Así como el Mundial funciona de señuelo para abordar distintas temáticas en las aulas, Economía Femini(s)ta se propone convertir a Rusia 2018 en una ventana para ampliar la agenda social y de género. «Hay cosas interesantes para comparar entre países. Los rivales de Argentina, por ejemplo: ¿desde qué fecha implementaron el voto femenino? ¿Cuántas mujeres están en el Congreso? ¿Está legalizado el aborto?», imagina Andrés Snitcovsky, integrante de la organización que nació en 2015 y uno de los motores del Mundial de la Igualdad inaugurado ayer en el Polideportivo de San Lorenzo.
«Te hackeo el patriarcado», gritó una de las participantes durante la presentación en el Roberto Pando que, por unas horas, se llenó de datos, ideas, notebooks y debates feministas. «La desigualdad no sólo es política y social, sino que también se da en el deporte», dijo Mercedes DAlessandro, fundadora de Economía Femini(s)ta. La jornada en Boedo incluyó un hackaton, charlas inspiradoras de Evelina Cabrera (presidenta de la Asociación Femenina de Fútbol), Matías Lammens y la periodista Verónica Brunati y un partido de fútbol 5 como cierre. «Nos enorgullece ser parte de esta revolución que están generando, dijo el presidente de San Lorenzo, club que aportó el espacio para el encuentro y se sumó en forma institucional a la movida. Como acción para luchar contra la desigualdad de género, el club invita a una mujer como la voz del estadio en el Nuevo Gasómetro.
El objetivo central del Mundial de la Igualdad es pensar en Rusia más allá de los goles de Lionel Messi, las imágenes de los entrenamientos o las acaloradas discusiones por tal o cual sistema táctico. El desafío es poder incluir herramientas y contenidos públicos