En la Usina del Arte, en La Boca, Ferran Soriano, CEO del City Football Group, dice que “el fútbol argentino tendrá que encontrar su combinación”, ver “qué se hizo bien en Alemania, Portugal, España, y que se aprenda de ello”. Porque en Argentina, “tierra de oportunidades”, es “más difícil la gestión de las asociaciones civiles”. Es el 12 de marzo de 2018. El gobierno de Mauricio Macri pretende que se debata en el Congreso el ingreso de las sociedades anónimas deportivas. Raúl Gámez, quien había escuchado entre el público a Soriano, se le acerca después de la exposición. “Ustedes, que están entre los cinco clubes más importantes del mundo, como estuvo manifestándose, y si les va tan bien, ¿por qué roban jugadores?”, le pregunta el histórico presidente de Vélez. Soriano se pone blanco. Recurre a Txiki Begiristain, entonces director deportivo del Manchester City: “Explíquele que no es así”. “Sí, es así -los interrumpe Gámez-. Yo lo viví. Nos querían dar 1.200.000 dólares por Garré, pero si jugaba 40 partidos. Si Garré juega 40 partidos de N° 10 en Manchester City y Vélez cobra 1.200.000, me tienen que enterrar y edificar dos canchas arriba de mi cuerpo. Vergüenza les tendría que dar”.

Benjamín Garré había dejado Vélez en 2016, días antes de cumplir los 16 años, edad del primer contrato. Se había ido libre y había firmado con el City. Vélez recurrió al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Falló en su contra. Pero Garré no jugó ningún partido en el City. Tras pasos por Racing y Huracán, a los 24, juega hoy en el Krylia Sovétov de Rusia.

En 2024, Luka Andrade -17 años, delantero de la Sexta División de Boca- se negó a firmar su primer contrato y, desde 2025, jugará en alguno de los 13 clubes del conglomerado City Group (en principio, en Montevideo City Torque, hoy en la segunda división de Uruguay). “No voy a renovar”, había dicho Claudio “Diablito” Echeverri en diciembre de 2023, minutos después de su primer partido como titular en River, final victoriosa en el Trofeo de Campeones. Y puso a River entre la espada del City y la pared de que se fuera libre. Y River entregó a la joya bajo las condiciones del City: 18.498.200 euros por el 100% del pase en tres cuotas. “Claudio es un chico muy joven, todavía le falta asentarse en el fútbol argentino. Está en un proceso de desarrollo normal; tiene 18 años recién. Las etapas se queman rápido y no depende de uno. Esta decisión ya estaba tomada y tendrá que seguir aprendiendo en otro lugar”, sostuvo el miércoles Marcelo Gallardo, entrenador de River, tras el 2-3 de River ante Instituto en Córdoba por la Liga. Si Echeverri no hace pie, recordaron periodistas que cubren el día a día del Manchester City, puede irse cedido, como el argentino Máximo Perrone -21 años, ex Vélez-, quien se marchó a Las Palmas (España) y juega hoy en Como (Italia).

Es el zeitgeist -el espíritu de la época, de esta época-, en el que para muchos chicos-juveniles no existe más que ellos -los clubes formadores son poca cosa- y, entonces, aprovechan la oportunidad a riesgo de que el precio a pagar sea alto. Se marchan, también, porque el fútbol argentino se rompe año tras año, como con la anulación de los descensos en 2024. Y porque hoy muchos chicos son hinchas del City -o del Chelsea, o del Real Madrid-, y visten sus camisetas originales y truchas: en Argentina, es más accesible ver un partido del City por TV que de uno de Boca o de River. Jugar en la Premier League es cumplir el sueño del niño interior que veía por tele los partidos. Aunque el Manchester City, seis veces campeón con Guardiola como DT en ocho Premier y campeón de la Champions 2022/23, también puede perder cuatro partidos seguidos. Y, afuera de la cancha, afrontar con sus dueños -la familia real de Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos- el “juicio del siglo” contra la propia Premier.

El 22 de noviembre próximo, los 20 clubes de la Premier votarán los cambios de reglas propuestos en relación al patrocinio después de un primer fallo judicial que favoreció -en parte- al Manchester City. Se trata de las “transacciones entre empresas asociadas” (APT), introducidas para evitar que los clubes obtuviesen ingresos a partir de acuerdos comerciales inflados, sin condescendencia con el valor justo de mercado. Son las reglas que el City infringió en 115 “cargos”, denunció la Premier, por las que podría ser despojado de títulos y hasta descendido a la segunda división. El tribunal aceptó que la exclusión de los (auto) préstamos a un club con poco o nulo interés era “una clara distorsión de la competencia entre clubes” debido a los beneficios contables, pero que se consideraba “una violación de la ley de competencia”. Para avalar los cambios, la Premier necesita ahora que 14 de los 20 clubes voten a favor (dos tercios). “Abre el juego para que un dueño esté de los dos lados del mostrador; es decir, que le inyecte dinero a un club en déficit o no sin que se siga la ruta de trazabilidad lógica del dinero, una inyección de los mismos inversores pero a partir de sus empresas, no de las ganancias genuinas del club”, explica una fuente que accedió al fallo de 175 páginas. ¿Clubes de la Premier iniciarán un juicio contra el City por “daños y perjuicios”, como dejaron correr? ¿Lo limitarán a través de los votos, de “la tiranía de la mayoría”, como expresó el City, ya que en la Premier sólo lo acompaña otro club-Estado, el Newcastle, del “vecino” Arabia Saudita?

En Manchester cuentan que la actual temporada 2024/25 puede ser la última de Pep Guardiola como DT del City. Que el club proyecta “rejuvenecer” el plantel con un entrenador a largo plazo (Guardiola, que renueva año tras año, finaliza su contrato a mitad de 2025). Sería el verdadero fin de una era, la de Guardiola con el City. El plan a futuro es que el Manchester City compre la menor cantidad de futbolistas posibles –que incluso no compre-, y que se abastezca durante la próxima década de los jugadores que “atrapen” y se destaquen en los clubes satélites de la cadena. A mitad de 2024, el City le “compró” al Troyes de Francia a Savinho. El brasileño (20 años) nunca jugó en el Troyes, club del City Group desde 2020: primero se fue cedido al PSV de Países Bajos y luego al Girona de España, también del City Group. En 2024, el Troyes, fundado en 1896, descendió por segundo año consecutivo, a tercera división, pero después de que el Bordeaux quebrara y renunciara a su estatus profesional, se mantuvo en la Ligue 2 (hoy anteúltimo, 17° entre 18 clubes).

Como no sucedía desde 2006 -antes de la compra de Abu Dabi-, el Manchester City perdió cuatro partidos seguidos, una seguidilla inédita en la trayectoria de Guardiola como DT: 2-1 ante el Tottenham por Copa de la Liga, 2-1 contra el Bournemouth por Premier, 4-1 frente al Sporting de Lisboa por Champions y, este sábado, 2-1 ante el Brighton por Premier. “You’re getting sacked in the morning! (¡Te echarán por la mañana!)”, le cantaron, irónicos, los hinchas del Brighton a Guardiola. Una serie de lesionados -entre ellos, y por toda la temporada, Rodri, ganador del Balón de Oro, quien abarcaba todo el juego del City, en fase defensiva y ofensiva- deformó al equipo, vulnerable en los contraataques y con poco gol más allá de Erling Haaland. “El parate (por Fecha FIFA) será bueno para nosotros en este momento, por las lesiones y también por la parte psicológica”, aceptó el portugués Bernardo Silva, 30 años, uno de los “veteranos”. “El City todavía tiene en marcha el ‘caso 115’. Perderlo constituiría una crisis (el City señala que se defiende enérgicamente de todos los cargos). Es una distracción; el conflicto con otros clubes es innecesario y el juego no debería ser sobre abogados, pero las disputas fuera del campo no deberían afectar el rendimiento de los profesionales experimentados en el campo”, escribió el periodista Henry Winter en su newsletter de fútbol, y agregó: “El City tiene uno de los entrenadores más visionarios y exitosos de la historia. Es un desafío. Sólo sería una calamidad si no responde, y Guardiola generalmente responde. De todos modos, la verdadera ‘caída libre’ para el Manchester City fue el descenso a tercera división en 1998”.

El City, que durante su primer siglo de vida conquistó dos títulos de liga y sufrió diez descensos, vivía a la sombra del United. Pero desde el desembarco de Abu Dabi en 2008 se acostumbró a ganar: 23 títulos en 15 años. Noel Gallagher -57 años, líder de Oasis, criado en Burnage, sur de Manchester- llegó a hacer dedo de joven en pleno invierno con sus amigos por una huelga de trenes para ir a ver al City de visitante, cuando no ganaba. Deriva y melancolía. Humor negro ante la habitualidad de la derrota. En la final de la Champions 2022/23 (1-0 de Rodri, ante Inter en Estambul, primera y única del City), en cambio, hinchas del Liverpool contemporáneos a él lo insultaron y le dijeron “tramposo”. “Los jugadores no son tramposos y el entrenador tampoco”, le dijo en junio a The Athletic. “Si el club hizo lo que se le imputa, es culpa del club”. Gallagher afirmó que, cuando Guardiola se vaya del City, la Premier “respirará aliviada”. En el escenario y en la cocina de su casa, lo acompaña una figura de Guardiola en cartón. “Muchos hinchas están desesperados porque se les metió en la cabeza que nadie va a ganar nada hasta que se vaya. Es genial. Vive en la cabeza de todos”. En la final de la Champions que ganó el City, un viejo hincha citizen le preguntó si no echaba de menos “los viejos tiempos”, en palabras de Noel Gallagher, un fútbol “un poco más salvaje, libre y fácil”. “¿Estás loco? Lo que echo de menos de aquellos días es no ser reconocido, ser solo una cara entre la multitud, para poder portarme mal todo lo que quisiera. Pero si me preguntás si prefiero ese Manchester City a éste -le dijo-, estás loco. O no sabés nada de fútbol”.