Diez días atrás, en una oficina cercana a la AFA, un dirigente de los que administra un club que puede describirse como ordenado, le relataba a sus interlocutores cómo el gobierno estaba decidido a acelerar con las sociedades anónimas. «Tienen mil quilombos, pero están como locos con el fútbol», les decía. Y adelantaba qué arma blandían los emisarios oficialistas para poner de rodillas a sus colegas. «Juegan con el doce doce, con eso te matan», les decía. El decreto 1212/03 estableció un beneficio para el pago de cargas sociales. Lo que para las empresas llega al 31%, para los clubes afiliados a la AFA que compiten en Primera A, Primera B Nacional y Primera B Metropolitana es del 7%. Eliminarlo, acaso modificarlo, es ahogar a los clubes.
Hace ya dos años que Alberto Abad, entonces titular de la AFIP, amenazó con ponerle fin al régimen argumentando que desfinanciaba al sistema de seguridad social en unos 1300 millones de pesos. La AFA alertó en ese momento que quitar ese beneficio ponía a muchos clubes en riesgo de quiebra. El gobierno lo sabía, y por eso guardó esa herramienta para la negociación. La jugó en las últimas semanas con fuerza. Sus dos espadas para esa pelea no se llevan bien entre sí, pero tienen el mismo objetivo. Son Daniel Angelici, presidente de Boca y vicepresidente de la AFA, y Fernando Marín, asesor presidencial en asuntos del fútbol con cargo de subsecretario en Deportes. El que más habla con Claudio «Chiqui» Tapia, presidente de la AFA, es Marín, los ojos de Mauricio Macri en el fútbol. Angelici se encarga de horadar las posiciones en contra de las sociedades anónimas dentro la Superliga.
Marín y Angelici prepararon el terreno para la asamblea del 22 de noviembre, cuando está previsto agregar en el orden del día la modificación del estatuto de la AFA para abrirle la puerta a las sociedades anónimas. Después, el camino seguiría con una ley en el Congreso, la que hace rato tiene lista Nicolás Massot. En la asamblea de AFA son 43 los representantes que deberán votar. «Siempre creímos que no les daban los votos, pero ahora no lo podemos saber», dice un dirigente del Ascenso. «Los que hasta hace unos días te decían que de ninguna manera las aceptarían, ahora te dicen que ni. Tienen miedo», agrega. Hace dos años, este diario hablaba de un sistema, la doble tenaza. Asfixiar financieramente a los clubes y a la vez darles la herramienta para salir adelante. «Se trata de que tengan una opción, nadie los va a obligar y la decisión final será de cada asamblea», les dicen los operadores del macrismo a los dirigentes que en estas semanas estaban más permeables a votar a favor. En febrero de 2018, Tiempo realizó un relevamiento con los dirigentes de los 28 clubes de Primera: ninguno quería convertirse en una sociedad anónima. Sólo cinco estuvieron a favor de incorporar la figura jurídica en el fútbol argentino, diecisiete la rechazaron y seis consideraron que debía existir un debate. Lo que quedó como certeza fue que, al menos los clubes de Primera, no querían ser SA.
«No están aprobadas las sociedades anónimas en los clubes y hay clubes que están muy gerenciados. Están funcionando de hecho, como Talleres de Córdoba y Defensa y Justicia, no de derecho. A veces las determinaciones de una organización como AFA pueden ser muy valederas, pero los clubes van a tomar su real decisión en un momento determinado», dice Alejandro Nadur, presidente de Huracán, cercano a Angelici, al igual que Víctor Blanco, titular de Racing.
Entre los presidentes de los clubes más poderosos, el que es abiertamente opositor a los clubes empresa es Matías Lammens, de San Lorenzo. Ya adelantó que votará en contra. Rodolfo D’Onofrio, presidente de River, también en su momento se mostró como un opositor. Pero en la AFA cuentan que el vicepresidente de ese club, Jorge Brito, fue quien pidió que la asamblea del 22 de noviembre se defina por voto secreto, algo que está en disputa.
Ante este escenario, el martes, en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, el Foro Social del Deporte, el sector que más se opuso al fútbol SA durante la década del noventa, puso en marcha mesas de trabajo con el fin de pensar estrategias de resistencia al avance del gobierno. «La opción entre las sociedades anónimas o las sociedades civiles sin fines de lucro nos lleva a una definición de principios», escribieron en un documento. «Tienen que ver con modelos de sociedad antagónicas –agregaron–. Se decide por uno de ellos. Se construye civilidad, protagonismo, participación o se elige el camino de ser también en ese ámbito simplemente consumidores». Una posibilidad es que se convoque a una movilización a la AFA el día de la asamblea.
También la Coordinadora de Hinchas se mantiene en el alerta. «Nuestros clubes –dijeron en un folleto que se repartió en las canchas– han sobrevivido en manos de sus socios a todas las crisis económicas y políticas de nuestro país, cumpliendo un rol social y cultural irreemplazable y generando una identidad muy importante. Su buena administración depende de la seriedad y la honestidad de quienes asuman los cargos, independientemente del modelo jurídico. No dejemos que hagan negocio con nuestra pasión». Al documento lo acompaña un fixture. «Academia de Rosario SA vs Lepra SA», es uno de los partidos, el clásico de Rosario. «¿Te imaginás un torneo así?», se pregunta la Coordinadora.