La era post Raúl Gámez también se convirtió en el final de los triunfos oficialistas en Vélez: después de 21 años, Círculo El Fortín cedió el gobierno del club. Meses antes de la elección, Gámez había anunciado que su tercera presidencia sería la última y que, además, abandonaría la carrera dirigencial. Fue el escenario propicio para que florecieran candidaturas: nunca antes se habían presentado cuatro listas en una elección, como sucedió en la jornada del 11 de noviembre pasado en la que Cruzada Renovadora se quedó con la presidencia al superar por 418 votos a la agrupación que integraba el histórico dirigente.
«El aparato oficialista corre con ventaja, pero es algo que pasa en todos lados. Siempre tienen un plus a favor», opina Sergio Rapisarda, el flamante presidente. La apretada victoria de Cruzada Renovadora se puede entender por la crisis que atraviesa a Vélez en el último tiempo, ahogado por el promedio y por el rojo del último ejercicio económico. El balance de 2017 se aprobó con un déficit de $ 73.534.953 y una deuda de $ 219.373.393. En la Superliga, Vélez consiguió 14 puntos antes del receso y se ubica quinto en la tabla de los promedios, sólo un escalón por arriba de los cuatro equipos que están en la zona de descenso. Son acaso los dos factores que terminaron de cerrar el círculo de Gámez: llegó a su primera presidencia en 1996 y mantuvo en el poder al oficialismo hasta el 22 de noviembre pasado, el día que asumió la nueva dirigencia de Vélez. «El fútbol gravita en cualquier comicio porque es la principal actividad del club», dice Rapisarda.
Su campaña se construyó en los cuestionamientos por la situación financiera y futbolística. «Vamos a llevar adelante una gestión profesional y moderna», dijo el flamante presidente horas después de asumir. Y los cambios llegaron con, por ejemplo, la profesionalización del manejo de las redes sociales, un aspecto que apuntan como clave para potenciar la marca del club. Además, están en la búsqueda de un gerente general al que convocaron en LinkedIn, una creativa iniciativa que sirvió, sobre todo, para ganar espacio en los medios.
«En estos 20 días hábiles se vio la mano de cómo gestionamos con sentido común y un equipo profesional que combina experiencia en espacios públicos y privados», remarca Rapisarda como uno de los elementos para explicar la victoria de su espacio que logró nada menos que desbancar a la agrupación que estuvo más de dos décadas en el poder.