Diego Borinsky se convirtió, de a poco, en el mayor biógrafo de los símbolos de River. Comenzó con un libro de Matías Almeyda, siguió con dos de Marcelo Gallardo y el año pasado le agregó uno de Andrés D’Alessandro. Pero a cualquier reconstrucción de la vida y obra de ídolos de River le faltaba un título fuerte, el de Ángel Amadeo Labruna, y Borinsky volvió a hacerlo hace pocas semanas. Con su sello, además. Se trata de una trilogía publicada por Galerna y dividida en tres tomos: jugador, técnico y personaje.
-¿Quién es Labruna? ¿Un Gallardo en blanco y negro?
-Angelito es el máximo símbolo en la historia de River. Se formó en el club, jugó 21 años seguidos en la Primera de River, es el que más goles metió en la historia del club y el goleador del superclásico contando ambas camisetas. Luego lo sacó campeón como técnico después de 18 años, entraba tapándose la nariz a la cancha de Boca y, cada vez que dirigía en otro club, lo primero que preguntaba era cómo había salido River. Que el lugar más sagrado del Monumental, el vestuario donde se cambian los jugadores, lleve el nombre de Labruna, es un estricto acto de justicia. Lo mismo que exista una estatua gigante. No hay de otro, aunque pronto lo habrá. Eso habla por sí solo. En cuanto a la comparación con Gallardo, es una linda metáfora la que planteás. Es imposible compararlos como entrenadores, son demasiado diferentes las épocas. Pero claro que tienen muchos puntos en común: una personalidad muy fuerte y ganadora, mandan a sus equipos al frente, un vínculo paternal sobre sus jugadores y un carisma especial. Un amigo cordobés sostiene una teoría de que Gallardo es la reencarnación de Labruna. Yo publiqué una serie de fotos en paralelo después de un partido en que Gallardo dirigió con jogging bordó (similar al de Angelito) y hubo una frase que me gustó mucho: “Labruna vive en Gallardo”.
-La Máquina, la famosa delantera de River en los años 40 que Guardiola recordó cuando hizo retroceder a Messi en el Barcelona –dijo que Adolfo Pedernera lo hacía en La Máquina-, es un equipo muy mencionado pero poco conocido. ¿Cuál fue el papel de Labruna?
-Labruna era el que metía los goles, tan simple y complejo como eso. Pedernera era un 9 retrasado que armaba el juego pero metió 142 goles en 307 partidos en River. Moreno era un 8 (insider derecho en esa época) pero metía muchísimos goles, llegó a 183 en 339 partidos, Félix Loustau metió 106 goles en 388 partidos siendo wing izquierdo, una locura. Pero Angelito los pasó a todos, y además siendo el 10, entreala o insider izquierdo, ni siquiera era el centrodelantero clásico. El periodista Alejandro Apo me recordó un lindo diálogo: “La mejor definición me la dio Pedernera. Le pregunté sobre la teoría de que Ángel era el de menos técnico de los 5 delanteros de La Máquina. Y Adolfo, que andaba peleado con Labruna con bastante frecuencia, y por lo tanto no tenía ninguna obligación de quedar con él, me dio una respuesta que me quedó marcada: ‘Primero: el día que nos vayamos de esta vida, queda Ángel porque hizo los goles. Segundo: en los partidos más difíciles, le tirábamos tres pelotas al área, y de esas tres, dos eran a cobrar y una pegaba en el palo’”.
-Labruna es el máximo goleador del fútbol argentino pero también referente de una época ambigua de la selección, campeona de la Copa América y con el fracaso estrepitoso del Mundial 58.
-Al Mundial de Suecia, Labruna no iba. Pasó que en la gira previa se lesionó el Mono Zárate, que era wing izquierdo, y lo llamaron de urgencia. Medio raro, porque Labruna no era wing. Para mí es un mérito increíble que en una época en que los jugadores se retiraban a los 32 o 33 años, Labruna haya ido a un Mundial a punto de cumplir 40. El problema de Angelito fue ir a contramano, porque durante buena parte de su carrera, por decisiones políticas, Argentina no compitió internacionalmente y tampoco hubo Mundiales por la Guerra.
-La grandeza de Labruna es que duplicó como técnico lo que ya había hecho como jugador. ¿Cuándo se convierte en una leyenda de River? ¿En el título de 1975?
-Es muy difícil evaluar las cosas del ayer con la óptica de hoy pero hay muy pocos casos de jugadores que logran replicar como entrenadores una carrera tan exitosa como la que tuvieron con cortos. Y lo digo en el mundo. Cruyff, Beckenbauer, Guardiola, no son muchos. Labruna es uno de esos casos: tuvo carreras muy grosas como jugador y como DT. Jugó 21 años seguidos, ganó 9 campeonatos, pero cuando dejó River, a fines del 59, como venía ganando tanto, quizás no se valoraba lo que había hecho. Luego llegaron los 18 años sin títulos. Y tuvo que volver Labruna para que River fuera otra vez campeón. Ese 75 que enterró el mote de gallinas lo elevó al status de prócer definitivo.
-Labruna es River pero excedió River: Rosario Central, Talleres de Córdoba, Platense, Argentinos, Defensores de Belgrano.
-Labruna sacó campeón a Defe en la B en 1967 pero no ascendió por un Reclasificatorio. Al mismo tiempo llevó a Platense a estar más cerca que nunca de un título: perdió una semifinal insólita (la del Metro 67) ante el Estudiantes de Zubeldía que ganaba 3-1 y perdió 4-3. Angelito le dio el primer título a un club del interior (Rosario Central), el Nacional 71. La famosa palomita de Poy que hoy se sigue festejando lo tuvo a Angelito como DT. Fue la semifinal contra Newell’s, en el Monumental. Cuando a Central le tocó el vestuario visitante, Angelito dijo: “Por suerte, porque el local está mufado desde hace más de 10 años”. En el 74 provocó el “boom Talleres”. Le ganó una final a Belgrano y por primera vez clasificó al octogonal final del Nacional (terminó 4°). Un día después de que lo echaran de River en 1981, Talleres lo volvió a llamar y llegó a las semifinales del Nacional 82. Y, en su último trabajo antes de morir (en septiembre de 1983), armó el Argentinos que en 1984 y 1985 ganaría los primeros dos títulos de su historia y la Libertadores. Me lo reconocieron los jugadores del Bicho a los que entrevisté: me dijeron que el padre de aquel equipo fue Angelito.
-Los rankings siempre son tentadores, y a la vez injustos, antipáticos. En los más de 120 años de historia de River, ¿quién es el jugador o técnico que debería liderarlo? ¿Labruna o Gallardo?
-Labruna es el símbolo máximo de la historia de River y Gallardo llegó para competirle. Que a fin de año se inaugure otra estatua gigante de bronce del Muñeco al lado de la de Angelito es la síntesis perfecta de lo que representan ambos: son los dos nombres más importantes en la historia de River. Y como dije en la primera pregunta: Labruna vive en Gallardo. «