La TV Pública volvió este fin de semana a ser la pantalla de partidos de la Primera División después del Fútbol para Todos, cortado por el gobierno de Mauricio Macri en 2017. El fútbol argentino se encamina, como en Inglaterra con la BBC y la Premier League y en Alemania con la ARD y la Bundesliga, a un sistema mixto: señales estatales y privadas (cable o abono) para la pelota. El gobierno pretende la cesión de cuatro de los 13 partidos por fecha de la Liga Profesional. Ante la negativa de Turner (TNT Sports), serán dos en el comienzo, los de Disney (ESPN-Fox), empresa dueña del 50% de los derechos de transmisión hasta 2030, según comunicó el 1 de enero la AFA después de una puja judicial. Con este movimiento, Disney aguarda un fallo a favor en la Secretaría de Comercio por la fusión ESPN-Fox. En la tercera fecha de la Copa de la Liga Profesional, la TV Pública transmitió Argentinos-Vélez, el viernes, y Banfield-Colón, el sábado. Aún sin el regreso de los hinchas a las canchas, con reuniones pendientes entre el gobierno y la AFA, la TV y las transmisiones adquieren cada vez más un lugar central en la industria del fútbol.
El mayor acceso a los partidos, especulan las empresas, puede funcionar como un gancho para aumentar los suscriptores al Pack Fútbol, que sobrepasa hoy los 2 millones, a un valor de 831 pesos por mes. Turner, cuyo contrato por el 50% de los derechos es hasta 2027, no cede los partidos porque su objetivo es otro: que la posición dominante de Disney en Argentina la obligue a desinvertir y así poder quedarse con la totalidad del fútbol argentino. Porque son socias y, en especial, competidoras. “Disney ostenta una posición difícil de defender incluso desde la perspectiva liberal de la economía política de medios”, dice Santiago Marino, docente de Políticas de Comunicación. En el Boca-River que se jugó el 2 de enero en La Bombonera por la Copa Diego Maradona, la TV acreditó a 210 personas. Ningún otro medio fue habilitado para cubrir el Superclásico. “Un despropósito total –dice un dirigente de Boca–. Es más, si me apurás, te digo que la TV presiona para que no haya otros medios y así tener el monopolio de la información en directo”. Otra figura de la televisión argentina está en posición de poder en el fútbol: Marcelo Tinelli, presidente de San Lorenzo y de la Liga Profesional, le pone reparos –y hace su propio juego– a la hora de las negociaciones con Disney y Turner.
La Selección argentina femenina jugó la última semana la Copa She Believes en Estados Unidos. Ninguno de los tres partidos fue retransmitido por ninguna señal en Argentina. Los derechos de la Primera División femenina los tiene Turner, que transmite sólo cuatro partidos por fecha y que les prohíbe la transmisión por YouTube a otros medios. Turner no le paga ningún dinero a la AFA por el fútbol femenino. La Copa Libertadores femenina se jugará entre el 5 y el 21 de marzo en los estadios de Vélez y Morón. DeporTV, señal deportiva estatal, acordó con la Conmebol la transmisión de los partidos de Boca y River en el torneo. En ese sentido, Conmebol renovó un acuerdo con Facebook hasta 2022 para transmitir los partidos de los jueves de la Copa Libertadores masculina por Facebook Watch.
En paralelo, los clubes apuestan a las “Over the top” (OTT), una plataforma propia en Internet por fuera de los medios tradicionales. Boca TV fue lanzado por Mario Pergolini, vicepresidente y personaje de los medios. “Se la pasan gritando, hablando de Boca”, criticó a los canales tradicionales. “Nosotros –aclara Pepe Amorín, gerente de Poipes, empresa uruguaya de comunicación que provee las OTT en Racing y Estudiantes de La Plata– no competimos: somos complementarios a los medios tradicionales. Los clubes tienen una cantidad de activos que no necesariamente se explotan más allá de los 90 minutos. Esto es propio, un desarrollo para el club, y se puede monetizar y darles un valor agregado a los socios, más en tiempos de pandemia”. Son, a la vez, contenidos pensados para teléfonos y para una nueva generación.
El viernes, en Reserva, Racing y Estudiantes jugaron en City Bell. Fue transmitido por Estudiantes Play. Además del contenido gratuito, los socios pueden pagar 120 pesos (y los no socios, 150) por otros exclusivos. Se calcula, en promedio, que paga el 2% de todos los hinchas de cada club. Entre los diez eventos más vistos en vivo por YouTube hay un partido de fútbol. Flamengo, cercano al presidente brasileño Jair Bolsonaro, en conflicto con la cadena Globo, recibió el año pasado el visto bueno para romper su contrato. Y transmitió por el canal oficial del club la derrota 3-2 en la final de la Copa de Río ante el clásico Fluminense en el Maracaná. Lo vieron en vivo 3,5 millones de personas, récord en el fútbol.
El jueves, en el sorteo de la Primera Nacional, Claudio Tapia, presidente de la AFA, habló de la llegada demorada del VAR: “Le vamos a dar herramientas porque los árbitros siguen con un silbato y dos tarjetas, la amarilla y la roja. Con el VAR se podrá darle justicia al fútbol argentino”. En principio, el VAR se pondrá en marcha en el torneo que se inicie después de la Copa América. En el predio de la AFA, mientras tanto, la capacitación sigue adelante con el objetivo de contar con 38 nuevos árbitros VAR, más los 12 ya aceptados por la FIFA. “Las televisoras comerciales siempre quieren que se acuda a la repetición en video porque eso convertiría a la televisión en la Suprema Corte de Justicia del fútbol, que es lo que siempre ha querido ser. Ya lo es desde lo comercial. Ahora lo sería desde la jurisprudencia del juego”, advirtió el escritor mexicano Juan Villoro en la previa del Mundial de Brasil 2014, el último sin el VAR.
La programación de los canales de TV profundizó la boverización del fútbol argentino después de la final de la Copa Libertadores 2018. Boca y River, y su circo rutinario de “información”. “Bover se volvió tan grande que ya excede a Boca y River. Bover es un modo de ver el fútbol. De discutirlo. De analizarlo. De venderlo. De comprarlo. De consumirlo. ¿Será ese el modelo de consumo y el tipo de lenguaje tóxico que las nuevas generaciones esperan del fútbol?”, se preguntó el periodista Marcelo Gantman en la última entrega del newsletter de Big Data Sports. “No hay score ni cuadros ni partidos. Los estadios ya son demoliciones que se caen a pedazos. Hoy todo pasa en la televisión”, le dice Savastano a Ferrabás en un cuento de Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, incluido en Crónicas de Bustos Domecq. “El fútbol, al igual que la vasta gama de los deportes, es un género dramático, a cargo de un solo hombre en una cabina o de actores con camiseta ante el cameraman”. El cuento, publicado en 1967, se llama “Esse est percipi”: ser es ser percibido. Con o sin público. Con o sin TV.