A más de 40 años de los hechos, el exfutbolista Leopoldo Jacinto Luque relató por primera vez que en 1979, cuando era jugador de River y de la Selección argentina campeona del mundo un año antes, fue secuestrado por un grupo de militares para roberle. “Al principio no dije nada por miedo, andá a saber, si estos loquitos me reconocen, saben dónde vivo, me vienen a buscar. Después fue pasando el tiempo y, qué sé yo, lo tenía ahí como una cosa más”, dijo en una entrevista publicada este viernes en el diario Clarín, en la que agregó: “Me da bronca cuando dicen que salimos campeones gracias a la dictadura. Dicen que andábamos con los milicos y a mí los milicos me secuestraron, me robaron y no me mataron de milagro”.
El ex atacante recordó que una noche, después de haber ido a ver un partido de River, cuando regresaba a su casa en Martínez, su auto fue interceptado por dos personas armadas que dijeron ser policías y que le pidieron los documentos. “Los tenía en la guantera, dentro de un sobre. Y el tipo me amenaza: ‘Quedate quieto porque te arranco la cabeza de un tiro’. En ese momento, otra persona entró por el asiento del acompañante, abrió la guantera, agarró todos los papeles que tenía y se me sentó al lado”, relató antes de contar que inmediatamente después lo acostaron en el asiento trasero y para llevarlo en su propio auto hacia un descampado donde, después de quitarle sus pertenencias, lo obligaron, a punta de pistola, a adentrarse en lo desconocido. “Ya te digo: cuando empecé a caminar y a encarar para el descampado, en mi cabeza solo esperaba el sonido del disparo, el ‘¡Puum!’ que me matara”, contó.
Cuando por fin pudo regresar a su casa, gracias a un auto que se detuvo en la ruta, y fue a hacer la denuncia a la comisaría, la persona que lo atendió dedujo que los autores del secuestro y robo debían ser policías o militares y hasta le mostró su arma reglamentaria para ver si era la misma con la que lo habían amenazado, aunque el por entonces jugador de River dijo no saber del tema. La sospecha de aquella persona se confirmó dos meses después, cuando encontraron el auto robado y Luque, en la rueda de reconocimiento, identificó a uno de los ladrones, quien efectivamente era un militar.