más del desconcierto.
“Si salteamos el partido con Venezuela, creo que estamos bien. Como dije el día que se hizo el sorteo de la Copa América: le vamos a dar guerra a quien venga”, dijo el DT Scaloni después del triunfo ante el equipo marroquí. Curioso análisis, ya que el juego ante Marruecos fue muy hostil, con las ráfagas de viento como protagonistas y un número muy alto de infracciones por equipo. Como sea, esa será la última imagen de la Argentina hasta que intente a partir de junio cortar en Brasil lo que no logra hacer hace ya 26 años: levantar una copa. En todos estos años de sequía, parece el momento de peor presente. Pero se sabe: el fútbol no siempre es lógico.