El martes se van cumplir 15 años del título de Racing de 2001. El estallido que expulsó a Fernando de la Rúa de la Casa Rosada retrasó la definición del campeonato hasta el 27 de diciembre, una fecha inusual para el fútbol argentino, que no suele presentar partidos entre Navidad y Año Nuevo. Esa fue la gran excepción de esta era, aunque casi todos los equipos tienen alguna historia de encuentros entre brindis y brindis, y bajo un calor sofocante.
El clima de más de 30 grados aún de noche no es el único motivo por el que no se juegan partidos en la última semana del año. De hecho, en ligas como las de Italia y España, donde la temperatura no es un impedimento para jugar, tampoco hay fechas programadas entre mediados de diciembre y los primeros días de enero: las fiestas son más sagradas que la pelota. La Premier, en cambio, no para. En Inglaterra se juega el Boxing Day cada 26 de diciembre, y también hay partidos el último y el primer día del año.
Aquella tarde de 2001, en el país de los cinco presidentes en diez días, además del empate entre Racing y Vélez se jugaron otros cuatro encuentros que servían para definir ese campeonato y el del Nacional B. Y por más que haya sido raro, los hinchas de Racing ya conocían la sensación coronarse para esas fechas. Exactamente 16 años antes había vuelto a Primera de la mano del Coco Basile. Además, en 1917 y con su quinto título seguido ya asegurado había jugado el 30 de diciembre ante Independiente, aunque perdió por 1-0.
En la época del amateurismo era mucho más normal que los torneos se extendieran hasta los últimos días del año e, incluso, hasta principios del año siguiente. Las problemas para ponerse de acuerdo entre los teams (como se les decía por ese entonces) y la gran cantidad de partidos pospuestos por mal clima o problemas en las tribunas hacían imposible determinar cuándo iban a finalizar los torneos. Por eso entre mediados de la década de 1910 (cuando empezó a engordar la lista de participantes) y hasta 1931 (con el primer torneo del profesionalismo), casi todos los campeonatos se definieron a fin de año o a principios del entrante. Por ejemplo, en 1927 se jugaron partidos el 24, el 25 y el 31 de diciembre. Y así como Racing en l985, River y Nueva Chicago también tienen un ascenso de fin de año. En 1908 la AFA anuló la final que River le había ganado a Racing el 13 de diciembre porque el partido se había interrumpido por numerosas invasiones del público. La final por el ascenso se reeditó el 27 de diciembre y los de por entonces La Boca ganaron por 7-0. Por su parte, en 1930, Chicago le ganó por 3-1 a All Boys en la última fecha de la Segunda División y ascendió por segunda vez.
El del amateurismo no fue el único momento de la historia del fútbol argentino que estiró por demás los campeonatos. Por ejemplo, el inédito triple empate en el primer puesto en 1968 entre Vélez, Racing y River llevó a que los de Liniers se coronaran recién el 29 de diciembre (40 años después, Boca salió campeón el 23 de diciembre en otro triangular). Además, los Nacionales de 1977 y de 1978 se definieron en enero (con partidos en las fiestas incluidos) por un desfase que empezó cuando armaron el Metro ’77 con 46 fechas y que se reacomodó al achicar el Metro ’79 con playoffs. Por eso la histórica final entre Independiente y Talleres del Nacional ’77 se jugó en realidad en el ’78. El último problema de estos fue en el Metro 1982 que se retrasó el inicio por el Mundial de España y que terminó en febrero. Ese 30 de diciembre, por ejemplo, Independiente y River empataron, mientras que Boca derrotó a Racing, que jugó de local en La Bombonera.
El hecho de haber bajado el número de partidos a menos de 40 por año (en el ’82 Ferro jugó 62 entre el Nacional y el Metro) permite acomodar mejor los calendarios y mientras el fútbol argentino vive su 2001, como dice Fernando Pellegrino, arquero de Arsenal, por lo menos los equipos no tienen que jugar hasta fin de año. «