La discusión acerca de para qué sirve el arte es tan vieja como el arte mismo. Hay quienes lo consideran una expresión que tiene valor per se, independientemente de las circunstancias históricas en que se produzc,a y quienes creen que es o puede convertirse en un arma de lucha social. Quienes integran el colectivo que dio a luz Épocas, un disco virtual de descarga gratuita desde diferentes plataformas, adhieren a la segunda definición. La Fernández Fierro, Juan Falú, La Chicana, La Lija, La Delio Valdez, Acorazado Potemkin, Osvaldo Bayer, Cuarteto Cedrón, Jorge Marziali, Vicente Zito Lema, Luis Felipe Noé y muchos más le dicen un no rotundo al neoliberalismo desde sus respectivos campos.
Quienes integran este colectivo tienen su propio manifiesto que no es estético sino político. Esta compilación de canciones, -dicen en él- que como toda compilación es arbitraria y en absoluto exhaustiva, tiene músicas y letras de triste contemplación, rabiosas, irónicas, con esperanza, sin ella, literales, metafóricas, militantes y de todo género musical. Pero todas ellas provienen de artistas que si bien no son todos, representan diversos sectores del heterogéneo mundo de la creación artística y han sido suscriptas aquí porque hay algo que todos vemos y sentimos y eso es el acuerdo fundamental y es también el concepto vertebral de esta compilación enmarcada en estas épocas y en estas tierras. Valga este trabajo colectivo en esta doble acepción: ensayo de acuerdo y posicionamiento entre actores culturales del hoy acá y revelamiento de nuestro ser popular en sus muchas posibles formas, una unidad plural. Estos que aquí habemos pues, mediante nuestras creaciones, decimos No al liberalismo, sí a nuestra soberanía cultural, libertad a los presos políticos, verdad y justicia por Santiago Maldonado.
Los músicos Nicolás Esperante (de El violinista del amor & los pibes que miraban) y Tomás Bradley (de La lija) fueron los impulsores de este proyecto que sumó músicos pero también escritores y artistas de otros campos. Luis Felipe Noé, por citar sólo un ejemplo, participó cediendo una de sus obras, El que bien sobrevive, para la tapa. En diálogo con Tiempo Argentino Esperante se refirió a esta singular propuesta.
-¿Cuál es el origen de este proyecto?
-Tomás Bradley es músico del grupo La lija y referente del espacio de teatro y música Hasta Trilce que está en el barrio de Almagro. Con él tenemos una interacción a nivel musical y en la organización de diversos eventos. Creo que esa idea comenzó a gestarse el año pasado cuando hicimos un ciclo por los 80 años de latenció Guerra Civil Española con Vicente Zito Lema que también participa en este proyecto. Tomás me había comentado que tenía la intención de grabar un disco con material original cuya idea dominante fuera un grito contra el neoliberalismo. Luego surgió la idea de sumar gente que tenía material ya hecho tanto de música como de poesía o plástica que referían a este tema y fuimos convocando a aquellos con los que ya habíamos tenido alguna interacción cultural y fue surgiendo este disco de música, de poesía, de cultura en general que grita contra esta situación social y política que provocó el neoliberalismo a nivel regional y nacional hace ya muchos años, no sólo desde este último gobierno.
-En el disco participa gente como Osvaldo Bayer o Vicente Zito Lema a quien nombraste. ¿De qué forma lo hacen?
-Este es un trabajo que se caracteriza por tener bastantes cruces. Vicente Zito Lema, por ejemplo, participa con mi banda que es El violinista del amor & los pibes que miraban. Nosotros tenemos canciones propias y también canciones tradicionales. Con Vicente tenemos una relación de amistad que es producto de los cruces que se dan en situaciones de militancia. En este disco musicalizamos un poema suyo que se llama justamente Épocas y que da nombre al disco colectivo. Osvaldo Bayer participó narrando una introducción de una canción con Juan Polito y Los lirios del campo. La Lija también participó con La máquina de hacer chacareras. Se cruzaron también otras bandas y artistas de diferentes maneras. Es un disco que no sólo tiene expresiones individuales de diferentes artistas, sino también cruces que son muy interesantes.
-El arte de tapa es nada menos que de Yuyo Noé.
-Sí, Noé quiso participar también de esta movida y fue un honor para nosotros que quisiera hacerlo. Nos cedió una obra que tenía mucho que ver con el tema.
-¿De qué modo se financió el proyecto? ¿El disco se puede bajar gratuitamente y también se puede comprar?
-No, el disco no se financió. Está sólo en formato virtual, no fue editado de manera física precisamente porque es un grito contra el neoliberalismo, una expresión que surgió de manera natural, espontánea, que no tiene ningún fin de lucro. Está subido a diferentes plataformas virtuales y los artistas cedieron gratuitamente sus obras en el caso de las que ya estaban editadas y los que grabamos especialmente para este proyecto nos fuimos arreglando entre nosotros, sumando los recursos que tenía cada uno, las posibilidades técnicas para poder grabarlo. En Hasta Trilce se grabaron algunas cosas y en mi estudio, algunas otras. Los que terminamos formando parte de este colectivo y somos técnicos nos pusimos a trabajar para esto. Lo mismo hicieron los que son diseñadores gráficos y los que tienen algún conocimiento de prensa o de Internet. Nadie sacó dinero de esto porque la idea era difundir el proyecto lo más posible y que pueda servirle de alguna manera a quien lo escuche.
-¿Cuándo se lanzó públicamente?
-No sé si fue casualidad o lo parimos a la fuerza en ese momento, pero tomamos la decisión el día en que apareció el cuerpo de Santiago Maldonado. En el manifiesto de los artistas que integraron este proyecto se pedía la aparición con vida de Santiago. La noticia se conoció un martes y nos pusimos de acuerdo para lanzarlo a la mañana siguiente. El lanzamiento consistió en subirlo a distintas plataformas de Internet porque el disco ya estaba hecho. Estábamos puliendo los detalles de último momento, pero cuando se conoció esa noticia terrible nos pareció que teníamos que lanzarlo de inmediato. Los primeros días de compartir el disco con la gente estuvieron marcados por la desazón, la confusión, por un clima muy pasado. Las devoluciones que fuimos recibiendo en ese momento tildaban al disco como algo necesario. La gente se encontraba en el disco, en las letras, en la expresión. El jueves, que hubo una marcha espontánea, volví de la Plaza triste, angustiado y me puse a leer los comentarios que había subido la gente y todos tenían que ver con esto. El disco representaba para ellos un marco de catarsis.
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