La Justicia de San Isidro elevó este miércoles a juicio oral la causa por la muerte de Diego Armando Maradona con los ocho profesionales de la salud involucrados acusados por “homicidio simple con dolo eventual”, informaron fuentes judiciales.
En su resolución, el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Díaz Díaz dispuso que la causa sea remitida a sorteo para que un Tribunal Oral de San Isidro juzgue por la muerte del astro del fútbol al neurocirujano y médico de cabecera del «10», Leopoldo Luciano Luque (40); a la psiquiatra Agustina Cosachov (36); al psicólogo Carlos Ángel «Charly» Díaz (30); a la médica coordinadora de la prepaga Swiss Medical, Nancy Edith Forlini (53); al coordinador de enfermeros Mariano Ariel Perroni (41), a los enfermeros Ricardo Omar Almirón (39) y Dahiana Gisela Madrid (37); y al médico clínico Pedro Pablo Di Spagna (49).
“La conducta que cada uno de los incusos habría desplegado, no cumpliendo con el mandato de actuar que la buena práctica médica colocaba en sus cabezas, cuando debo insistir una vez más, tenían conocimiento de la situación de riesgo para el bien jurídico, la posición de garante que ocupaban y la posibilidad cierta de actuar, habría abastecido el dolo exigido por la figura del artículo 79 del Código Penal, en el caso bajo la formulación de dolo eventual”, dice el juez Díaz en su resolución.
El magistrado menciona que hubo en ellos una “ausencia de interposición de acción salvadora alguna que pudiera evitar el deceso” y una “aceptación interna de los encausados del eventual acaecimiento del resultado finalmente producido”.
“Cada uno de los incusos, desde el lugar que concretamente ocupaban en la configuración global del evento en trato, habrían ejercido el codominio del hecho, decidiendo acerca de su acontecer integral, a partir de los aportes por cada uno de ellos introducidos en el desenlace fatal, esenciales todos para la concreción del resultado alcanzado”, agrega en la resolución de 236 fojas a la que tuvo acceso Télam.
En su fallo, Díaz también rechazó una serie de cinco nulidades y otros planteos de las defensas y en el caso de Luque, también lo elevó a juicio por el delito de “uso de documento privado falso”, porque le imputan haber usado una firma falsificada de Maradona para pedir una historia clínica; y a Cosachov por “falsedad ideológica”, ya que se la acusa de haber confeccionado un certificado de aptitud mental de Maradona sin ir a visitarlo.
Así el juez avaló la hipótesis planteada por los tres fiscales de San Isidro que instruyeron la causa, Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra, en el requerimiento de elevación a juicio que le presentaron el 13 de abril último.
A todos los imputados, el equipo fiscal especialmente creado para esta causa por el fiscal general de San Isidro, John Broyad, los acusó como coautores de un «homicidio simple con dolo eventual», tras concluir que el equipo médico de Maradona fue «deficiente», «temerario» e «indiferente», que sabía que el «10» podía morirse en el estado en el que se encontraba y que no hizo nada para evitarlo.
Pese a que se trata de un delito que tiene una pena en expectativa de 8 a 25 años de prisión, los fiscales nunca pidieron las detenciones y los ocho acusados llegarán al debate en libertad.
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años de un edema pulmonar y una falla cardíaca el 25 de noviembre de 2020 en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba una cuestionada internación domiciliaria por su adicción al alcohol y luego de haber sido sometido a una neurocirugía.
La autopsia estableció que murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».