Quizás haya soñado muchas noches con el reconocimiento que por fin alcanzó, aunque no por haber cumplido con su anhelo de chico. Los deseos de Osvaldo Soriano seguramente se centraron en una definición sobre la hora en el Gasómetro o haciendo el gol del campeonato para San Lorenzo. Hasta que una lesión en una rodilla sepultó su sueño de pibe del interior. A quien fuera goleador en Confluencia de Cipoletti e Independiente de Tandil se le truncó la ilusión de inflar la red de los rivales del Ciclón. Su obra literaria hizo el resto. Sus textos le otorgaron una devoción popular y también un sitial de privilegio en la identidad cultural azulgrana.
La biblioteca de la Casa de la Cultura Sanlorencista lleva su nombre. La Sala de Prensa del Nuevo Gasómetro también. Aunque no sólo esos sectores que se entienden a la medida de Soriano llevan grabada su obra. También las paredes del barrio de Boedo tienen el sello de la devoción de los lectores cuervos, como del Grupo Artístico que diseña las pintadas. Y hasta la peña de San Lorenzo de la capital española atesoró su nombre.
Desde chico empecé a leer a Soriano. Es un referente de la literatura y su condición de hincha de San Lorenzo hace que le tenga una consideración especial, expresó a Tiempo Matías Lammens. Presidente del Ciclón, él recuerda haber leído No habrá más penas ni olvido, justo el año que San Lorenzo volvió a salir campeón luego de 18 años. Ahora son las tres de la mañana del lunes en París. Voy a llamar para alquilar una pilcha de moda y un Rolls Royce Silver Shadow, como Carlitos Gardel, y ya mismo salgo a incendiar la noche. Que me encuentren borracho en un puente del Sena o en brazos de Margarita Gauthier. ¡Abran cancha, llega un campeón!, escribió Soriano en Página 12, a 11 mil kilómetros de los hechos.
Fue la segunda vez que le tocó seguir con atención la definición de un torneo a la distancia. La otra, con un final muy diferente, fue durante su exilio. Poseo una carta de octubre de 1981 (meses después del descenso) donde describía su tristeza y angustia por la pérdida de la categoría, recordó el escritor y periodista Francisco Juárez. Sabés Negro como estoy con el descenso y encima en el exilio, escribió Soriano en la carta a su amigo.
Su pasión por San Lorenzo fue extraordinaria, agregó Juárez, quien estará presente este domingo en el homenaje que le hará el conductor del programa radial San Lorenzo Ayer Hoy y Siempre, Adolfo Res. El taxista que llegó a la dirigencia del club por su trabajo por la Vuelta a Boedo, reconoce que lo extraña pero no sólo por lo que fue. Sentí su ausencia en esta lucha por la Vuelta. Tantas veces lo imaginé caminando al frente de cada marcha. Tantas veces imaginé su pluma haciendo mención en una editorial para que San Lorenzo vuelva a Boedo, contó el ex director de la Casa de la Cultura Sanlorencista.
Su identificación con el club y con el barrio será eterna. Aunque su partida nos haya privado de los textos más brillantes sobre San Lorenzo y sus recientes conquistas internacionales, la histórica excursión marroquí y la tan ansiada Vuelta a Boedo. La memoria azulgrana atesora la carta que le envió a Eduardo Galeano. Esa recorrida junto a su ídolo de la infancia José Sanfilippo por el estadio de tablón de ayer y de siempre, aunque allí, aún hoy, haya góndolas de Carrefour. El futuro inmediato de San Lorenzo sólo lamentará la ausencia del Gordo, para contárnoslo como nadie. «