El dato fue develado hace dos años por Pablo Kersevan, investigador de los inicios del fútbol argentino, pero gana en vigencia en estas horas en que los deportistas ucranianos se suman al frente de batalla para resistir la invasión rusa. Un futbolista de River, protagonista del primer superclásico oficial de la historia, dejó Buenos Aires para pelear por su país en la Primera Guerra Mundial y murió en combate.
Se trata, según reveló en junio de 2020 la cuenta de Twitter @PabloKersevan (titulada Pies de Calumin), de Arthur Herbert Thompson, jugador de River que participó bajo las órdenes de la corona británica en la guerra que paralizó Europa y gran parte del mundo entre 1914 y 1918. Thompson, claro, era inglés: había nacido en 1890 en Kent y había llegado a Argentina en 1911 para trabajar en el British Bank of South America.
En épocas en que el fútbol argentino empezaba a ser cada vez más criollo, pero que todavía conservaba apellidos ingleses, fiel a sus orígenes, Thompson empezó a jugar en Estudiantes de Buenos Aires, donde -reconstruyó Kersevan- sumó 15 partidos y 8 goles. En octubre de 1911 y en julio de 1913, enfrentó dos veces a River, club para el que pasaría a jugar desde el mes siguiente, por supuesto -en ambos casos- de manera amateur. En el segundo de esos partidos, Thompson le convirtió un gol y eliminó a River de la Copa de Honor.
Ya en su nuevo club, entonces apodado “Darsenero” (“Millonarios” llegaría en 1932 y “gallinas”, primero como burla y luego como orgullo, en 1966), a Thompson le tocó debutar en un partido histórico: el primer superclásico oficial de la historia, el 24 de agosto de 1913. En lo que hasta entonces era un duelo barrial, y con los años se convertiría en nacional, River le ganó 2 a 1 a Boca.
El dato desconocido y aportado por Kersevan es que uno de los 22 protagonistas del puntapié inicial fue un muchacho -entonces delantero, al igual que su pasado en Estudiantes- que pronto volvería a su país a pelear en la guerra. En una época en que los equipos atacaban con cinco delanteros, aunque no tenían número en la espalda de las camisetas, las crónicas lo señalan como el centroatacante, el número 9.
Ya en 1914, Thompson jugó otros tres partidos para River. La fuente pasa a ser el libro “La historia de River, el más grande”, de Marcelo Baffa, Gastón Milone y Marcelo Petrone. Allí se confirma que Thompson sumó nuevas presencias, aunque en este caso como defensor. Fueron todos triunfos de River: 2-1 ante Racing (el 15 de marzo), 3-0 contra Banfield (el 5 de abril) y 2-1 a Belgrano Athletic (a la semana siguiente, el 12 de ese mes). Pero Thompson ya no volvió a los campos de juego.
La Primera Guerra Mundial comenzaría el 28 de agosto de 1914. Entonces, según Pies de Calumin, Thompson “se alistó como voluntario para combatir en la Yorkshire Light Infantry, donde fue capitán del décimo batallón, The King’s Own. Moriría el 25 de septiembre de 1916 en la batalla de Somme, Francia. Sus restos descansan en el Memorial de Thiepval de ese país”, acorde al Triple Entente conformado por el Reino Unido, Francia y el Imperio ruso.
La historia de River (incluso del superclásico) y los conflictos bélicos le guardaban un lugar a Thompson.