En Argentina, los clubes de barrio son espacios llenos de vida. Sobre todo son lugares para actividades físicas y deportivas. Para jugar. También son punto de encuentro cultural y cumplen funciones sociales, como se redescubrió en la pandemia. Son parte de la identidad del deporte nacional e incluso cuna de jugadoras o jugadores de alto rendimiento. Como Enzo Fernández y su aprendizaje en La Recova de Villa Lynch.

O como el rol de Estrella de Maldonado, Pinocho, 17 de agosto o Kimberley para formar a los ganadores de la Copa América de Futsal. Los clubes, además, son el ámbito que eligen la mitad de las pibas y los pibes de entre 6 y 17 años que practican algún deporte, según concluye la encuesta del Observatorio Social del Deporte.

El rol de los clubes

Creado entre el Ministerio de Turismo y Deportes y la Escuela IDAES de la Universidad Nacional de General San Martín (UNSAM), el organismo llevó adelante un relevamiento para saber “cómo, dónde, de qué manera, en qué condiciones y por qué los niños, niñas y adolescentes eligen (o no) hacer deporte y actividad física en el país”, se explica en el informe de 55 páginas.  

Con una muestra de mil casos realizados entre mayo y junio de 2022 con representantes de todo el país, la encuesta muestra que el “48,9 % de los niños, niñas y adolescentes que hace deporte y actividad física en Argentina lo hace en un club”. Pero no solo eso: más de la mitad (55,4 %) de las personas relevadas tiene o tuvo alguna asociación a un club. 

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Foto: Diego Martinez @ildieco_diegomartinezph

“Los clubes constituyen el gran “semillero” del deporte argentino. Pero no solo tienen una importancia fundamental en ese sentido. Son igual de importantes, sino más, como espacios de socialización, de desarrollo individual y colectivo, como espacio de contención y apoyo para muchas familias. Y como complemento de la escuela”, sostiene Ignacio Mazzola, el director de Inclusión Social en el Deporte del Ministerio de Turismo.

Las otras conclusiones

La encuesta, de la que solo había un antecedente en 2009, también señala que, independientemente de si pertenecen o no a algún club, el 86% de los varones y el 74% de las mujeres en todo el país practican algún deporte o actividad física. Lo hacen, además, con una buena frecuencia: nueve de cada 10 personas realizan actividades físicas entre dos y al menos cuatro veces a la semana. 

El placer de hacer deportes fue la principal razón que, según contaron, lleva a los chicos y chicas a jugar. Tres de cada cuatro (74 %) dijeron que lo hacen “porque le gusta” mientras que el fútbol es el juego predominante. En el caso de las mujeres, también eligen casi en la misma escala “andar en bici”, gimnasia y vóley. 

Foto: Diego Martinez @ildieco_diegomartinezph

“Los objetivos de la encuesta son producir información que nos permita conocer el estado de situación en nuestro país. Esa información puede ser utilizada de distintas maneras. Por ejemplo, en el marco de investigaciones académicas o bien en la elaboración de diagnósticos de distinto tipo. Y en nuestro caso es fundamental un segundo objetivo: diseñar y mejorar políticas públicas”, señala Mazzola sobre el propósito y el valor del trabajo. Una de las conclusiones centrales da cuenta que el hábito de vincularse al deporte aparece desde muy temprano.

“Es fundamental porque las prácticas deportivas son una instancia formativa. Permiten el desarrollo de habilidades psico-motrices pero también nos permiten desarrollar habilidades sociales, interiorizar pautas y normas, formar amistades, por no hablar de los efectos que tiene sobre la salud física y emocional de las personas”, sostiene el director de Inclusión Social en el Deporte. “Cuanto más tempranamente se adquiere el gusto por el deporte, el disfrute en la actividad física, más probabilidades hay de que las personas continúen desarrollando actividades de ese tipo, o incursionen en nuevas prácticas”, concluye Mazzola acerca de este estudio que aporta datos actualizados y una hoja de ruta para futuras iniciativas.