Según consta en su cuenta de Instagram, “Covid Latam es un proyecto colectivo que presenta diferentes aristas sobre los avances del Covid 19 en Latinoamérica. Está formado por 9 fotógrafos y 9 fotógrafas basados en 13 países.” Se puede seguir a través de @covidlatam
Participan de él fotógrafos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Perú, Uruguay, Venezuela y Colombia. Juntos realizan una bitácora de la cuarentena. Las fotos, que muestran el aislamiento en distintos países de América Latina, se suben de inmediato a Instagram. De esta manera conforman una galería en continuo crecimiento sobre los efectos del Covid-19 en la región: desde ancianos en Bolivia hasta un joven artista plástico que vive en el emblemático edificio Copan de San Pablo diseñado por Oscar Niemeyer y que decide moderar los efectos del encierro en la terraza. Un efecto curioso de la pandemia es, precisamente, que las terrazas, sobre todo en los países más cálidos, comienzan a convertirse en espacios habitados.
En Guatemala, más precisamente en el barrio marginal de la Verbena la gente se reúne en las puertas de las casas a conversar, incluso luego del toque de queda, modalidad que ha elegido ese país para controlar la pandemia. Muchos guatemaltecos infectados de Covid-19 han sido deportados desde los Estados Unidos.
El impulsor del proyecto es el argentino Sebastián Gil Miranda, quien le dice a Télam: «Creemos que no estamos acá de casualidad, sino que hay una crisis muy grande a nivel social y ambiental que nos llevó a esta pandemia. Nuestro proyecto apunta a poder pensar las cosas de otra manera. Y desde el vamos queríamos reflejar los valores que consideramos importantes: la igualdad de género, el trabajo colectivo, ya que de esta crisis no se sale de manera individual». Y agrega: “Hay muchas fotografías dando vueltas en el mundo sobre el Covid pero nuestro trabajo tiene un sello latinoamericano y es un reflejo de la situación que atraviesa el continente. Además no queremos mostrar imágenes sólo vinculadas a hospitales, cementerios o funerales, sino asociadas a la vida, a lo cotidiano, a la interacción».
Ganador de numerosos premios de fotografía, Gil Miranda registra con su cámara la Villa 31 cuya grave situación se hizo inocultable tras la muerte de Ramona Medina, vocera de la Garganta Poderosa, y de Víctor Giracoy, quien estaba al frente del comedor Estrella de Belén. Cada fotógrafo trabaja en situaciones diferentes en consonancia con las restricciones que impone cada país latinoamericano. Las fotos pueden ser de interiores o exteriores. No hay consignas a priori. Mientras el registro obtenido refleje de qué forma afecta la pandemia en diferentes lugares de la región, es válido. De esta forma los fotógrafos cumplen fielmente con la frase que afirma que el periodismo es el borrador de la historia. La tarea que desarrollan terminará por configurar un documento insoslayable a la hora de evaluar de qué modo se vivió la pandemia y será un material de consulta en el futuro.
Las fotos hablan por sí mismas, pero también tienen un breve registro escrito, una pequeña historia de lo que muestra. Por ejemplo, la conmovedora historia de una pareja durmiendo a la intemperie con su hijo cuenta: “Mas de 1000 venezolanos, incluidos menores de edad, mujeres en embarazo y adultos mayores, duermen frente a la alcaldia de Cali, a la intemperie, cocinando en pequeñas fogatas y bañandose en el rio mientras esperan que el gobierno, o un milagro les ayude a llegar a la frontera entre Colombia y Venezuela. Los patearon fuera de sus alquileres porque en medio de la pandemia se les agotó el dinero, se les acabó el trabajo y en las calles vacías ya no pueden rebuscarse unas monedas. Nadie dice ni hace nada.”
En Cuba, hay una fila de personas que guardan una prudencial distancia entre sí. La foto fue tomada por Eliana Aponte. Su epígrafe explica: “La vigilancia epidemiológica clínica que aplica Cuba es considerada por entidades como la Organización Panamericana de la Salud como una estrategia agresiva para frenar la pandemia que muestra resultados favorables. La isla ha llevado a cabo un aumento masivo de la capacidad hospitalaria. Cubanas haciendo cola con distanciamiento social en la panadería La Moderna. La Habana, Cuba.” De no ser por el entorno, podría pensarse que se trata de Argentina.
La fotógrafa Tamara Merino se ha retratado a sí misma abrazada a su madre, ambas con barbijo. Al pie de la foto dice: “Las huellas del impacto económico que la pandemia del coronavirus está causando en Chile se hicieron visibles el pasado lunes cuando un grupo de vecinos salió a las calles a protestar. ´Estamos pasando hambre´, dijeron varios de los habitantes de la comuna El Bosque, uno de los municipios con menos recursos de la capital chilena.”
Las fotos y los entornos son muy diferentes entre sí, pero hay, sin embargo, un denominador común que es la pobreza, un problema estructural de la región que la pandemia ha puesto de manifiesto con la mayor crudeza.
Integran el proyecto los fotógrafo Federico Rios Escobar,Tamara Merino, Rodrigo Abd, Fabiola Ferrero, Joao Pina, Glorianna Ximendaz, Pablo Piovano, Matilde Campodónico, Ale Cegarra, Ana Carolina Fernandes, Victor Moriyama, Andrea Hernández, Daniele Volpe, Johis Alarcón, Iván Valencia, Sara Aliaga,Sebastian Gil Miranda y Eliana Aponte.