El piloto británico que está siendo juzgado por la muerte del futbolista argentino Emiliano Sala en un accidente de avioneta en 2019 se declaró culpable de uno de los dos cargos se que se le imputaban, el de “intentar dar de alta a un pasajero sin permiso o autorización válido”, en el inicio de su juicio en Cardiff, en el Reino Unido. Aún resta el proceso por el otro cargo, que David Henderson niega: «poner en peligro la seguridad de un avión».
El fiscal Martin Goudie explicó ante el tribunal que «Henderson, como operador (…) organizó dos vuelos», uno el 19 de enero de Cardiff a Nantes para que el futbolista, que acababa de ser fichado por el club galés, fuera a Francia, donde jugaba hasta entonces, para recoger sus pertenencias y despedirse de sus compañeros, y otro de regreso dos días después para incorporarse a su primer entrenamiento. «Los organizó porque le interesaba económicamente», subrayó.
En la oscuridad de la noche y con condiciones meteorológicas complicadas, la avioneta privada, una Piper PA-46 Malibu, que llevaba al jugador de 28 años a su nuevo destino, traspasado desde el Nantes por unos 20 millones de dólares, cayó a las aguas del Canal de la Mancha el 21 de enero de 2019. Los restos de Sala, cuya muerte conmocionó al mundo del fútbol, fueron hallados en la carcasa del aparato más de dos semanas después, a 67 metros de profundidad. El cuerpo del piloto, David Ibbotson de 59 años, nunca fue localizado.
Henderson, que también es piloto, actuó de forma negligente o imprudente al organizar estos vuelos «cuando la aeronave no estaba autorizada para ello y al utilizar un piloto que no estaba cualificado ni era competente», lanzó el fiscal. Goudie explicó que era Henderson, de 67 años, quien debía pilotar el avión que llevaba a Sala, pero no estaba disponible así que lo organizó todo para que Ibbotson lo remplazara. «Ibbotson no tenía licencia de piloto comercial, su habilitación para el tipo de aeronave N264DB había expirado en noviembre de 2018 y no era competente para volar en las condiciones meteorológicas que Henderson sabía que los vuelos podrían encontrar», añadió. Henderson fue liberado bajo fianza en espera del proceso.
El vuelo fue fletado por Henderson por intermediación de Willie McKay y su hijo Mark, contratados por el Nantes para realizar la traspaso de Sala. El Cardiff aseguró haber propuesto un vuelo comercial al jugador, quien lo declinó. Una vez a bordo de la avioneta, Sala expresó preocupación por su estado. «Estoy acá arriba del avión que parece que se está por caer a pedazos y me estoy yendo para Cardiff», dijo Sala en un audio enviado a sus amigos por WhatsApp. «¡Papá! Que tengo miedo», agregó, aunque con voz tranquila.
La búsqueda inicial del jugador y del piloto se suspendió en los días posteriores a la desaparición del aparato. Pero el 26 de enero de 2019, dos días después del fin de las operaciones oficiales, la familia de Sala informó que iba a continuar por su cuenta, contratando a una empresa privada gracias a los fondos obtenidos mediante una colecta en internet. La familia había recibido el apoyo de varios jugadores, entre ellos las figuras argentinas Lionel Messi, Gonzalo Higuaín y Nicolás Otamendi, y esto permitió hallar los restos del delantero, que fue enterrado en su pueblo. Familiares, amigos, enviados de Nantes, Burdeos y Cardiff, vecinos llegaron a inclinarse, llorar o poner una mano sobre el féretro del futbolista originario de Progreso, la localidad santafesina de 3.000 habitantes donde creció. Su hermana Romina se implicó especialmente en la búsqueda de la avioneta en el Reino Unido. Pero el golpe fue fatal para el padre, Horacio Sala, quien murió de un ataque al corazón tres meses después que su hijo.