Este martes Tapia comienza segundo mandato hasta 2025, con la posibilidad de seguir hasta 2029. El Comité Ejecutivo quedará compuesto por seis vicepresidentes -Jorge Ameal (Boca), Marcelo Tinelli (San Lorenzo), Hugo Moyano (Independiente) y Rodolfo D’Onofrio (River) por la Liga Profesional; Marcelo Achile (Defensores de Belgrano) por el ascenso metropolitano; y Guillermo Raed (Mitre de Santiago del Estero por el ascenso Interior-. Y lo completarán Víctor Blanco (Racing), secretario general; Luciano Nakis (Deportivo Armenio), prosecretario; Horacio Martignoni (Sarmiento), protesorero; Nicolás Russo (Lanús),secretario ejecutivo y Maximiliano Levy (Almirante Brown), prosecretario ejecutivo.
- Su asunción
Barrendero, vicepresidente del Ceamse, centrodelantero y presidente de Barracas Central eran algunos de los antecedentes que aparecían en el currículum de Claudio “Chiqui” Tapia cuando el 29 de marzo de 2017 se erigió como el primer presidente electo de la Asociación del Fútbol Argentino desde la muerte de Julio Humberto Grondona, el 30 de julio de 2014. Con los dirigentes del Ascenso y del Interior como grandes aliados, Tapia logró terminar con casi cuatro años de ingobernabilidad que dejó el vacío de Grondona tras su conducción a pulso durante 35 años. La inestabilidad en ese período incluyó el débil mandato de Luis Segura, que asumió como segundo de Grondona, el insólito empate 38 a 38 para elegir a un sucesor y el posterior desembarco de la Comisión Regularizadora, patrocinada por el expresidente Mauricio Macri.
2. La relación con Messi
Apenas diez días después de haber asumido, el primer acto de Tapia como presidente fue viajar a Barcelona a reunirse con Lionel Messi. En Marzo de 2017, el rosarino había sido sancionado por cuatro fechas por haber insultado al juez de línea brasileño, Emerson Augusto de Carvalho, durante un partido de Eliminatorias ante Chile, en el Monumental. Los meses anteriores con la camiseta de la Selección habían sido tortuosos para el mejor jugador del mundo: en 2016 había decidido renunciar tras perder la final de la Copa América de Estados Unidos, donde incluso llegó a definir como “un desastre” el manejo de los dirigentes de AFA. Para Tapia reconstruir la relación entre Messi y la Selección fue una prioridad. No sólo es el 10 y el capitán: además es el principal activo económico del fútbol argentino. Las gestiones en FIFA para reducir aquella sanción fue un primer paso. A partir de ahí, el vínculo entre el jugador del Barcelona y el presidente de la AFA se volvió más cercano. El fraternal abrazo luego de la agónica clasificación al Mundial de Rusia, en Quito, fue una muestra. Luego de la eliminación ante Brasil, en la Copa América 2019, cuando Messi calificó de “corruptos” a los dirigentes de Conmebol, Tapia dio un paso más allá: se sumó a las declaraciones del 10 y arrancó una guerra pública y epistolar con la Conmebol. Pareció una ruptura definitiva entre la casa madre del fútbol argentino y la de Sudamérica, pero luego de unos meses hicieron las paces.
3. La apuesta por Sampaoli
“Tenemos al mejor técnico del mundo”, dijo Tapia cuando confirmó que Jorge Sampaoli se desvincularía del Sevilla para ser el técnico de la Selección Argentina de cara al Mundial de Rusia 2018. La convicción le duró menos de un año: luego de la decepción en Rusia, decidió despedir a Sampaoli, en una salida muy desprolija. Mientras arrastraba problemas económicos, la AFA le pagaba al mismo tiempo el salario a tres entrenadores que no habían cumplido su contrato: Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli. La previsión en la elección del entrenador de la Selección Mayor parece ser una de las grandes deudas de Tapia: luego de meses de incertidumbres e interinatos, quien quedó al mando fue Lionel Scaloni, en su primera experiencia como técnico. Al tiempo, convocó a César Luis Menotti como Director Nacional de Selecciones, en una función que a un año y medio de su asunción no termina de conocerse. La contracara son las juveniles, donde después de diez años de improvisación hay un proyecto claro, con la participación de mucho de los jugadores que se formaron durante la era de José Pekerman y retoman su legado.
4.El poder político
Los vínculos entre el poder político y el deportivo en la Argentina existen desde siempre. Y en el fútbol, el deporte más popular del país, esas conexiones se acrecientan. Quizá nunca como en los últimos cuatro años. El currículum con el que Tapia llegó a la presidencia de la AFA también tenía algo de árbol genealógico: forma(ba) parte de la familia Moyano. Y su mandato en AFA coincidió con el de Mauricio Macri, expresidente de Boca durante doce años. Con la doble tenaza de la amenaza judicial personificada en Daniel Angelici y la asfixia económica, Macri asomó su nariz a la decisiones futbolísticas como nunca lo había hecho un gobierno nacional aunque nunca logró su gran sueño: el desembarco de las sociedades anónimas en el fútbol argentino. Tapia, Macri y Angelici tuvieron una relación cordial por conveniencia, que incluso llegó a darle forma al proyecto de ser sede del Mundial 2030. Quienes estaban a cargo de esa postulación eran nada menos que Ramón Puerta y Fernando Marín, dos hombres del riñón de Macri. Con las derrotas electorales de 2019, Angelici y Macri quedaron fuera de juego en las influencia de la AFA. Y Tapia no tardó en tender puentes con Alberto Fernández, un presidente también futbolero, aunque tiene otros interlocutores preferidos que Chiqui.
5. La jugada trunca con la Superliga
En julio de 2017 se creó la Superliga Argentina de Fútbol, una asociación civil independiente de la AFA que pasaba a tener a su cargo la organización del torneo de la Primera División. Fue armada a imagen y semejanza de La Liga de España, dirigida por el empresario José Tebas, amigo y consejero de Macri. Parecía el primer paso hacia la privatización del fútbol argentino, lo que incluía también el regreso de los partidos codificados después de ocho años de transmisión por canales abiertos. Con Mariano Elizondo como presidente tuvo apenas tres temporadas y llegó a su fin: buscó modernizar la imagen del torneo, darle previsibilidad al fixture y transparencia económica pero quedó a mitad de camino. La salida de Macri fue también la salida de la Superliga. Ahora será la Liga Profesional, dentro de AFA y a cargo de Marcelo Tinelli, quien dirija la principal competición del fútbol argentino.
6. La (semi)profesionalización del fútbol femenino
En marzo de 2019, en el marco del entusiasmo que generó la histórica clasificación de Argentina al Mundial de Francia 2019 y el reclamo que había iniciado la futbolista Macarena Sánchez tras haber quedado libre de UAI Urquiza, su ex club antes de que San Lorenzo le ofreciera firmar el primer contrato profesional de la historia para una mujer que juega al fútbol en Argentina, Tapia anunció la profesionalización del fútbol femeino en la Argentina. Casi 90 años después que el masculino, llegaba el momento de considerar trabajadoras a las mujeres que juegan al fútbol. Aunque no a todas: la AFA se comprometió a transferir un monto fijo de manera mensual a cada uno de los 16 clubes de Primera para costear los ocho contratos mínimos establecidos. Los salarios son equivalentes a los de la Primera C, la última categoría profesional del fútbol masculino: unos 20 mil pesos. A medidados de ese mismo año, la Argentina consiguió una participación histórica en el Mundial de Fútbol, con los primeros puntos conseguidos en la historia, tras los empates ante Escocia y Japón. Más allá de los avances, la promesa de Tapia de ser «el presidente de la igualdad de género en el fútbol argentino» aún está lejos. Y lo demuestra la composición del nuevo comité ejecutivo, que sólo tiene una mujer: Lucía Barbuto, presidenta de Banfield y vocal suplente de AFA. En los clubes, el cupo fenemino está muy lejos del 20% de representación: apenas llega al 6.
7. El consenso con los grandes
Si el gran desafío de Tapia era construir gobernabilidad tras llegar con el impulso de los dirigentes del Ascenso y del Interior pero con el recelo de los clubes grandes, la última foto de su gestión demuestra que lo logró. La tensa relación con River (Rodolfo D´Onofrio), acaso fogoneada por su acercamiento a Daniel Angelici, pareció ablandarse después del cambio de gestión en Boca. Al tiempo que la asunción de Marcelo Tinelli como presidente de San Lorenzo acercó al líder de la AFA con el conductor televisivo, distanciados desde aquel 38 a 38 de diciembre de 2015. En el reparto de poder, Tapia lanzó un guiño a los equipos grandes, lo que posibilitó que hoy sea elegido por unanimidad hasta 2025, con la posibilidad de extender su mandato a doce años, hasta 2029.