Nawaf Shukralla vio lo que los ocho ojos encargados de impartir justicia no pudieron observar. El árbitro de Bahrein, cómodamente sentado en la cabina de monitoreo que le corresponde al Video Assistant Referee, fue quien le avisó por el intercomunicador al árbitro principal Mohammed Abdulla Hassan que había visualizado un golpe de un jugador argentino sobre un futbolista inglés. Shukralla no es un superdotado, simplemente hizo uso de las más de 12 cámaras de TV que se utilizan en los eventos FIFA, soporte sobre el que está montado el sistema VAR. Una vez advertido del golpe, el juez de los Emiratos Árabes Unidos se acercó al lateral y mediante un monitor comprobó que Lautaro Martínez le había aplicado un codazo a Fikayo Tomori. La expulsión del delantero del Sub-20 argentino, que perdió frente a Inglaterra tres a cero, ni siquiera pudo ser discutida.
La perfecta aplicación, aunque con algunas demoras en la resolución, del sistema VAR en su debut en un Mundial de selecciones, sustentan la intención de las autoridades de FIFA para el desembarco oficial de la tecnología en el fútbol. Si bien el sistema se empezó a aplicar en diferentes competencias oficiales, como fue en el pasado Mundial de Clubes (donde despertó más dudas que esperanzas) todas son a modo de prueba. El objetivo central será la implementación en la cita máxima del fútbol, en Rusia 2018.
«Los árbitros ven con buenos ojos el VAR porque es un elemento tecnológico, utilizado por pares, que los va a ayudar», analizó para Tiempo el ex árbitro internacional Horacio Elizondo. «El tema es que sea preciso y no un abuso. Hay que tratar de utilizarlo en los momentos correctos. Porque hay jugadas que son fáciles, son blancas o negras, pero en el medio hay un montón de grises y a veces es complicado determinar su utilización», sostuvo el director de la Dirección de Arbitraje Nacional de la AFA.
La aplicación del VAR busca el soporte tecnológico al fallo arbitral, como ya sucede con éxito en muchos otros deportes. «Al juego le va a agregar un sentido de mayor precisión en la decisión de los árbitros, tanto para socorrer alguna omisión o corregir un error importante», sostuvo quien en la final del Mundial de 2006 expulsó a Zinedine Zidane por una agresión sobre Marco Materazzi que nunca vio. Sin tecnología para consultar, quien le informó del cabezazo del galo al italiano, fue el cuarto árbitro Luis Medina Cantalejo.
Más de una década después, el uso de la tecnología todavía está a prueba. Y si bien los pasos se aceleraron considerablemente, aún hay barreras que sortear. «Desde que se decide la utilización de la tecnología hasta su aplicación, hay un período de entre seis y ocho meses. La International Football Association Board, que es la encargada de tutelar la implementación del VAR, audita que el sistema se pueda oficializar. La idea es llegar a la temporada 2018 con la posibilidad de implementarla en las principales ligas del mundo, incluida la de Argentina», reconoció Elizondo.
El Video Assistant Referee actualmente es utilizado para tres situaciones específicas: Goles, penales o expulsiones. En la jornada inaugural del Mundial Sub-20, también se utilizó el sistema para anular un gol de Corea del Sur sobre Ghana. Los videos comprobaron que la pelota había salido del campo de juego en la jugada previa al gol. En esta etapa de prueba también puede aplicarse para no sancionar a un jugador incorrecto o determinar qué jugador cometió una infracción. Lo que no es materia de estudio es quién puede solicitar la utilización del sistema. Solo el juez principal y el propio árbitro asistente de video, podrán utilizar el soporte tecnológico. Aunque no faltará mucho para ver a los jugadores tratando de sacar ventaja haciendo la señal de un monitor con sus manos. «