El próximo sábado 26 de octubre, en Barcelona, estaba programado que se juegue el clásico de la Liga entre el Barcelona y el Real Madrid. El próximo sábado 26 de octubre, también en Barcelona, está convocada una gran manifestación en protesta por la condena de 9 a 13 años de cárcel a los líderes independentistas de Cataluña. La Liga solicitó a la Federación Española que enroque las localías, para que el partido se dispute en el Santiago Bernabéu. Desde Madrid, en tanto, piensan que es mejor una postergación. Este jueves se confirmó la suspensión.
La coincidencia en el calendario es una muestra más de que los caminos de la política y el fútbol no van por vías paralelas. La rivalidad entre los dos equipos más grandes de España, de hecho, ha sido uno de los motores en los corazones independentistas a lo largo de los últimos cien años. Pero en la última década, a la par de la dicotomía Guardiola-Mourinho y Messi-CR7, la causa catalana multiplicó su intensidad y también sus adeptos.
Comunicado del FC Barcelona:
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) 14 de octubre de 2019
«La prisión no es la solución» pic.twitter.com/s3xSOO95RX
A nadie sorprendió que el Barcelona, ganador de ocho de las últimas once ligas de España, emitiera un comunicado “como una de las entidades de referencia de Cataluña, y de acuerdo con su trayectoria histórica” asegurando que “la prisión no es la solución”. Tampoco causó asombro que Pep Guardiola difundiera su posición a través de un video, lo mismo que Piqué y Xavi, entre otros, en sus redes sociales. Ni los clubes ni los futbolistas suelen fijar posición política. Pero el Barcelona parece una excepción.
Fue el escritor Manuel Vázquez Montalbán el que definió al Barca “como el ejército desarmado de Cataluña”. Según el periodista Enric González, corresponsal en Argentina para el diario El País, esa “identificación mística” entre el Barcelona y Cataluña nació de un error arbitral en 1970: durante un derby español, un réferi pitó un penal que no era para el Madrid. Luego hubo una invasión de campo, lanzamiento de butacas y suspensión del partido. Y también un cronista que escribió en El Diario de Barcelona que con ese arbitraje “Felipe V había vuelto a Cataluña”. Así fue que muchos culés descubrieron que, al menos en el ámbito del fútbol, podía existir cierta libertad durante la dictadura franquista.
Nadie sabe bien qué significa el slogan de que el Barca es más que un club. Para algunos se trata de una estrategia de márketing que sirvió para transformarlo en la multinacional catalana más importante a nivel global. Para otros la cuestión es más romántica y tiene que ver con cómo el club oxigenó esa catalanidad reprimida durante los años oscuros. Como antes el viejo estadio de Les Corts, el Camp Nou fue escenario de reivindicaciones mínimas o mayúsculas del catalanismo a lo largo de su historia. En los últimos años se volvió tradición que en el minuto 17:14 se grite a favor de la independencia y las tribunas estén repletas de banderas esteladas. Pero hay muchas más escenas si se viaja en el tiempo.
En 1925, Les Corts, el antiguo campo del Barca, fue cerrado por seis meses por haber chiflado el himno nacional español. Once años después, Josep Suñol, presidente del club y diputado por Esquerra Republicana, fue detenido y fusilado por soldados franquistas. El palco del Camp Nou lleva hoy su nombre. Es conocido también el poderío que consiguió el Real Madrid en España y Europa mientras Franco se autoproclamó Caudillo de España por la gracia de Dios. Más acá en el tiempo el propio Lionel Messi reconoció que, en 2013, cuando saltaron los problemas con Hacienda, fue la única vez en su carrera que pensó en cambiar de club. «No tanto por el Barça, sino por irme de España», dijo el 10, dando lugar a los rumores de que detrás de aquella sanción había alguna intención política.
Los últimos 15 años de expansión culé, impulsados sobre todo por el genio de Guardiola y la zurda de Messi, no sólo coincidieron con la explosión del independentismo catalán. También con la época dorada del fútbol español, que fue campeón de Europa en 2008 y 2012 y del mundo en Sudáfrica 2010. La tensión con algunos futbolistas catalanes se hizo sentir, con epicentro en Piqué: el zaguero fue silbado en diferentes canchas españolas, donde incluso le llegaron a cantar “Piqué, cabrón, España es tu nación”. Si la Federación hace lugar la próxima semana al pedido de la Liga, el sábado 26 se volverá a escuchar en Madrid.