Independiente necesitaba un triunfo después de la desilusión de la Copa Sudamericana sufrida en la semana. Con ese objetivo el equipo de Gabriel Milito viajó a Junín y se trajo los tres puntos clave.
El Rojo monopolizó el juego pero no tradujo ese dominio a situaciones de gol. Tuvo la virtud de saber destrabar el juego complicado que le planteó el rival y encontró la ventaja con una aparición de Maxi Meza y una exquisita definición de taco de Vera.
Así el Rojo terminó de quebrar el orden de Sarmiento que dejó claro con el planteo de su técnico que se iba conforme con un empate.
El escenario continuó siendo da la misma manera en el complemento: Sarmiento replegado y apostando a un corte para salir rápido y el visitante dominando con la pelota en sus pies pero sin profundidad.
Sólo con el paso de los minutos Independiente sufrió algún susto, aunque los pocos recursos ofensivos de Sarmiento pesaron más que la voluntad de ir a buscar el arco de Campaña.
Está claro que a Independiente no le sobra nada. No juega bien y todavía Milito no puede imprimirle el estilo futbolístico que pregona. Quizás este triunfo y su buena ubicación en la tabla de posiciones sean el punto de partida para empezar a jugar mejor.