El último partido de Francia en el Grupo C fue un respiro. Con la clasificación a octavos ya asegurada, Didier Deschamps decidió resguardar a buena parte de sus figuras para los octavos del final. Les regaló un descanso para que lleguen aliviados a la segunda ronda, la de eliminación directa, en Rusia. Hugo Lloris, Samuel Umtiti, Paul Pogba, Blaise Mautidi y Kylian Mbappe fueron algunos de los futbolistas que se sentaron en el banco. Solo Mbappe ingresó en el empate 0-0 frente a Dinamarca, la primera igualdad sin goles del Mundial. 

La única gran estrella que estuvo entre los once fue Antoine Griezmann, acaso el jugador más desequilibrante de Francia. El atacante del Atlético de Madrid reúne las características más peligrosas del equipo europeo: la velocidad, la explosión, la potencia individual de mitad de cancha hacia adelante. Es la zona que concentra a Pogba, Matuidi y Mbappe, por caso. A los comandados por Deschamps les alcanzó con poco para quedarse con el primer puesto. Ganaron cerca del final frente a Australia y superaron a Perú sin ser más que los sudamericanos. Las dos victorias, de hecho, fueron por una diferencia mínima. 

El camino ahora lo llevará a cruzarse con la Argentina. Llega invicto, y la cita es el sábado a las 11 horas en Kazán. Será otra historia. Otro momento.