A través de un imponente y delicado despliegue visual, La poética de la fragilidad, el film dirigido por el argentino Nicolás Grandi y la india Lata Mani, indaga en las concepciones más profundas del ser humano. El documental, que se puede ver todos los jueves de agosto en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543), recorre un camino original eludiendo lo biográfico para abrirse a una narración caleidoscópica sobre la fragilidad y sus circunstancias.
Con diferentes recursos, como poemas, voces en off y pequeñas viñetas biográficas, el film consigue que el espectador experimente un doble movimiento de contemplación y reflexión. «Es un planteo conceptual que nos permite una propuesta estética que ofrece una posibilidad política o ética», explica Grandi. Una de las estrategias es presentar a tres mujeres reconocidas por su carga pública y política: Angela Davis, mítica militante afroamericana; Nora Cortiñas, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo; y Cherrie Moraga, poeta chicana y pionera en el feminismo de color. Cada una da cuenta de un fragmento de la idea de fragilidad que desarrolla la película.
Los relatos de estas mujeres fueron escritos por Mani, como una manera de mostrar que este tipo de experiencias no son individuales. A tal punto queda demostrado eso, revela Grandi, que cuando Nora Cortiñas leyó por primera vez el texto que recita en la película, levantó la vista y le dijo «esta es la historia de mi vida». Luego Grandi profundiza: «Esta propuesta permite hacer el arco narrativo de una idea, no de un personaje». Y Mani cierra el concepto afirmando que si «organizás diferentes elementos, generás nuevos patrones, cada momento de la película es parte de un movimiento caleidoscópico. Para nosotros, es importante prestar atención a la percepción; tanto en el nivel de la forma como del concepto tratamos que el público sea más consciente de lo que ve.»
Lata Mani: En el mundo actual del neoliberalismo capitalista se considera que el lenguaje es transparente. Y estamos acosados por toda clase de imágenes que reclaman representar una verdad. Así nuestra relación con ellas y el lenguaje se vuelve perezosa. Entonces, ¿cómo respetamos al espectador? No sintiendo que tenemos que decirle todo.
Mani es una académica y artista feminista de Bangalore (India). Uno de los ejes de su trabajo era el cuerpo de la mujer como campo de disputa del poder. Pero esa indagación intelectual se convirtió en vivencia al caer enferma de una lesión cerebral que la aquejó por años y que la llevó a repensar todo su trabajo.
LM: Estoy profundamente vinculada a las teorías feministas en las que el cuerpo importa, pero están ligadas a cierta idea de lo político en la que la enfermedad no es política, a menos que la causa lo sea. Entonces comencé a ver que la experiencia del cuerpo, el radical aislamiento de la enfermedad, abre una ventana a lo social. ¿Por qué la enfermedad, la vejez, la fragilidad son experiencias individuales si cada uno de nosotros la experimentamos, si es una experiencia social? Comencé a darme cuenta de que si prestás atención a estas experiencias todo lo social se revela.
La película es parte de un proyecto que se articula en diferentes formatos. Además de la película, se plasmó en un libro y una web