A las 20:21 del miércoles 17 de agosto de 2016, en el Arena Carioca 1, la Generación Dorada tuvo su último espasmo antes de cerrar la etapa más extraordinaria de la historia del básquet argentino. En un partido que se resolvió muy rápido, que no dejó margen de reacción, el equipo de Sergio Hernández no pudo con Estados Unidos, la máxima potencia del mundo, y quedó eliminado de los Juegos Olímpicos. Se terminó, de esta manera, un capítulo inolvidable.
La Generación Dorada de básquet, uno de los equipos más magníficos que se haya concebido a nivel nacional, hizo un arranque de partido que ilusionó a toda la Argentina. A los pocos minutos de juego, se puso 10 puntos arriba. Parecía que sería uno de esos días de enorme hazaña. Pero enfrente tuvo a los Estados Unidos, el Dream Team, que puso quinta velocidad. No sólo emparejó el partido, sino que terminó el primer cuarto con una ventaja de 25-21.
El trabajo de los estadounidenses en el segundo cuarto fue demoledor: así, la primera mitad terminó 56-40, con un parcial en el segundo cuarto de 31-19. En el tercer cuarto, los grandes favoritos del certamen empezaron a manejar la diferencia a su antojo y ganaron el período por 31-21, para cerrar un 87-61 que, en cierto modo, le puso fin al partido. En el último cuarto las diferencias se mantuvieron y el resultado fue 105-78.
El equipo liderado por Manu Ginóbili, Luis Scola y Chapu Nocioni estuvo otra vez más ante un escenario adverso, el más duro desde su llegada a Brasil. Aunque desde el corazón de la delegación argentina esperaban otro rival para esta llave, el desafío de jugar ante algunas de las máximas figuras de la NBA volvió a poner a la Generación Dorada al límite de la ilusión. Pero no hubo manera. Estados Unidos ganó. Y muy bien.