«Uno ataja, otros hacen goles, yo tengo la pelota», se definió alguna vez Juan Román Riquelme y, sin saberlo, la definió también a Lorena Benítez, mediocampista de la selección argentina y de Estudiantes de Caseros.
A Benítez no le pesa que la responsabilidad pase por ella. “Me gusta estar todo el tiempo con la pelota, hacerme cargo del mediocampo, ordenando a mis compañeras, diciendo en qué lado de la cancha jugar, me gusta estar todo el tiempo activa”, dice.
En febrero del año pasado, tras haber salido campeona con Boca y haber sido elegida la mejor jugadora del torneo, sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior durante la She Believes Cup, cuadrangular que disputó la selección en Estados Unidos.
La lesión la dejó afuera de la Copa Libertadores femenina, del torneo Apertura y de gran parte del Clausura. Boca lo sintió: le faltó la pausa y el orden de su número 16 en el mediocampo. “A mi corta edad -tiene 23 años-, viví muchas cosas: jugué una Libertadores de Futsal y un Mundial, pero me faltaba jugar una Libertadores. Fue lo que más soñé y en algún momento lo cumpliré. Fue duro. Deseaba tanto estar ahí que no pude verlas”, confiesa.
Este año, en un amistoso frente a Colombia con la selección, Benítez se volvió a lesionar: distensión en el ligamento cruzado anterior. Los médicos le dijeron que se tenía que volver a operar, pero ella decidió esperar y, como suele hacer en el mediocampo, no apresurarse. ¿La razón? La Copa América que se realizará en julio en Colombia y pondrá en juego tres boletos para el Mundial Australia-Nueva Zelanda 2023.
-¿Cómo llegás a la decisión de no operarte?
-Fue una decisión personal, me siento bien. A comparación de lo que pasé anteriormente, son una lesión y un dolor distintos. A pesar de ver a varios médicos que me dijeron que me tenía que operar, mi idea es probar más. Estoy trabajando con una kinesióloga para ver si el cuadriceps puede aguantar la lesión. Lo que supe desde un principio es que tengo un 5% de chances de no pasar por el quirófano, un 5% de intentarlo. Estamos medio justos de tiempo, pero la rodilla viene respondiendo bien.
-¿Conocés jugadores que se hayan roto los cruzados y no se hayan operado?
-Sí, pero en su mayoría se rompieron los ligamentos cruzados posteriores. En mi caso, es el anterior. Se me distendió el injerto que me pusieron el año pasado.
-¿Le contaste tu decisión al entrenador de la selección, Germán Portanova?
-Tuve el apoyo de mi representante y el de Germán. Si no, no hubiese tomado esta decisión. Germán me dijo que tenía que verme antes de citarme. Quiere ver cómo vuelvo porque, cómo juego, ya lo sabe. Su idea es la misma que la mía: intentar y probar.
La joven de Luis Guillón arrancó a jugar a los 5 años con varones, como la mayoría de las jugadoras de su generación. Dado que al ser mujer no podía participar de los torneos, sus compañeros le prestaban sus documentos para que pudiera competir. A los 12 años, se anotó para practicar futsal en San Lorenzo y, antes de cumplir los 14 debutó en fútbol 11 frente a Huracán. “De lo contenta que estaba publiqué en las redes mi edad. Como no había cumplido 14, la edad reglamentaria, Huracán pidió los puntos y nos dieron por perdido el partido”, recuerda.
A los 20 años, previo al Mundial Francia 2019, debutó con la selección argentina en la Copa de Naciones 2019. Al igual que otras jugadoras dirigidas por Carlos Borrello, Benítez sufrió modificaciones de su puesto tradicional durante aquel Mundial. “No pude demostrar lo que quise. Tocó más acompañar a las chicas y defender a muerte, que no es mucho lo mío”, declaró entonces, tras la eliminación en fase de grupos.
-¿Qué diferencias ves entre Portanova y Borrello?
-Germán es un técnico más moderno. Además, la confianza que deposita en nosotras fue un cambio. Necesitábamos que confíen en nosotras, que nos hagan creer que con trabajo podemos hacer grandes cosas. En cuanto al juego, quiere ser un poco más protagonista. Hay partidos que va a requerir que nos tiremos para atrás, pero German quiere proponer.
-¿Cuál es el objetivo en la próxima Copa América?
-Lo primordial es clasificar al Mundial. Y después dejar a la Selección en lo más alto posible. Si salimos campeones sería muy lindo.
-¿Qué selecciones van a competir con Argentina por los tres boletos al Mundial?
-Brasil está posicionado más arriba porque viene desde hace tiempo peleando ese profesionalismo que nosotras conseguimos hace 3 años. Después, Argentina está con Colombia, Chile, Venezuela, Ecuador, Paraguay y Uruguay un escalón por debajo. Hoy está más parejo.
-A tres años del profesionalismo, ¿qué opinás del fútbol local?
-Cambió un montón, pero creo que es más semiamateur que semiprofesional. Hoy todavía deben existir 2 o 3 jugadoras nomás que viven de esto. Después una no puede vivir del contrato que le dan.
Benítez es madre de los mellizos Renata y Ezequiel. Junto a su pareja, Verónica Rivero, abrieron hace un par de semanas una verdulería en Capital y este mes pusieron en alquiler los locales que tenían en el Mercado Central. “Me gusta la verdulería porque es nuestra fuente de trabajo. Pero mi sueño es irme con mi familia a jugar afuera para que yo tenga una vida dedicada 100% al deporte y no salir de madrugada como lo hice mucho tiempo”, dice.
Su idea era irse a mitad de año a Europa, por eso dejó Boca a inicio de temporada. No le querían renovar solo por 6 meses. Ahora, Benítez no piensa en su futuro. La selección la espera hasta último momento porque, parafraseando lo que dijo Riquelme, el equipo juega a lo que ella quiere. ¿Por qué? Porque es ella la que tiene el mando.