Hace muchas décadas ya, las grandes entidades a cargo de la organización de los eventos deportivos más importante del mundo comprendieron que el deporte y la geopolítica no deben mezclarse. Al menos, eso parecía.
No fueron pocas las veces en las que a distintas selecciones argentinas se les negó salir a la cancha con banderas alusivas al reclamo por las Islas Malvinas, por ejemplo. El concepto a seguir es que si cada seleccionado sale a marcar la cancha con sus disputas geopolíticas, las tensiones entre países aumentarían y así también escalaría la violencia, a tal punto que sería imposible poder organizar un evento internacional como el Mundial de Fútbol o los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania parece haber calado muy hondo en la sensibilidad de las grandes entidades deportivas, que en este caso sí permiten y promueven todo tipo de expresión al respecto, siempre y cuando sea en favor de la OTAN. De hecho, algunas hasta prohiben la participación de deportistas rusos como es el caso de la FIFA, que eliminó a la Federación de Rusia de la Copa del Mundo Qatar 2022.
En esta oportunidad, por la Euroliga de básquet, se enfrentaron Zalgiris, de Lituania (país miembro de la OTAN), y Estrella Roja, de Serbia (país no miembro de la OTAN). Antes del inicio del partido, los jugadores de Zalgiris posaron frente a las cámaras con una bandera de Ucrania, con el lema «Stop the war» («paren la guerra», en inglés). Los jugadores del Estrella Roja, en tanto, se negaron a posar con la bandera, en contra de «la manipulación y politización» y soportaron de forma estoica los abucheos del público local.
«Estrella Roja, como club deportivo y representante de la República de Serbia, que tomó una posición clara sobre el conflicto en Ucrania, sigue la postura oficial de nuestro país. En comunicación oficial con Euroliga y Zalgiris, se dejó claro unos días antes del partido en Lituania que no se permitirá la politización y no se llevará una pancarta con los colores de ningún país porque eso lo haría partícipe de la manipulación y politización de una de las consignas más humanas y universales ‘Stop The War'», fue el comunicado completo del Estrella Roja.
Entrometerse o tomar partido en un conflicto bélico conlleva una enorme responsabilidad y peligro para cualquier nación. La presión de cualquier organización sobre federaciones para posar con una bandera de un país beligerante puede poner en riesgo la seguridad nacional de ese país y las entidades organizadoras deberían tomarlo en cuenta; sobre todo, cuando el espíritu deportivo se ha encargado siempre de unir, en lugar de dividir.