Daniel Angelici siempre quiso a Alejandro Sabella en Boca. Le simpatizaba que le hubiera cerrado definitivamente la puerta de la Selección a Juan Román Riquelme. Sabella no habló con ningún dirigente para ser director de selecciones. No descarta volver a trabajar. Está mejor de salud. Pero Angelici lo utiliza como equilibrio de fuerzas ante Claudio Tapia, que quiere a José Pekerman. La línea es Melitón Eugenio López, ex titular del Instituto de Lotería y Casinos bonaerense y representante de Sabella. Angelici, se sabe, creció como empresario del juego en ese territorio. Otro cargo es el de entrenador. Tapia quiere a Mauricio Pochettino. Pero Angelici maneja la alternativa de Jorge Almirón ante la posible negativa. Almirón, como Jorge Burruchaga, actual mánager de la Selección, es representado por su amigo Christian Bragarnik.
A cuatro años de la muerte de Julio Grondona 17 días después del Mundial de Brasil 2014, Angelici es el dirigente más poderoso del fútbol argentino. Fue el complemento necesario para que Tapia sea presidente de la AFA (y ahora lo padece). En la «refundación”, hay puestos por ocupar, planes a concretar. Sea cual fuera el desenlace, Angelici ya puso a circular sus intenciones.
«A mí me votaron por cuatro años y nunca pensé ni pienso dejar de ser presidente de AFA por más que existan operaciones, que capaz fue idea de algunos», dijo Tapia el martes, entrelíneas. Lo atraviesa la estructura de poder de Angelici. Melitón Eugenio López, después de dejar el cargo en la provincia de Buenos Aires, supervisó las obras de construcción del predio de Boca en Ezeiza. Bragarnik acompañó a Angelici en el partido de la clasificación a Rusia 2018 ante Ecuador en Quito. Y, recientemente, negoció en su nombre el pase de Mauro Zárate de Vélez a Boca, con la promesa del trampolín a la Selección.
Almirón encontró eco en un grupo de dirigentes que pendulan entre Angelici y Tapia, como Nicolás Russo, presidente de Lanús. Dirige a Atlético Nacional de Medellín. Hay otras alternativas dentro del radio de influencia de Bragarnik. Tapia también habló de «operaciones» porque Marcelo Tinelli cenó a solas con Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. Tinelli fue candidato a presidente de la AFA en la elección del 38-38 en 2016. La consideración acerca de Tapia cambió en la Casa Rosada. Angelici juega con Macri, y Macri ataca por elevación a Hugo Moyano, presidente de Independiente y suegro de Tapia.
Con mandato en Boca hasta diciembre de 2019, Angelici tejió lazos como ningún otro dirigente en el posgrondonismo, con núcleo duro y conexiones directas. Una muestra fue su última fiesta de cumpleños en su quinta de Pilar. Entre los invitados, además de Tapia, Bragarnik y Burruchaga, estuvieron Christian Gribaudo (secretario general de Boca y miembro de la Comisión de Gobernanza y Transparencia de la Conmebol), Matías Ahumada (tesorero de Boca y de la Superliga), Víctor Blanco (presidente de Racing, donde Bragarnik pisa fuerte) y Juan Pablo Más Vélez (Comité de Apelaciones de la Superliga). Otros contactos integran comisiones y tribunales en AFA y Superliga: Fernando Mitjans, presidente del Tribunal de Disciplina, entró a la AFA en 1995 de la mano de Macri. Mariano Clariá, su abogado personal, fue presidente de la Comisión Electoral. Tapia se escuda y se apoya en tener los votos y el visto bueno de Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Y es cierto.
A la hora de echar a correr el plan Sabella-Almirón, Angelici pivotea con la empresa Torneos, a la que le entregó la concesión del Museo de la Pasión Boquense por diez años en 2014. Mitad de Torneos, mitad del Grupo Clarín, TyC Sports despidió la semana pasada al periodista Flavio Azzaro después de que criticara a Angelici. «Me dijeron que Angelici se había comunicado con alguien muy importante del Grupo y había pedido mi cabeza», dijo Azzaro. Fue TyC Sports el que develó un supuesto proyecto de Sabella, de la Sub 13 a la Selección mayor, con el objetivo en Qatar 2022. «No sé qué pasará, pero ni él se ofreció ni eso existe», dice un cercano a Sabella. Entre los fieles a Tapia no quieren saber nada con que Angelici vuelva a tener protagonismo, como en la elección de Jorge Sampaoli. Pero es el vicepresidente primero, el hombre del gobierno en el fútbol, la punta de los clubes de Primera en la alianza con Tapia.
Falta para que comience a trazarse el camino. El jueves se tratará el tema en el Comité Ejecutivo. Juan Carlos Crespi ocupó el cargo de secretario de Selecciones cuando Sabella fue el entrenador de Argentina. Era vice de Angelici en Boca. «Todos los nombres que salen, salen porque son los representantes los que rompen las pelotas», asegura Crespi, y agrega: «Tapia y Angelici se manejan por necesidad, no porque se quieran, y cuando te manejás así y no por un afecto de conducción, no termina bien. Tapia vive en un limbo. Lo inventamos nosotros. Venía conmigo a la Selección. Y de golpe y porrazo es presidente de la AFA. Angelici es presidente de uno de los clubes más importantes del mundo. Hay diferencia. Por eso Grondona tenía un Comité Ejecutivo importante y había inventado eso de que al lado no podía tener a Boca ni a River. Un buen invento».
En 2011, Grondona eligió a Sabella. Los testigos coinciden que una recomendación lo llevó a él. Fue la de Nélida Pariani, su esposa, que le dijo antes de que Sabella se subiera a un avión para ir a dirigir al club Al Jazira de Emiratos Árabes: «Vos no te podés perder a ese hombre. No lo dejes ir».
Un llamado y un artilugio por Lucas Olaza
Gonzalo Maroni es la promesa de Boca: enganche, 19 años, cordobés, hincha de Instituto y parte de la Selección Sub 20. Nunca quiso irse a Talleres a préstamo por un año sin opción de compra como parte de la transferencia de Lucas Olaza a Boca. Olaza es lateral izquierdo y uruguayo. Y, de momento, Boca tiene el cupo de seis extranjeros completo: Frank Fabra, Nahitan Nández, Sebastián Pérez, Wilmar Barrios, Edwin Cardona y Sebastián Villa. Pero Daniel Angelici lo resolvió con un artilugio reglamentario y un llamado a Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados. «El tema de Fabra se toma como lesión grave y queda suspendido el contrato hasta tanto se recupere, así que Boca tiene un cupo –dijo Marchi–. Una vez que se recupere el club debe optar por uno u otro». El Convenio Colectivo de Trabajo del futbolista profesional no habla de la suspensión del registro del jugador lesionado. Angelici, por si acaso, baraja la salida del colombiano Pérez. El presidente de Boca negoció el pase de Olaza con Maroni como moneda de cambio con Andrés Fassi en Miami. Fassi es el presidente de Talleres, tiene vínculos con capitales mexicanos e impulsa el ingreso de las sociedades anónimas al fútbol argentino.