El apellido que figura en el Documento Nacional de Identidad del periodista Fernando Lavecchia no es Lavecchia. Por lo que el #ElProgramaDeLavecchia, el hashtag con el que explota en las redes sociales, no debería llamarse así. No es la intención revelarlo aquí, sino que el conductor del programa de TyC Sports que compila lo mejor del fútbol mundial en el año explique cómo vive el fenómeno futbolístico televisivo navideño. Con la producción y musicalización de Matías Pelliccioni, 2016 no será la excepción: este 24 de diciembre, a las 18, será el estreno, y el 25, de 9 a 23, tendrá lugar en la pantalla la maratón de especiales, de 1994 a 2015. Desde el primer programa de Lavecchia, se comprobó, se redujo la tasa de suicidios durante los días de fin de año.
-¿Cómo nacieron los especiales?
-Esto fue una idea del entonces director del noticiero de TyC Sports, Daniel Guiñazú, quien me propuso que compilara los mejores goles del año. Entonces, cuando se acercaba fin de año, hacía la selección de los goles y entraba como una sección del noticiero. Cuando pasó el tiempo, me di cuenta que le podíamos agregar cosas tanto o más atractivas que los golazos, como patadas, curiosidades, errados. Y como empezamos a tener tanto material y gustaba tanto, decidimos hacer un especial de una hora. Y ahora ya lo hacemos de dos horas.
-¿Qué tratás de contar sobre las imágenes, que hablan por sí solas?
-Trato de ponerle un poco de imaginación, de onda, de humor. Trato de acompañarlas de manera que no las tape pero las haga más llamativas, más agradables, o por ahí no, porque las patadas no son agradables. La idea no es tapar la imagen, tratar de ser más figura que la imagen.
-¿Cuáles son tus preferidas?
-Más allá de lo que me gusta, la gente empieza a recordarme todo el tiempo. La de Peter Enckelman, por ejemplo, es tremenda, además por cómo termina el error del arquero, con el hincha que le pasa por delante; la del gallo de Morón, que se agarra la panza pero no es la panza; el gol de Zlatan Ibrahimović en el Ajax, que se pasa a seis tipos en 20 metros; a Álvaro Recoba, que estuvo desde el primer programa, que hace un gol arrancando de lateral derecho y terminando de wing izquierdo. El Chino es un poco el símbolo del programa. Y la verdad es que no vuelvo a ver los programas. No puedo, porque en general los 25 me tomo una semana de vacaciones. Entrego el estreno y después arranca la maratón. La gente lo vuelve a ver y no le importa nada. Recuerda frases mías y no me acuerdo de nada. Se ha generado una secta de seguidores que le gusta el programa pero que también los 25 no tienen nada que hacer y entonces se le hizo tradición.
-Muchos dicen que les alivia las fiestas de fin de año.
-Los pibes de En Una Baldosa me lo dicen. El otro día me lo pusieron pusieron en la previa en Twitter. Entonces les pregunté cuánto les debía por toda la manija. Y me dijeron que nada, porque les ayudo a zafar de un par de tías, y con eso alcanza. Todavía no puedo entender cómo hay gente que se clava 12 horas viendo el programa. Por ahí deja la tele prendida, de fondo. Es un poco extraño y un poco increíble.
-¿No hay Navidad sin #ElProgramaDeLavecchia?
-Está bueno eso, y un poco me hace pensar que engancho a mucha gente en un tiempo muerto de Navidad. Me acuerdo que me pasaba hace unos años. ¿Qué carajo hago un 25 en Navidad con todo cerrado? Me parece que es un poco eso. Sin ser demasiado modesto, entiendo que el programa está bueno, que entretiene, y que lo fue consiguiendo con los años.