Esta generación de jugadores se originó haciendo cosas imposibles: un doble sobre la chicharra ante un campeón del mundo, un oro olímpico que no existía ni en sueños, una campaña de fantasía en la NBA que sólo se contaba en libros de ciencia ficción y una permanencia en la elite que jamás -¡jamás!- se imaginó. Imposible. Y no podía dejar de seguir haciendo cosas imposibles, como un rebote heroico capturado por un jugador de 1,79 metros de altura en un momento clave, un triple tirado con los pies torcidos y que tardó una eternidad en bajar, un bloqueo irreal contra el crack contrario, un triunfo en la casa del enemigo. Cosas imposibles que hace gente increíble.
No hay otra forma de definir lo vivido ayer por la tarde en el Maracanazinho en otra jornada irreal para una generación de jugadores que le está pasando el mando a otra.
Fue 111-107 a Brasil luego de una batalla épica con dos suplementarios que aseguró el pase a cuartos de final de la Selección argentina de básquet. Mañana se cerrará su participación en la primera ronda frente a España, otra potencia que tiene que ganar sí o sí para seguir con chances de medalla. Luego, en el cruce ya se evitó a Estados Unidos (con Kevin Durant, Kirye Irving, y otros tantos NBA) y espera rival, que podría ser Serbia o Francia, otras dos bestias europeas que la Argentina conoce muy bien.
El Titán del encuentro fue Andrés Nocioni, a los 36 años, jugó 38 minutos, anotó 37 tantos (igualó la mejor marca de una argentino en JJ OO) y se quedó con 11 rebotes, además del triple a tres segundos del final que llevó al conjunto nacional al primer suplementario. El Chapu es uno de los que entrega el mando.
El otro héroe de la jornada fue Facundo Campazzo: 33 tantos, 11 asistencias, cuatro y dos rebotes, uno de ellos «el» rebote de su vida ante las montañas brasileñas, para darle el pase a Nocioni para su triple salvador. Facu es uno de los que toma el mando, el líder de la nueva Generación. Además, el base del Murcia de España levantó al equipo en el peor momento con dos triples consecutivos para darle una nueva vida en el primer suplementario.
Y fue Emanuel Ginóbili (¿cuándo no?) el que se quedó con la última pelota del partido para poner cifras definitivas. Justo a él fue la pelota tras el libre fallado por Carlos Delfino, como si la pelota supiera donde ir, en qué manos caer. Pero para el bahiense fue una prueba muy fuerte porque de sus libres dependía la suerte de la Argentina. Y los tiros libres aparecen como su mayor problema en estos momentos. Tal es así que a un periodista le contestó: Me está afectando la cabeza, así que no quiero hablar ni que me pregunten más de ese tema. Pero a Manu no le importaron los 10 mil fanáticos de camisetas amarillas que agitaba sus banderas detrás del aro. Fue al frente, inclinó su codo izquierdo y acarició la pelota para desatar la fiesta, reír y abrazar a cada uno de sus compañeros.
La verdad es que no jugué bien. Tuve suerte que me cayó esa pelota en las manos tras el rebote. La verdad es que hay que hacerles una estatua a Nocioni y Campazzo, fue impresionante lo que hicieron. El Chapu tiene un corazón que no le entra en el cuerpo. A veces lo quiero matar, pero hoy me emocionó. Estoy fusilado, declaró el zurdo de 39 años, el más veterano del básquet en estos JJ OO.
Las leonas, a cuartos
Después de dos caídas consecutivas en el grupo B, el seleccionado femenino de hóckey se recuperó con una goleada 5-0 frente a India y, con dos triunfos, logró la clasificación a los cuartos de final. «El torneo empieza ahora. No va a ser nada fácil», advirtió Gabriel Minadeo.
Grillo va por el podio
En la tercera vuelta en golf, Emiliano Grillo quedó muy cerca de la zona para conseguir una medalla para la delegación argentina. El deportista de Resistencia de 23 años totaliza 207 golpes y comparte la cuarta ubicación con el estadounidense Bubba Watson y el sueco David Lingmerth.