El 12 de diciembre estaba marcado con resaltador en el calendario de los hinchas de Boca como la fecha en la que se iba a dar, por fin, la despedida de Juan Román Riquelme en la Bombonera. Pero el ídolo xeneize dibujó una gambeta inesperada y suspendió ese evento para meterse de lleno en la vida política del club: se impuso en las elecciones junto a la fórmula de Ameal y Pergolini. Por eso este 12/12 el festejo del Día del Hincha de Boca se dio en el Obelisco, con la expectativa de la bienvenida a Riquelme.
Aunque el último partido de Riquelme con la camiseta de Boca fue hace más de cinco años, la remera que más se vio entre las miles de personas que se juntaron en el Obelisco para continuar la tradición que se inició en 2012 fue la número 10 con la inscripción “Román”. Desde el domingo pasado, cuando más del 52% de los 40 mil socios que fueron a votaron eligieron su lista, Riquelme desapareció de la escena mediática. Este lunes asumirá la nueva dirigencia y deberá entrar en funciones como el encargado del fútbol de Boca. Por ahora, se especula con que su elegido para el banco de suplentes será Miguel Ángel Russo y el abanico de refuerzos que suenan como sus predilectos es enorme.
El «Día del hincha de Boca» se celebró como todos los años desde que los hinchas se autoconvocaron el 12 de diciembre de 2012 (12/12/12), número que identifica al club por el histórico apodo de Victoriano Caffarena, el hincha xeneize que acompañó la gira europea de Boca en 1925, y a quien el diario Crítica llamó el «jugador número 12». Eso, claro, fue mucho antes de que existiera la barra brava que también tomó esa identificación.
La jornada de 2012 comenzó como una fiesta multitudinaria en el Obelisco y terminó con incidentes, cuando la policía intervino tras los primeros desmanes que alteraron el centro porteño, con el local de McDonald’s como principal afectado. Al año siguiente, la dirigencia de Boca decidió abrir las puertas de la Bombonera y organizar la jornada con la actuación de grupos musicales y entrada gratuita para evitar los desmanes en la Ciudad, algo que se repitió hasta 2017. En 2018, luego de la caída en Madrid ante River por la final de la Copa Libertadores, con el enojo de los hinchas con la dirigencia en su punto mayor, Angelici optó por no abrir el estadio, pese a que muchos hinchas se autoconvocaron en el barrio de La Boca.