Aunque esta semana no habrá cumbre presidencial para empujar el Mundial 2030 en Argentina y Uruguay, representantes de ambos gobiernos, de las federaciones y del empresariado se reunirán el jueves en Montevideo, el mismo día del clásico por las Eliminatorias, para avanzar en los detalles de una candidatura conjunta. Los empresarios están organizados en Iniciativa 2030, desde donde apuestan a lo que puede ser un gran negocio para el sector privado.
«Somos una asociación civil sin fines de lucro que tenemos la aprobación de los dos gobiernos», le dice a Tiempo Alberto García Carmona, abogado, especializado en economía, comunicación y políticas públicas, y ex director de General Motors. «Nuestra intención -agrega- es apoyar y colaborar con las asociaciones representando al sector empresarial y a la sociedad civil, en principio con un master plan para todo el proceso de preparación de la candidatura. Llegado el caso de que los países sean sedes, la cuestión será cumplir con ese plan.»
En Iniciativa 2030, según explica García Carmona, hay entre 25 y 30 empresas, mientras que la comisión directiva tiene diez miembros. Entre ellos, figura como protesorero Matías Patanian, vicepresidente 2° de River y CEO de Aeropuertos Argentina 2000.
Según se informó desde la Casa Rosada, el encuentro que iban a mantener Mauricio Macri y Tabaré Vázquez previo al partido entre Uruguay y Argentina se suspendió con la expectativa de que en octubre participe Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Otras fuentes, sin embargo, indican que hubo problemas de coordinación y se decidió suspenderla. Esa reunión se iba a realizar en la residencia presidencial de Parque Anchorena, en Colonia, y hasta se esperaba que pudieran estar Luis Suárez y Lionel Messi.
Al no realizarse ese encuentro, la reunión se pasó a Montevideo con los secretarios de Deporte y Turismo de ambos países y dirigentes de la AFA y la AUF. Además, participarán algunos empresarios y estará Fernando Marín, asesor presidencial en los asuntos deportivos.
La experiencia de Brasil 2014, tan cercana, muestra los reparos: ser sede de un Mundial puede ser un gran negocio para los privados y uno pésimo para el Estado. «El ejemplo de Brasil no sólo terminó mal, sino que empezó mal -aclara Fernando Cáceres, secretario de Deporte de Uruguay, en diálogo con Tiempo-. Hay otros antecedentes con evaluación muy positiva en los grandes eventos, como los Juegos Olímpicos de Barcelona. Depende de la responsabilidad y el compromiso. Hay cosas que se pueden medir en números, en productos tangibles, y otras son menos tangibles, como el fortalecimiento nacional, alinear a la sociedad en proyectos superiores, el desarrollo de otras esferas más allá del fútbol».
García Carmona también rechaza la idea de que un Mundial pueda ser un negocio para el sector privado en desmedro de los intereses estatales. «Cuando se planifica algo con tiempo -sostiene el empresario- se bajan las variables que puedan influir negativamente en el gasto. Hay que cambiar los modelos. Muchas veces se dice que los gobiernos tienen que gastar y no, no tienen que gastar, tienen que invertir, que la infraestructura sea la que se tenía que hacer, que esté dentro de una planificación general».
En la AFA son cautelosos respecto a la candidatura, la cual se relaciona, además, con el centenario del Mundial 1930 que organizó Uruguay. La miran de costado. El entusiasmo es, sobre todo, de los gobiernos. «Falta mucho -dice Cáceres-. En algunas áreas estamos con tiempo. En otras áreas estamos cortos. Uruguay está bien en materia de comunicación y seguridad. Pero en infraestructura no tanto. Y Argentina está al revés. Tenemos que trabajar en planes de obra».