Después de ser favorecido en el sorteo y saltearse la primera ronda, Yamil Peralta, el único boxeador argentino que quedaba en carrera, comenzó con el pie derecho y se dio el gusto de tomarse una revancha personal. Volvió a disputar un juego olímpico después de que en Londres 2012 le arrebataron el sueño tras un fallo polémico de los jueces. Y lo hizo con contundencia: ganó con comodidad e inteligencia y le dio la primera victoria en boxeo al país en Río 2016.
En la categoría de hasta 91 kilos, su rival en los octavos de final no era uno más para el hombre que nació hace 25 años en Tres de Febrero: se tenía que volver a encontrar en el ring con David Graf, el alemán que en junio del año pasado le ganó en Milán, en una decisión injusta de los jueces en la primera ronda del segundo torneo de la APB. Y con suma paciencia, logró superarlo, con un planteo ajedrecístico y mezquino. Para los jueces, el fallo estuvo dividido: dos lo dieron como ganador a Peralta por 29-28 y el restante dijo que al término de los tres rounds de tres minutos el mejor fue Graf por 30-27. Ahora Peralta, el único argentino que pudo ganar en el debut tras las derrotas de Alberto Palmetta, Ignacio Perrín y Leandro Blanc, quedó a una pelea de una medalla: el miércoles a las 19:45 deberá enfrentarse al cubano Erislandy Savón, que venció 30-27 en las tres tarjetas al inglés Lawrence Okolie.
«Cuando subís al ring estás sólo vos. Le quiero romper la cabeza al que sea con tal de soñar con una medalla. Estoy muy contento y emocionado», dijo Peralta, eufórico, al término de su pelea. «Ahora hay que apretar los dientes. Sé que en cada puño está todo Argentina alentando. Vamos Argentina, hay que seguir ganando y seguir mejorando», explicó el púgil..