Aldo Vázquez vivió toda su vida en la misma casa de la calle Pirovano, en Pompeya. Su padre, Ramón, jugó diez años en Huracán, mientras que su tío, Cesáreo Onzari, quedaría en la historia en 1924 al ser quien marcó el primer gol “olímpico”. Con tanta influencia cercana, era imposible que Aldo no despuntara el vicio por la pelota. Se destacó en las inferiores de River y era un jugador infaltable en los picados de su calle. Así armaron un equipo al que llamaron Pirovano. Jugaban en todos los torneos barriales que conocían y los fines de semana eran una fija en los potreros de la avenida Cruz, donde actualmente está el estadio de San Lorenzo. Para la época en que Vázquez era adolescente, en la revista El Gráfico, el periodista Borocotó publicaba una sección llamada «Apiladas». En esta parte se enumeraban anécdotas pero también la historia de unos muchachitos que jugaban a la pelota en un potrero, las vivencias de un club denominado Sacachispas Fútbol Club.
El éxito hizo que la historia de Borocotó sea llevada a la pantalla grande en 1948. La película Pelota de trapo fue un éxito. Fue tal la identificación que sintió Vázquez que decidió crear su propio Sacachispas. La propaganda del Primer Campeonato Infantil Evita, a disputarse en octubre de 1948, alentó su idea; y la promesa de construirle una cancha al campeón del torneo, aumentó su ilusión. Como ya tenía 17 años y el torneo era para chicos entre once y 15 años, se encargó de armar el equipo. Por su relación con Carlos Peucelle, que coordinaba las inferiores de River, pudo reforzarse con tres jugadores del club de Núñez, ya que la organización del torneo permitía que cada plantel sólo pueda contar con ese número de chicos fichados en equipos de AFA. Entre estos chicos estaba Antonio Tusia, que además era vecino.
Vázquez fue a inscribirse a la Comisaría 34ª, donde se le informó que no podía ser el delegado del equipo por ser menor de edad: necesitaba convencer a un adulto. Quien aceptó la responsabilidad fue Roberto González, conocido como Gonzalito, padre de uno de los chicos que formaba parte de los picados.
Ya con la inscripción, el torneo para Sacachispas comenzó el 10 de octubre de 1948. En el debut se enfrentó a San Martín y ganó 10 a 0. El transcurrir de Sacachispas fue demoledor: siguió con una victoria a Columbia por 5 a 0, a Dínamo 2 a 0 y a Justicia Social 7 a 0. La seguidilla de triunfos los depositó en la final de la seccional 34ª a disputarse el 14 de noviembre, frente a Sportman. Durante la semana previa, Gonzalito tuvo una obligación laboral, un viaje a Mendoza. Ya que la falta de delegado era motivo de suspensión del partido, Sacachispas estaba en riesgos de no jugar el partido decisivo. En la desesperación, a Vázquez se le ocurrió apelar a un “padrino”: ponerse en contacto con Borocotó. El periodista se mostró muy contento de que los chicos se hayan identificado con sus relatos y se comunicó con un integrante del comité organizador del torneo para que Vázquez, ya con 18 años cumplidos, pueda ser el delegado sólo por ese encuentro.
El viernes previo al encuentro, la esposa de González, quien ya se encontraba en Mendoza, le pasó un llamado a Vázquez procedente de la organización del torneo, a quien le informaron que el partido pactado para la tarde del domingo en la cancha de Ferro se disputaría a la mañana en la cancha de River y contaría con la presencia del Presidente de la Nación, el General Juan Domingo Perón y de su esposa, Evita. Lo que nadie imaginó ni supo en aquel entonces es que la participación del presidente y su esposa fue determinante para el futuro de Sacachispas.
Según el relato de Vázquez, la presencia de Perón en el encuentro tendría una razón exclusivamente relacionada con el hecho de que era Sacachispas quien disputaba la final de la seccional 34°. Aunque el campeonato tuvo una fuerte difusión en la previa, durante el transcurso los diarios no habían dedicado mucho espacio a los resultados. Tampoco contó con un acto inaugural, tal como pasaría en los siguientes años en que se sumarían el presidente y Evita dando el puntapié inicial. Por eso la presencia de Perón en ese primer torneo fue llamativa. En este momento aparece Carlos Romano, valet personal del Presidente y amigo de la familia de Vázquez. Dicen que Romano también era seguidor de Sacachispas y que Perón miró, como lo hacía todos los jueves, una película en su residencia. La casualidad hizo que en esa jornada haya visto la mencionada Pelota de trapo, estrenada en agosto. La grata impresión que tuvo del grupo de chicos que jugaban en un potrero lo llevó a preguntar si el Sacachispas Football Club del film disputaba el torneo, a lo que sus allegados le respondieron que ese domingo un Sacachispas jugaría una de las finales.
Ya en River, los equipos se formaron en el campo de juego para recibir el saludo del Presidente, quien apenas arribado preguntó cuáles eran los de Sacachispas. Vázquez como delegado del equipo se presentó y acompañó a Perón durante el saludo protocolar a todo el plantel, por lo que fue testigo de los diálogos que se dieron entre los chicos y el General. Por un lado, cuando Perón preguntó dónde vivían y los chicos le contestaron que eran de Pompeya, recuerda que Perón lo caracterizó como “barrio tanguero”. Después hubo un momento de carcajada cuando el Presidente le preguntó al chiquito Urbano qué había pasado con sus dientes faltantes, a lo que éste le contestó que los había dejado en el vestuario, generando risas.
Perón consultó sobre dónde entrenaban. Vázquez le contó que lo hacían en la calle. Ahí mismo el Presidente le dio aviso al edecán naval para que tomara nota de los datos de Vázquez y se pusiera en contacto para resolver un problema: los chicos no podían seguir entrenando en la calle, el gobierno se encargaría de construirles una cancha. Los jugadores de Sacachispas salieron con tal motivación que vencieron a Sportman por 4 a 0, consagrándose campeón de su seccional. Perón, quien vivió el encuentro desde el palco oficial, después del triunfo y junto a Evita formó parte de la celebración en el campo de juego con los chicos que desplegaron la bandera con los colores lila y blanco.
Al otro día, el evento tuvo cobertura mediática con títulos como «Perón y Evita realzaron los Matches del Torneo Infantil» y «felicitaron a los integrantes del equipo de Sacachispas». La presencia de la pareja era una novedad en el torneo y marcó el inicio del crecimiento de los Campeonatos Evita como herramienta para la inclusión social.
También al día siguiente, el edecán se hizo presente en la calle Pirovano para buscar a Vázquez y fueron a ver los terrenos donde se construiría la cancha para Sacachispas. Los autos tomaron la Avenida Cruz hasta la intersección con Lacarra, en Soldati. Viendo unos planos y continuaron por Lacarra hasta Corrales. En el lugar había terrenos municipales deshabitados donde el gobierno peronista tenía proyectada la construcción de un barrio obrero y pensaron que los vecinos se beneficiarían con el club cercano. De a poco Sacachispas Fútbol Club tomaba forma. Perón y Evita eran quienes cumplieron con la realización de ese sueño.