«Salió todo muy bien. Hasta la comunidad argentina de Bangladesh, unas 50 inmigrantes, llegó a Viedma en colectivo desde Buenos Aires. Para ellos, Jamal es un número 1, un verdadero ídolo», dice Adán Valdebenito, presidente del club Sol de Mayo, sobre el triunfal debut de Jamal Bhuyan, el primer jugador de Bangladesh en participar en nuestro fútbol.
El capitán del seleccionado asiático debutó este domingo para el club rionegrino y marcó el gol del triunfo 2-1 de Sol de Mayo, de Viedma, sobre Germinal, de Rawson, por el Torneo Federal A, la tercera división del fútbol argentino, un equivalante a la Primera B del área metropolitana. «Hubo 3.000 personas, una buena concurrencia para Viedma, teniendo en cuenta el horario, las 11 de la mañana», contextualiza el dirigente.
«Se acomodó rápido. Sólo tuvo tres entrenamientos en un ambiente nuevo para él, desde el idioma, al ritmo de juego y el entorno. Por suerte pudo convertir», dice Valdebenito a Tiempo. Según el dirigente, «Bhuyan juega de volante de central pero lógicamente, para acompañarlo, el técnico hizo un mediocampo con doble número 5».
Los días de Bhuyan son tan extraños que, tras su presentación en este Sol de Mayo-Germinal, hoy lunes viajó de regreso a Bangladesh para jugar, por la fecha FIFA del 4 y el 7 de septiembre, los amistosos de su selección ante Afganistán.
Su llegada al fútbol del Ascenso remite al Mundial de Qatar 2022, cuando se consolidó un amor inesperado entre Bangladesh y Argentina. A las decenas de miles de ese país asiático que siguieron los partidos de la «Scaloneta» reunidos en grandes masas, incluso en horarios a trasmano -de madrugada-, le siguieron la apertura de la embajada argentina en la capital Daca, hinchas argentinos que viajaron para agradecer ese amor, la creación de un club en Argentina -el Deportivo Bangladesh- y el interés de equipos de nuestro Asceno por futbolistas de ese país.
El primer bangladesí que estuvo a punto de llegar fue Topu Barman, figura de la selección local, que reconoció que el interés era «100% verdadero». Lo dijo en relación a Sol de Mayo, el mismo equipo de Viedma al que finalmente llegó Bhuyan, el capitán de su seleccionado.
El debut triunfal tuvo impacto en las noticias nacionales de Bangladesh. Los casi 50 ciudadanos del país asiático que llegaron hasta la capital provincial enarbolaron una gigantesca bandera de color verde (el tono predominante en la bandera de Bangladesh) con un texto que rezaba «Welcome Jamal» («Bienvenido Jamal»).
Bhuyan, que portó la cinta de capitán del equipo local, anotó el segundo gol de Sol de Mayo mediante la ejecución de un tiro penal, fuerte y al medio, a los 37minutos del segundo período. El volante de 33 años arribó a la Argentina en una apuesta de marketing: firmó un contrato por 18 meses a partir de la gestión de la gerenciadora Malte SRL, que está al frente del fútbol profesional del club viedmense.
De hecho, Sol de Mayo se especializó en los últimos meses en incorporar futbolistas de países sin relación con el fútbol argentino: llegaron dos serbios, el arquero Zeljko Kuzmic y el centrodelantero Lazar Jerovic, y un ruso, el defensor Aleksandr Luzin. En la actualidad, sólo quedaron dos brasileños y, desde ayer, el propio Bhuyan, quien volvería a jugar en el cruce ante Olimpo, por la 29a fecha, al regreso de los partidos en los que enfrentará a Afganistán.
Sol de Mayo está sexto en el grupo A, con igualdad de puntos con Cipolletti y Sansinena. Los cuatro primeros clasifican al octogonal en el que se definirá el segundo ascenso al Nacional, la segunda categoría del fútbol argentino. Podrá pasar inadvertido aquí pero interesa, y mucho, en un país de 170 millones de habitantes
hace un mes