“Un camino infinito” es una muestra de joyería de arte, de joyería contemporánea, que conmemora 40 años de democracia. La afirmación podría repetirse como pregunta: ¿una muestra de joyería contemporánea que conmemora 40 años de democracia? Esa pregunta generaría otras como ¿de qué modo relata la joyería contemporánea? ¿cómo se define este tipo de joyería capaz de encarnar una idea o un relato? ¿en qué se diferencia de la joyería tradicional?
Paula Isola, integrante de Joyeros Argentinos y curadora de la muestra junto Laura Giusti y Fabiana Gadano, contesta: “La joyería es una actividad que se remonta prácticamente a la existencia humana. A lo largo del tiempo fue evolucionando y, de hecho, hoy conviven en el imaginario general y en la realidad distintos tipos de joyería. Hay una más tradicional que centra su valor sobre todo en los materiales con que está realizada que pueden ser metales y piedras preciosas, aunque siempre hay una enorme carga de diseño. La joyería artística, en cambio, pone el acento más en la cuestión expresiva y conceptual.”
Este segundo tipo de joyería abarca piezas de materiales tan variados como papel, madera, plásticos reciclados. “Esta diversidad –acota la joyera- está bien expresada en esta muestra en la que hay materialidades muy distintas. De todas maneras, lo más importante es lo que el artista quiere decir, que hace alianza con la persona que va a portar su pieza. Siempre hay una referencia corporal, no son piezas para la pared, sino que están pensadas para un cuerpo más allá de que se puedan o no llevar a la calle. En la muestra hay algunas piezas que no están pensadas para usarlas en la calle, porque por sus dimensiones resultaría muy difícil, pero podrían ser usadas, por ejemplo, para sacarse una foto. Otras, por el contrario, son perfectamente portables y se pueden usar a diario.”
Cabe recalcar que este año, a diferencia de otros, todas las piezas que se presentaron para ser evaluadas corresponden sólo a mujeres, lo que no fue una exigencia de las organizadoras, sino un hecho que se produjo de manera espontánea.
El punto de partida de los materiales que constituyen “Un camino infinito” fue una fotografía que abordara de alguna manera el tema de los 40 años de democracia. “Para esta exposición –cuenta Isola- les propusimos a los artistas joyeros de toda la Argentina que trabajaran a partir de una fotografía que les resultara significativa para abordar el tema de los 40 años de Democracia. A partir de esa foto realizaron una pieza de joyería. Algunas artistas trabajaron con fotos de carácter más público con la asunción de Alfonsín o con imágenes de las Madres de Plaza de Mayo, mientras que otras hicieron alianza más cuestiones más personales sucedidas en esos años, pero que tienen que ver con algo más individual”.
Una Madre de Plaza de Mayo en un paisaje de niebla inspira un broche con tules evanescentes. La Plaza de Mayo colmada de gente en las elecciones de 1983 es el punto de partida de un broche de técnica textil. La foto de una mujer con un libro sobre la mesa culmina en un colgante de dos elementos relacionados con un libro y un mapa. Una larga cola para entrar a un recital de Serrat se transforma en una pieza que evoca a un guirnalda de papel,
En la muestra pueden verse tanto las piezas terminadas como las fotos que las inspiraron. Además, también hay textos. “Fuimos armando un cadáver exquisito –dice Isola- con aportes textuales de todas las artistas y se fue conformando así un texto conceptual alrededor del tema de la democracia y de la joyería”.
La joyería artística, lo perdurable y el destinatario
Al ver piezas realizadas en materiales cuya perdurabilidad en el tiempo no es la misma que la de la joyería tradicional la pregunta que surge de inmediato es si este tipo de joyería descara el concepto de perdurabilidad.
“No necesariamente –contesta Isola-, muchas piezas de materiales no tradicionales son perdurables a través del tiempo. En las piezas en que el material no es perdurable por lo general, eso forma parte de lo que esa pieza está diciendo. Hay piezas de joyería muy etéreas, de papel o de algunos textiles y lo que expresan es, precisamente, esa finitud, esa fragilidad, esa capacidad de romperse. Son piezas que quieren hablar precisamente de eso. No están pensadas como objetos que se van a transmitir de generación en generación, no están pensadas como una especie de reliquia familiar, sino como objetos que quieren hablar de otras temáticas y lo expresan a través de sus materiales.”
La joyería de arte tiene un destinatario distinto que la joyería tradicional. “El público de estas piezas –acota la organizadora- está constituido, en general, por gente que se interesa en el arte. Quien se decide a portar una de estas joyas es porque se interesa en lo que se está diciendo. También es cierto que, a veces, los artistas tienen una producción realizada en torno a una temática, a lo que van a exponer como en este caso, en un museo y también tienen algunas otras piezas que son las que comercializan y que tienen una bajada un poco más accesible acorde con el tiempo que le lleva producirla. Estas son, quizá, las piezas que más venden. Conservan el concepto de la otra producción, pero están realizadas de tal forma que tienen mayores posibilidades de ser vendidas.
La producción
¿Qué otros elementos definen a la joyería artística además de los materiales y el concepto? ¿Se trata de piezas únicas hechas totalmente a mano sin la intervención de un proceso industrial o semi industrial? “No hay limitaciones en cuanto a cómo un artista produce su pieza –acota Isola-. Mucha gente hace pequeñas series de fundición, por ejemplo. Siempre que el trabajo esté regido por el artista, no hay impedimentos para que sea considerado una pieza de joyería de arte. Lo que miramos cuando hacemos una selección, como en el caso de “Un camino infinito” es la calidad de la manufactura, que esté bien llevada adelante, que los cierres funcionen. No dejamos de mirar esas cosas por más que se trate de una pieza de expresión”.
Se trata de un tipo de expresión que toma elementos de distintas áreas: la artesanía, el diseño industrial, el arte. “Requiere, además,-acota la curadora- ciertos conocimientos de ergonomía porque se trata de piezas que se piensan para un cuerpo, por lo que tienen que tener un determinado peso y deben poder apoyarse sobre el cuerpo y resultar cómodas. Luego está el tema de las terminaciones, de las técnicas, de armado, de manejo de materiales y también la cuestión expresiva. Es algo que `muerde` en distintos campos y quizá por eso nos gusta que nos acepten en todos
Al igual que sucede con cualquier pieza de arte, el precio de cada ejemplar de joyería está determinado por múltiples factores: el proceso de la pieza, el momento de la carrera del artista, con su capacidad para insertarse en un mercado.
“En la Argentina y en Latinoamérica en general el mercado de la joyería artística es muy limitado por eso para nosotros es tan importante hacer exposiciones en espacios como los museos que permiten acceder a este tipo de expresión a gente que quizá no ha visto nunca joyería contemporánea. Lo mismo sucede con las Bienales que se realizan en Argentina y en el resto de América Latina”, dice la artista joyera.
Y agrega: “Si esa gente va al museo y se encuentra con esto, va a descubrir un mundo nuevo. En otras latitudes, por ejemplo en Estados Unidos y en Europa existen galerías e incluso museos de joyería artística, por ejemplo, pero, de todos modos, este tipo joyería aún no está completamente integrada al mundo del arte. Estamos abriendo un camino.”
La muestra “Un camino infinito” puede verse en el Museo Histórico Sarmiento, Cuba 2079, CABA, barrio de Belgrano, hasta el domingo 29 de octubre. Los lunes el museo permanece cerrado. Del 4 al 25 de noviembre en el Museo Histórico de Ituzaingó (Ituzaingó, Pcia. de Buenos Aires) y en permanencia como exposición virtual en Joyeros Argentinos.