La serie documental Argentina 78 volvió a poner por estos días en el debate público el Mundial que se jugó (y se ganó) en dictadura, entre las torturas y las desapariciones. El afiche ya indica el trazo de la obra: una bota militar pisando una pelota. Producida por Pampa Films, realizada por los directores Lucas Bucci y Tomás Sposato, los cuatro capítulos se pueden ver por Disney+ y están basados en el monumental libro 78. Historia oral del Mundial, de Matías Bauso, más de ochocientas páginas publicadas en 2018 y que se acaban de reeditar. 

El libro de Bauso es monumental por volumen y calidad, un hilvanado obsesivo de más de 150 entrevistas a distintos protagonistas. Por supuesto, a los de aquella primera selección argentina campeona del mundo. Si bien la serie no produce nuevas revelaciones respecto a la trama de aquel Mundial, impacta con varios hallazgos. Uno de ellos es el testimonio del líder montonero Mario Firmenich. Otro son las imágenes de la época, tan nítidas y perfectas (seguramente bien tratadas por la tecnología) que parecen tomadas ayer nomás. Algunas de ellas fueron encontradas en la cinemateca polaca. Los diarios y revistas son de la colección personal de Bauso, que además es uno de los narradores de la serie. 

Está también César Luis Menotti, el entrenador campeón del mundo, quizá en lo que pudo ser uno de sus últimos testimonios en vida. Y otros jugadores de la selección, como el capitán Daniel Passarella o la figura, Mario Kempes, que se entremezclan con historias de detenidos-desaparecidos, de jugadores peruanos que todavía discuten (y se discuten) el 6-0, y de los periodistas holandeses que miraron a quienes había que mirar, a las Madres de Plaza de Mayo que reclamaban por sus hijos y sus hijas. 

Se hicieron otros documentales en estos años. Sólo por mencionar algunos de memoria: La historia paralela, que produjo Cuatro Cabezas con la voz en off de Enrique Pinti, y Verdad o Mentira, de Christian Remoli. Sergio Renan hizo la película La fiesta de todos, propagandista de la dictadura, y el brasileño Milton Reis estaba encargado de hacer el filme oficial de la FIFA pero terminó haciendo El poder del fútbol, una denuncia del intento de utilización política.  

Hay, además, mucha bibliografía sobre el Mundial 78 y la dictadura. Los libros de Pablo Llonto (La vergüenza de todos), Ricardo Gotta (Fuimos Campeones), Abel Gilbert (El terror y la gloria), Gustavo Campana (Tribuna sin pueblo) y Fernando Ferreira (Hechos pelota) son algunos de los que enfocaron desde distintos ángulos aquel episodio. Están las autobiografías de jugadores, desde Kempes hasta Ubaldo Matildo Fillol. Menotti publicó Así ganamos el Mundial. Y como contracara José Luis Ponsico y Roberto Gasparini hicieron El director técnico del Proceso. Hay novelas que tienen de fondo al Mundial 78, como Dos veces junio, de Martín Kohan. Sin contar con los trabajos académicos, que ni los podríamos listar, o aquellos periodistas que han abordado el tema con sus artículos, desde Gustavo Veiga a Ariel Scher. 

Ezequiel Fernández Moores no sólo tiene un libro inédito sobre el 78, una acumulación de páginas que nunca se decidió a editar. Es, además, uno de los periodistas dedicados al deporte que más ha contado los distintos pliegues sobre aquel Mundial, que además fue el primero que cubrió (estuvo en los tres títulos de la Argentina, también en México 1986 y Qatar 2022). Fue el autor de una de las primeras investigaciones sobre los fondos que utilizó el Ente Autárquico Mundial 78 que manejaba el marino Carlos Lacoste, hombre de Emilio Eduardo Massera. Fueron tres envíos públicos por las agencia de noticias DyN. Fernández Moores escribió sobre el Mundial 78 cuando todavía no era sencillo abordar el tema. Cuando Lacoste todavía tenía poder, algo que en el fútbol iba a perdurar hasta 1986, ya en democracia. 

Por eso es también tan valioso el aporte narrativo de Fernández Moores a esta serie. Porque con sus crónicas y sus investigaciones, no sólo las del Mundial 78, marcó un camino en el periodismo deportivo. Lo que se llama hacer escuela. Una escuela a la que siempre vale la pena volver. 

De modo que hasta acá hubo mucho para ver y leer. Es decir, Argentina 78 se suma a esa lista. Con una gran virtud, la de acercar esta historia a un público joven que quizá no accedió a todo lo que produjo anteriormente. Pero además el valor de esta serie, que es muy recomendable, es que se emita en estos tiempos de negacionistas, reivindicadores y con los que se hacen los cancheros y sólo quieren el olvido. Ante todos ellos, hay que seguir contando estas historias.