El mismo día en que una comisión bicameral rechazó el decreto de necesidad y urgencia con el que Mauricio Macri degradó la Secretaría de Deportes convirtiéndola en una Agencia, otro decreto publicado en el Boletín Oficial designó a Diógenes de Urquiza Anchorena como director ejecutivo de ese organismo autárquico, un cargo con el mismo rango y jerarquía que el de secretario que ostentaba hasta que desarmó esa cartera.
La designación de De Urquiza era previsible. La semana pasada, de hecho, se había publicado su renuncia como secretario de Deportes, un paso formal para ser nombrado al frente de la Agencia. De Urquiza es un viejo amigo de Macri, con quien comparte la afición por el pádel, de cuya federación el ahora director de la Agencia de Deporte Nacional fue presidente.
Hasta el año pasado, el funcionario era el coordinador gerencial del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD). Pero además ocupó otro lugar del mostrador: De Urquiza fue gerente comercial de GGM Sociedad Anónima, que entre otras marcas maneja Signa, la ropa con la que se visten los deportistas olímpicos argentinos a través de un contrato firmado con el COA.
El subdirector de la Agencia, según el mismo decreto, será Alejandro Persano, del que no se conocen antecedentes relevantes en el mundo del deporte, aunque sí viene de transitar la función pública. Su último cargo fue el de subdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad. Igual que De Urquiza, mantendrá el sueldo: el cargo tiene la misma jerarquía que la de subsecretario.
Al mismo tiempo que eso se discuta, una marcha convocada por diversas entidades, federaciones, foros, deportistas y entrenadores se manifiesta contra el decreto y contra lo que consideran la privatización del deporte. Para eso formaron el Frente Unido del Deporte Argentino. Porque aunque consideran que la lucha contra el decreto es lo urgente, la pelea será a largo a plazo.