Cuando a mediados de 2000 Racing buscaba un gerenciador en medio de su quiebra, apareció el interés del grupo texano Hicks, Muse, Tate & Furst, que por entonces operaba un canal deportivo latinoamericano que tendría breve vida, Panamerican Sports Network (PSN). Para avanzar con el proyecto, el interventor del club, Héctor García Cuerva, recibió a enviados del conglomerado que ahora se conoce como HM Capital Partners y los llevó a recorrer las instalaciones. Mientras caminaban alrededor del Cilindro, uno de ellos vio a lo lejos la cancha de Independiente y, con acento caribeño, dijo que lo primero que podrían hacer era tirarla abajo y construir un estadio único y moderno para los dos equipos. García Cuerva le explicó que eso no iba a ser posible, que no entendía al fútbol argentino.
La pequeña historia de la inversión que no fue se recordó entre quienes la conocían cuando días atrás el presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, reveló la charla con Mauricio Macri sobre un posible estadio único de River y Boca. Aunque porque primero dijo que se trató de una propuesta del presidente y luego que él la había tirado al aire en la conversación, lo que contó D’Onofrio fue un intercambio informal en el que se barajó la chance de compartir cancha. Muy rápido tuvo que admitir la dificultad. Boca no se mudaría de barrio. Y los hinchas de River todavía no aceptaron abandonar el Monumental. Enseguida, además, los dirigentes de Boca, desde Daniel Angelici hasta su delfín para sucederlo, Christian Gribaudo, rechazaron la idea en sendos tuits. «Nuestro club es demasiado grande para pensar en compartir el estadio con otro equipo. De La Boca no nos vamos», escribió Angelici. Tuvo más de 1500 respuestas de hinchas, que le aclaraban que de donde no se iban era de La Bombonera.
Lo del estadio único, más que a un globo de ensayo, se pareció a una infidencia de D’Onofrio que no tenía mucho futuro. Aunque es una idea que Macri amasó incluso cuando fue presidente de Boca. Pero lo que reflotó fueron los planes de River y Boca de abandonar –o remodelar– sus estadios, un camino que por distintos motivos también quieren seguir Racing y San Lorenzo. Y en el que ya se embarcó hace tiempo Independiente con el Libertadores de América. Estudiantes, según anunció hace unos días Sebastián Verón, inaugurará su cancha en el 9 de noviembre, lo que marcará un retorno a 1 y 57, después de 14 años.
El fútbol argentino entró en remodelación. Sus estadios –o la mayoría de ellos– son viejos. En River dicen que al Monumental le quedan quizá diez años de vida. Su estructura ya tiene más de 80 años. D’Onofrio es partidario de una nueva cancha con capacidad para 85 mil personas, aunque un sector de los hinchas, como ya se lo hicieron saber, se oponga. «Lo decidirán los socios», responde. Su charla con Macri apuntaba a conseguir los terrenos que están detrás de la ex ESMA, hacia el río. El proyecto de mudanza incluye un puente para llegar al lugar. Las estimaciones a la baja hablan de una inversión de 300 millones de dólares, aunque los más entusiastas con un estadio moderno –»Va a ser el mejor de Latinoamérica», promete– reconocen que puede llegar a 600 millones de dólares. Uno de los interesados en el megaproyecto es el Grupo Werthein, que a través del conglomerado Landmark ya se hizo con el plan del Tiro Federal. Las participación de los Werthein se alimenta además con que D’Onofrio es socio en La Caja y comparte oficinas con Gerardo, el titular del COA y uno de los accionistas del grupo familiar.
Sin embargo, tal como explicó el periodista Diego Genoud en Letra P, se cuenta poco que las tierras que pretende River tienen una historia. Y es que, según el testimonio de exdetenidos en la ESMA durante la dictadura, podría haber restos de desaparecidos. Ese lugar funcionaba como el campo de deportes de la escuela que fue el principal centro clandestino de detención. Ahí, dijeron testigos en las causas donde se investigan los crímenes cometidos en ese ámbito, se llevaban los cuerpos de las víctimas. Y en ese lugar todavía queda mucho por buscar. En las últimas horas, los mismos dirigentes que se entusiasmaban con un nuevo estadio postergaron la idea. «Es inviable con la situación del país», dijo el propio D’Onofrio en TyC Sports.
Además, la salida del Monumental genera resistencias. Aunque no tanto como las que genera en Boca la posibilidad de abandonar La Bombonera para construir un estadio en los terrenos de Casa Amarilla. Con miles de socios que no pueden ver a su equipo en la cancha, Boca necesita un lugar más grande. Pero la oposición sostiene que eso puede lograrse ampliando La Bombonera con la adquisición de las manzanas linderas. Angelici, en cambio, pretende construir un estadio para 80 mil personas y hasta el acuerdo con Qatar Airways en la camiseta se vio como un paso más en ese proyecto. Los qataríes estaban dispuestos a invertir dinero a cambio de un acuerdo de naming. Será tema de debate durante las elecciones de este año.
El barrio y la cancha son lugares de pertenencia para los hinchas. Lo es Boedo para San Lorenzo. Este domingo cerrará la sucursal de Carrefour de avenida La Plata, uno de los pasos indispensables para la vuelta del club al lugar que le pertenece por historia. Carrefour anunció retiros voluntarios y reubicación del resto de los empleados, lo que marcaba la Ley de Reparación Histórica que votó la Legislatura. A fin de mes entregará las tierras. Y San Lorenzo aún tiene que pagar dos cuotas pendientes, además de que debe hacer estacionamientos. Y hay que esperar que la Legislatura vote la rezonificación, algo que no es fácil porque hay vecinos que resisten a la mudanza. Como sea, incluso con Carrefour manteniendo unos 8000 metros cuadrados en el lugar, para San Lorenzo la operación significa hacerse de un activo que cotiza en 400 millones de pesos.
Racing no necesita mudarse. A pocos metros de donde Independiente construyó su nueva cancha, con todo lo que le costó, remodelará la propia. Son dos etapas. La primera es lo que la dirigencia llama «puesta en valor». Es una inversión de un millón de dólares y servirá para arreglar la hidráulica, el hormigón y las cuestiones eléctricas. El encargado de todo el proyecto es Patricio Rotman, uno de los vocales de la comisión directo. Es lo que no se ve, dicen, pero es lo esencial para llegar al segundo paso, un proyecto de modernización de la Platea A, los palcos, el audio y el video, lo que implica unos seis millones de dólares. Para eso se requiere una inversión privada, acaso un crédito, aunque se descarta la posibilidad de un naming. Es decir, de ponerle a la cancha el nombre de un sponsor. «No te ponen un mango», dicen entre los dirigentes de Racing. Mientras tanto, al Cilindro lo recorren arquitectos e ingenieros. Todos con la certeza de que el Presidente Perón, construido en 1950, es dueño de una estructura privilegiada, sólo que no tuvo un buen mantenimiento durante 30 años. Por eso debe entrar en remodelación. «
Un microestadio en Villa Crespo
En Villa Crespo se construye un estadio para 16 mil personas. Se trata del Buenos Aires Arena, que se levanta en un predio de 25 mil metros cuadrados, sobre Humboldt, entre Padilla y Camargo, tierras que fueron cedidas por la Ciudad al club Atlanta. El microestadio pertenece en un 43% al diario La Nación, el resto se reparte entre distintos accionistas privados, y es gerenciado por AEG Worldwide. Un grupo de vecinos autoconvocados, quienes entienden que tendrá un grave impacto ambiental, se presentó ante la Justicia. Los vecinos temen que el barrio se vea colapsado tanto por los autos como por la circulación alrededor del estadio. Una resolución determinó que hasta que no se hagan estudios complementarios, el estadio no se puede explotar económicamente. Igual, ya se venden entradas para un recital de Sabina y Serrat en noviembre.