A la espera de que Lionel Messi juegue este miércoles para el PSG ante el Angers por la Ligue 1, en lo que será su reaparición en el fútbol tras la final contra Francia, muchos de los campeones del mundo ya volvieron a sus competiciones domésticas: la vida se detuvo en Qatar 2022 pero a la vez sigue. Son las trampas, o los encantos, de los triunfos ácronos.
Lo más interesante, sin embargo, al menos la semana pasada, ocurrió en Inglaterra, donde juegan Emiliano y Lisandro Martínez, Julián Álvarez y Alexis Mac Allister. Los recibimientos estuvieron a la altura del logro y eludieron una rivalidad más alimentada, por motivos obvios, desde Argentina que desde Inglaterra. Incluso, tal vez pocos sepan que el Manchester United, la hinchada que mostró la bandera argentina con el cuchillo que hace honor al apodo de Lisandro (carnicero), tiene cierta afinidad histórica con Argentina. O dicho de otra manera: muchos fanáticos del United, lejos de ser nacionalistas, profesan cierta oposición a lo inglés y en particular a la selección de Inglaterra. Memoriosos recuerdan que durante y después de la guerra de Malvinas cantaban «Arg-en-tina» cuando jugaban de visitante para burlarse de equipos con hinchas más patrióticos, como Chelsea, West Ham o Leeds. El fútbol de clubes inglés, ni hablar el británico, es muy tribal. Con el objetivo de contraponer, en redes recordaron una foto de cuando Argentinos Juniors, en 2016, prohibió el ingreso al club a quienes portaran camisetas con la bandera británica, pero en verdad esa disposición perdió vigencia a los pocos meses.
Malvinas fue uno de los temas colaterales de Qatar, el Mundial infinito. «Por los pibes de Malvinas», cantado por millones de argentinos y argentinas, también por el propio Messi, fue un pellizco emocional. El fútbol, que siguió su actividad en plenos combates (de hecho Argentina debutó en España 82 pocas horas antes de la rendición), con el tiempo se convirtió en una de las expresiones de mayor apoyo a los combatientes. No hay hinchada argentina en la que no aparezca una bandera de las islas. Pero, al mismo tiempo, aún no queda claro cuántos futbolistas pelearon en la guerra: cada tanto se suma un nombre que no estaba en la lista.
A los casos ya conocidos de Omar De Felippe y Héctor Rebasti en Huracán, Javier Dolard en la Tercera de Boca, Juan Colombo en el Estudiantes de Carlos Bilardo, Gustavo De Luca en la Reserva de River, Héctor Cuceli en San Lorenzo, Sergio Pantano en Talleres de Escalada, Raúl Correa en Mandiyú, Raúl Prada en Laferrere, Luis Escobedo en Los Andes, Julio Vázquez en Centro Español, Claudio Petruzzi en las juveniles de Rosario Central y Edgardo Esteban en las inferiores de Argentinos –todos héroes de Malvinas que jugaban al fútbol cuando fueron enviados al sur–, se les debe agregar un nombre que los amantes del ascenso de comienzos de los ’90 deben identificar: Juan José Paredes, alias «Perro» o «Caracol», volante de Deportivo Italiano (1989-92 y 1993-95, 125 partidos, 13 goles), Quilmes (1992-93, 30 partidos y un gol), Gimnasia y Tiro de Salta (1995-96, 40 partidos, cuatro goles) y Chacarita (1995/96, 21 partidos, un gol).
Ya desde años de regreso en su Daireaux natal, Paredes sigue conmovido por un Mundial y una canción que, como tantos otros combatientes, interpreta como una reivindicación. «Festejé dos veces en el Mundial, la primera cuando quedó eliminada Inglaterra», dice quien, después de la guerra, rearmó su carrera de a poco, primero en el fútbol chacarero. Empezó en Bull Dog de su pueblo y luego siguió en Mones Cazón, Pehuajó, Olavarría y Azul, donde se hizo amigo de Matías Almeyda. El luego jugador de River y la Selección en los mundiales 98 y 02 dijo alguna vez que su espejo era el Caracol Paredes, sin que nadie (o sólo los íntimos) supiese a quién hacía referencia. Tras un paso por Bahía Blanca, a los 27 años, se probó en el Independiente de Jorge Solari pero no quedó. Ya en Buenos Aires, eso sí, comenzó su recorrido de más de 216 partidos en el Nacional B.
Paredes, que no guarda ninguna foto suya de la guerra, volvió a Malvinas en 2015. Cada año se suma a los Juegos Olímpicos de combatientes: como en 2022 ganó el torneo de fútbol-tenis en dúo con Escobedo, 2022 fue el año en que salió bicampeón. «