Boca pierde 1-0 ante Atlético Tucumán en la Bombonera por la fecha 16 de la Liga. En el entretiempo, a 12 puntos del líder, los hinchas se hacen escuchar. De verdad y como nunca en los últimos casi tres años. El equipo arrastra la eliminación de la Copa Libertadores ante Corinthians, previo planteo de los jugadores a los dirigentes por premios, derrotas de local (Banfield, Unión), el cambio de DT (de Sebastián Battaglia a Hugo Ibarra) y derrotas de visitante (San Lorenzo, Patronato). Los dos goles del ingresado juvenil Luca Langoni, dar vuelta el resultado ante Atlético Tucumán, serán el plot point de la película que, casi dos meses más tarde, termina, otra vez en la Bombonera, pero con Boca campeón de la Liga 2022. O, como dijo Pol Fernández, el capitán ante Independiente, fue “el punto de partida”, cuando los hinchas se “hicieron sentir” y se “coordinaron” con los futbolistas, hasta alcanzar la estrella 73 en la historia de Boca, hasta el título de la calma del mate y la unión del asado.
El Boca del mate y el asado también le ganó al del marketing y el trampolín político. “Volvimos a ser un club de fútbol”, repite -y repetirá- Juan Román Riquelme, en aplicación de su manual de conducción. Fútbol: el viernes, la Reserva se coronó bicampeona. Fútbol: el sábado, el equipo femenino, bicampeón local, pasó a la semifinal de la Libertadores tras ganarle a Corinthians, vigente campeón. Fútbol: el domingo, el masculino salió campeón de la Liga y, este miércoles, jugará la semi de Copa Argentina ante Patronato (y el 2 de noviembre, el Trofeo de Campeones, porque ganó Copa y Liga en 2022, ante un rival a confirmar: el vencedor de los subcampeones Tigre, de Copa, o Racing, de Liga). La dirigencia de Boca, ahora, mira hacia adentro. Puede equivocarse, comete errores, lo lógico. Aunque Riquelme siempre será “feo, sucio y malo” a la hora de las operaciones y las cuestiones de clase.
Boca fue un campeón sin destellos, más de pasiones. Lo fue -el saldo de diferencia de gol +6 es el más bajo de todos los campeones del profesionalismo-, pero los títulos tampoco se miden sólo desde la regla del juego. Boca fue un campeón que respondió a sus propias demandas, no a las del sistema, las de los que dictan qué se debe pensar y cómo se debe proceder. Y que surfeó una definición rocambolesca en la última fecha, de cabezas hundidas entre las piernas, a ciegas, escuchando la radio, con los rivales clásicos cruzados: dos penales para el rival competidor (Racing) y uno para el rival propio (Independiente). A la “crisis” permanente en la que lo suelen ubicar, Boca le cebó un amargo y le tiró un vacío a la parrilla. Riquelme, bombilla en mano, recuperó una tradición de los años dorados de Carlos Bianchi: asado los viernes, ahora en el Boca Predio de Ezeiza, en una mesa en forma de “u” -ya no de cinco comensales, como hasta hace poco-, con la integración de los jugadores, el cuerpo técnico y el Consejo de Fútbol. “Ganamos los partidos que teníamos que ganar. Boca es el mejor equipo de Argentina -dijo Marcos Rojo, capitán lesionado-. Ganamos el torneo pasado, ganamos este torneo, no sé qué más quieren que hagamos…”.
Boca ganó cinco de las siete competiciones del fútbol argentino desde la asunción de Riquelme en 2019. En la definición ante Independiente, en el patio de su casa, se desplegó un telón en la tribuna que da al Riachuelo, con él besando la pelota: “Un romance eterno”. El rasgo diferencial de la Liga 2022 se centra en las inferiores. Y se puede sintetizar en Langoni, el goleador de los festejos clave del Boca campeón, con seis. Son 32 los juveniles que debutaron en Primera en casi tres años. El aporte medular de Boca Predio. O, por fuera de un número, ahí está Alan Varela, el 5 de Boca, afianzado, de sobresalientes actuaciones. Sentido de pertenencia. Identificación. Una proyección que incluye a los pibes.
El equipo de Ibarra, es cierto, se llevó 13 de los 16 triunfos en la Liga por un gol de diferencia. Pero Racing perdió todos los partidos cruciales de 2022: con Boca por Copa de la Liga, con Agropecuario por Copa Argentina, con River de Uruguay por Sudamericana, con River en Liga. Y, sin reduccionismos, por eso Boca es el doble campeón del fútbol argentino (y el club más ganador de Argentina desde 1893). “Seremos menos malos que los demás”, citarán los bosteros a aquel Riquelme jugador que, ya dirigente, no se olvida del mate y el asado. «El mate y el asado es parte de la Argentina. De eso no nos tenemos que olvidar -había dicho el jueves-. El asado es parte de un show que están armando. Estos juegan bien de verdad. Comer un asado es para pasar un momento juntos, es tratar de distraerse y distenderse un poco. Se disfruta».
alberto
24 October 2022 - 19:18
me interesan los comentarios racionales sin intencionalidad y con la mayor cantidad de datos posible veo a tiempo argentino en es