La sede sudamericana del City Group, el pulpo alimentado con petrodólares de Abu Dhabi que se extiende con diez clubes y convenios en los cinco continentes, debutó en la Copa Libertadores: este martes por la noche, en el estadio Centenario, Montevideo City Torque empató 1-1 en la ida de la primera fase ante Barcelona de Guayaquil, semifinalista en la edición 2021, lo que marcó además el inicio de la Libertadores. Comprado por el City Group en 2017, Montevideo City Torque representa a Uruguay, donde hay sociedades anónimas deportivas y donde las triangulaciones de transferencias de futbolistas pagan menos impuestos. Pero sobre todo, el City Torque representa la entrada del fútbol moderno en la Libertadores. Uruguay no gana desde 1988, cuando Nacional levantó la Copa. Peñarol es aún con cinco títulos el tercer máximo ganador detrás de Independiente (7) y Boca (6), pero su última Libertadores se remonta a 1987. El City Torque es otra historia: un club-empresa que responde a la casa madre, el Manchester City.
El año pasado, el City Torque había debutado en el ámbito internacional en la Copa Sudamericana que Athletico Paranaense le ganó en la final brasileña a Red Bull Bragantino, el club de la empresa austríaca de bebidas energizantes, parte también de un conglomerado que incluye a Salzburg (Austria), New York Red Bull (Estados Unidos) y Leipzig (Alemania). Si el City Group es el dueño del 100% del Torque, Bolívar, un histórico de Bolivia, el más laureado con 22 ligas, es el club “socio” en Sudamérica. Como el Torque, Bolívar se presentará en la primera fase de la Libertadores 2022: este miércoles jugará ante Deportivo Lara en Venezuela. Pero Bolívar, fundado en 1925, (también) es otra historia. Torque nació en el baño del Mercado del Puerto montevideano en 2007. Torque significa “un momento de fuerza”, explicó Marcelo Yaurreche, el técnico electromecánico argentino al que le surgió el nombre. Una década después fue adquirido por el City Group. Y al año se convirtió en el club más joven en debutar en la Primera División de Uruguay.
El Abu Dhabi United Group de Emiratos Árabes Unidos compró el Manchester City en 2008. “La idea”, sin embargo, empezó a rodarse en 2012, cuando Ferran Soriano se transformó en el director ejecutivo del City. Soriano había sido el vicepresidente económico del Barcelona en los años felices de Pep Guardiola. El plan de conquistar el mundo con “franquicias” porque los grandes clubes de fútbol son “compañías globales de entretenimiento como Disney”, como advirtió mediante 28 diapositivas en una charla en el Birkbeck College de Londres en 2006, no pudo desarrollarlo en el Barcelona por dos motivos: todavía funciona como una asociación civil y la identidad catalana -“Més que un club”- pesa más que la glocalización, un concepto que implica explotar un productor global, pero adaptándolo a los mercados locales. “La idea” de Soriano encontró los millones de Abu Dhabi. Y el City Group, año tras año, puso las fichas celestes en el mapa a partir de compras y “socios”: New York City en Estados Unidos (2013), Melbourne City en Australia (2014), Yokohama F. Marinos en Japón (2014), Montevideo City Torque en Uruguay y Girona en España (2017), Sichuan Jiuniu en China y Mumbai City en India (2019), Lommel en Bélgica y Troyes en Francia (2020) y Bolívar en Bolivia (2021).
Los clubes le sirven al City Group como centro de captación de juveniles que en el futuro reforzarán a otros equipos de la multinacional y, en el mejor de los casos, al Manchester City. O que serán revendidos después de ser comprados a bajo precio. En el Torque juegan hoy tres futbolistas argentinos formados en clubes argentinos: Tiago Palacios (20 años, Platense), Natanael Guzmán (22, Cañuelas) y Juan Bautista Cejas (23, Estudiantes de La Plata). En este mercado de pases, Colón le compró al Torque la mitad de la ficha en 500 mil dólares de Andrew Teuten, el lateral izquierdo de 23 años que había aparecido como alternativa en River antes de la llegada de Elías Gómez. Entre 2017 y 2018, otro argentino que estuvo en la órbita de River jugó en el Torque: Valentín Castellanos, delantero de 23 años, hoy en el New York City. En ese sentido, suena extraño que Julián Álvarez, la figura del fútbol argentino, adquirido a River por 27 millones de dólares por el City Group, no juegue en otro equipo que no sea el Manchester City.
En el empate del Torque ante Barcelona de Guayaquil, el uruguayo Nicolás Siri entró en el segundo tiempo. En 2021, en su segundo partido con Danubio, metió tres goles: de cabeza, de zurda, de derecha. Con 16 años, 11 meses y 2 días, Siri superó a Pelé y Maradona, que ya tenían 17 años cuando marcaron tripletes en Primera. El City Group le compró el 70% a cambio de 3,7 millones de dólares, venta récord en la historia de Danubio -superó a la transferencia de Edinson Cavani al Palermo de Italia-, y cifra que supera el presupuesto anual del club, cuatro veces campeón de Uruguay, lo que lo ubica detrás de Peñarol (51) y Nacional (48). El destino de Siri parece escrito: Manchester City. “La Libertadores 2022 -titularon este martes algunos medios- empieza con un partido de Champions”. El Barcelona de Guayaquil comparte nombre y escudo con el de Cataluña. Como el Guayaquil City con el de Manchester. Pero el Guayaquil City, fundado en 2007, nació como “River Plate Ecuador”, con camiseta blanca y banda roja. Hasta que en 2017 cambió el nombre y se volvió celeste. “Nosotros -se apuró en aclarar el entonces presidente Miguel Ángel Loor- no hemos cambiado por algún interés ligado a un club de afuera”. El año pasado, el Guayaquil City debutó en la Copa Sudamericana. “Guayaquil City” se llama una canción del grupo francés Mano Negra, incluida en Puta’s fever (1989). De ahí, más romántico, su nombre.