Les escribo desde el subsuelo de la Biblioteca Nacional, en Recoleta. Son las 8 de la mañana, hace frío y no desayuné, pero no importa. Escapé de casa -y de Gino, mi hijito de siete meses- como pude para confirmar algo urgente: me pasaron el dato de que Evita (Eva María Duarte de Perón, política, actriz, primera dama, presidenta del Partido Peronista Femenino y de la Fundación Eva Perón) fue arquera.
Así como leen. Y no pierdan tiempo en googlear: en Internet no aparece. Afortunadamente todavía podemos venir a la hemeroteca.
Seguro tienen en la memoria algunas imágenes conocidas: la de Eva con Bernardo Gandulla en la tapa de la revista Cine Argentino, con la ropa de Boca, o la que aparece con la camiseta de San Lorenzo. Además de las postales que registran puntapié iniciales en los Juegos Nacionales Evita o en la final entre Banfield y Racing en 1951, en la que ella hizo fuerza por el Taladro porque era el equipo más humilde.
Pero este dato es de mayo de 1940. Por entonces era Eva Duarte. Y llevaba un año como actriz principal de un radioteatro en Radio Prieto, cinco temporadas después de su llegada a la Ciudad de Buenos Aires para cumplir el sueño de dedicarse a la actuación.
Es llamativo. Justo en el arco, el puesto más discutido, criticado y bastardeado en la historia del fútbol mundial. “Los arqueros son boludos”, decía Maradona. Se repite que hay que estar un poco loco o loca para ocupar el puesto. Pero además, son contadas las evidencias de mujeres jugando al fútbol -un deporte ya profesional y popularizado en la rama masculina- en esa época. ¿Acaso podemos sumar a Evita a la lista de Pioneras?
La historia marca un episodio que da cuenta de ello. Tengo acá en mis manos la revista Guión que lo acredita. Hubo un equipo formado por actrices que derrotó al Independiente de Arsenio Erico, Vicente de la Mata y Antonio Sastre, que venía de ser bicampeón del fútbol argentino. Fue en el estadio del Rojo y con alguien que no recibió goles bajo los tres palos: una arquera llamada Evita Duarte.
“Independiente fue derrotado”, tituló Guión la nota aquel miércoles 15 de mayo. “El equipo femenino que representaba a nuestra revista en esa jornada trascendental e inesperada para la vida del club Independiente, les propinó la primera derrota de la temporada, ante la resignación de millares de ‘hinchas’, que, aún hoy no se explican el fracaso de sus ídolos deportivos”, se lee en el texto.
El partido terminó 1 a 0 a favor de las actrices. Rosita Martin anotó y Fernando Bello, el arquero del Rojo, no pudo evitar el gol. Guión publicó que “muchas incidencias interesantes se registraron en ese match, que nunca se repetirá por la propia dignidad profesional del equipo perdedor”.
“Evita y 10 más”, me dice por Whatsapp Mónica Santino cuando le cuento el hallazgo. “¿Evita arquera? Es emocionante”, sigue. Santino es directora técnica de La Nuestra Fútbol Feminista en la Villa 31, pero además es militante peronista. Una pionera: fue futbolista y la primera en hablar del “derecho al juego” como una bandera a conquistar para las mujeres y diversidades.
Pero quiero ir al origen. ¿Qué ocurrió aquél día? ¿Cómo fue que Evita eligió el arco? César Mangharello es el autor del libro “Eva Duarte, más allá de tanta pena”, que incluye dos de estas fotos. Me cuenta que en la época se estilaban producciones con actrices jóvenes practicando deportes.
“Era el tiempo de la Segunda Guerra Mundial, se creía que a la gente lo que más le gustaba era verlas haciendo deportes. Guión era una revista de cine de una popularidad intermedia, porque la más famosa era Radiolandia”, detalla. Y pide que observemos bien la G que se ve en las casacas de las jugadoras: “Parece cosida, hecha a los apurones. No sé cuánto se jugó en rigor de partido, pero sí que fue en la cancha de Independiente y algunas fotos se hicieron en la parte del club donde había un jardín de infantes y juegos”. Al equipo lo completaban Mirna y Margot Mores, Dorita Bustos y Carmencita Idal.
Julia Rosenberg, historiadora y autora del libro “Eva y las mujeres. Historia de una irreverencia”, contó en una entrevista que para cierta parte de la sociedad pacata, conservadora y tradicional de las décadas del 30 y 40, quienes se dedicaban a ser actriz o cantante eran consideradas mujeres de «malos hábitos».
Imagínense lo que representaba ser futbolista. En efecto, las notas de los primeros partidos de los que hay registro -en 1913, en Rosario, o en 1923, en Buenos Aires- se refieren a las jugadoras como del “sexo débil”.
“Es un puesto en el que podés atajar bien 89 minutos y si te metieron un gol en el minuto 90 nadie se acuerda de lo bueno. Hay ingratitud, hay soledad y también hay heroísmo. Está eso de no tener miedo, de tener mucho coraje. Me la imagino a Eva ahí porque vaya si representó todo eso que significa atajar en la vida política y social de Argentina”, dice Santino.
El miedo del arquero ante el tiro penal, se llama un célebre libro de 1970 del austríaco Peter Handke. Hay casos de suicidios, como los de Sergio Schulmeister (Huracán) y Mariano Gutiérrez (San Martín de Burzaco), por citar algunos. Para dimensionar.
Pero también “el día del arquero o arquera” fue siempre una chicana para señalar algo que no va a ocurrir nunca. Una burla. Y sin embargo, los tiempos cambian o nos obligan a cambiar. El bullying es una forma de violencia.
En la Legislatura porteña, el diputado Claudio Morresi -futbolista, además- presentó un proyecto de ley para declarar el 22 de abril como el Día de la Arquera. La fecha es en homenaje al nacimiento de Marta Soler, arquera de la Selección argentina que en el Mundial de 1971 -un torneo no organizado por la FIFA sino por una empresa de bebidas alcohólicas- venció a Inglaterra 4 a 1.
Soler no había nacido todavía cuando Evita fue la 1 en aquella producción de fotos de la revista Guión. ¿Y si quien fue declarada años más tarde como “Jefa espiritual de la Nación” atajó un penal? ¿Y si voló para evitar el grito del goleador paraguayo Erico? Es difícil no jugar a fantasear e incluso no imaginarla expresándose a favor de la igualdad para el fútbol femenino.
«Yo no pude acostumbrarme al veneno y nunca, desde los once años, me pareció natural y lógica la injusticia social», se lee en La razón de mi vida. ¿Y una Evita dirigenta de Agremiados? Si fue una de las fundadoras de la Asociación Radial Argentina (ARA), sindicato del que después fue elegida presidenta, ¿por qué no?
Maranghello remarca que en esa producción también había un juego de seducción en ese partido entre futbolistas y actrices, para crear chimentos para las y los lectores. “Contra la amargura de la derrota, floreció en el alma de los jugadores el sentimiento amoroso, que mucho contribuyó a que ellos olvidaran las incidencias del campo deportivo para invadir el del corazón… Esa ha sido la mejor venganza de los perdedores”, se lee en la edición de Guión. A Evita se la “vincula” con Raúl Osvaldo Leguizamón, en fotos en las que no está vestida como jugadora.
Este es un año de Mundial femenino. Argentina buscará pasar a octavos de final por primera vez en la historia y el plantel contará con tres arqueras. Una es la experimentada Vanina Correa, que tiene 39 años, es titular en Rosario Central y estuvo en las otras tres Copas que jugó la Selección. Tuvo su partido histórico en el Mundial de Francia 2019, cuando atajó un penal contra Inglaterra. La otra será Laurina Oliveros, de Boca, la vaya menos vencida del actual torneo de Primera y quien peleará por ganarse un lugar. La tercera no está definida. Son arqueras que se formaron sin referentas, mirando a varones. ¿Y si hubiera un poster de Evita arquera?
“Cierra un mundo imaginar a Eva en el arco. La defensora del arco de los humildes, la defensora del arco de los que menos tienen, la defensora del arco de los pueblos para que la injusticia no nos siga metiendo goles, para que la oligarquía tampoco y para sacar rápido porque siempre vamos a estar dispuestas a atacar y a tener la pelota frente a quienes nos quieren someter, frente a los que quieren el mundo para unos pocos. Evita y 10 más”, dice Santino.
Y terminamos acá. Espero leer sus respuestas, sus sueños con Evita volando de palo a palo o haciendo la del Dibu Martínez ante Kolo Muani.
Y también críticas, por supuesto. Se pueden suscribir aquí, en la web de Tiempo.
Un abrazo grande,