Más allá de las interpretaciones políticas, los datos son contundentes. La presidente de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, trazó ya en la inauguración de la Feria el desolador panorama al que se enfrenta el sector. “De lo que vamos a hablar a continuación –dijo- es de números claramente comprobables. Son datos sin ningún sesgo interpretativo. A través de la Agencia Argentina del ISBN tenemos la información de lo producido. Es el registro de las novedades que las editoriales realizan. El resultado del año 2018 nos muestra que se produjeron 43.000.000 de ejemplares. En 2015 se había impreso 83.000.000. Desde entonces, venimos decreciendo. El primer trimestre de 2019 fue el peor en 5 años. Y si comparamos los índices de producción de éste versus el primero de 2016, la caída prácticamente alcanza el 50%. Para ser más claros: se produce prácticamente un 50% menos. Respecto de las ventas, solamente en este primer trimestre de 2019 cayeron casi un 12% respecto al primer trimestre de 2018. Y lo dramático, lo que nos preocupa grandemente, es que la caída no se detiene. Y no se trata de si las conductas de consumo cultural están cambiando. Sí, siempre están cambiando: lo saben los diarios, la televisión abierta, hasta el mismo cine. Y podemos suponer que las plataformas que hoy se ven dominantes mañana dejen de serlo. Este no es nuestro problema principal, que sí lo es la baja del consumo general. Resulta por eso que hemos perdido un tercio del mercado, y lo peor de todo es que sabemos que no se va a recuperar en el corto plazo. Dijimos que Buenos Aires es ciudad de librerías; la Argentina también lo es, con un número que ronda las 1.200. Su situación, especialmente la de las pequeñas e independientes, se vuelve grave. La baja de las ventas, el aumento de los alquileres, el alto costo de los servicios las está empujando al cierre, cosa que ya comenzó. Necesitamos que se implementen tarifas preferenciales para las librerías en los servicios y tributos.”
Entre 2013 y 2019, el consumo de libros per capita cayó a la mitad: de 3 a 1,5, según Información Cultural de la Argentina.
Balances
Oche Califa, director Institucional y Cultural de la Fundación El Libro, entidad organizadora de la Feria, afirma que la institución no posee cifras de venta porque los expositores no están obligados a rendirlas. Las estimaciones nacen del promedio que hacen las cámaras del libro y los mismos periodistas. En este sentido, consultado Nacho Iraola, director editorial de Argentina del Grupo Editorial Planeta, que reúne numerosos sellos, informa que la caída que el grupo percibió oscila entre el 10 y el 15 por ciento. Mientras tanto, Norberto Gugliotela, de la editorial argentina Corregidor, una empresa mediana de larga trayectoria en el mercado, informa que aunque aún no están las cifras oficiales, la disminución de ventas se estima en un 20 por ciento respecto del año pasado “que también fue malo”.
Respecto de la cantidad de visitantes, Califa afirma: “Desde hace varios años hay pequeñas ondulaciones en una cifra cercana a 1.200.000 personas. Sus oscilaciones tanto hacia arriba como hacia abajo son poco significativas y a veces las establecen circunstancias ajenas a la Feria. Por ejemplo, este año no tuvimos feriado puente con el 1° de mayo, pero, en contraposición, el año pasado tuvimos 10 días de llovizna. En general, estas cosas se compensan. Veníamos un poco abajo porque tanto la víspera del 1° de mayo como el 1° de mayo mismo, días en que la Feria suele estallar de gente, este año fueron flojos, los dos últimos lunes pusimos entrada gratis con la tarjeta SUBE y resultó bien en mayor medida el primer lunes que el segundo. El último lunes 13 fue muy fuerte porque, como sucede siempre, hubo una especie de estampida de quienes no querían dejar pasar la Feria y la visitaron el último día. Es muy difícil caerse del número de visitantes, pero también es muy difícil subir. Somos la Feria más larga del mundo, ya que dura muchos días más que la de otros países”.
Los actos políticos, el de Cristina Fernández de Kirchner incluido, según Califa, no redundaron en un mayor número de personas, pero sí en una mayor participación. Además del de ella hubo otros que también llenaron la sala y dejaron gente afuera, aunque en el caso de la ex presidenta la gente afuera, tanto la que ingresó a la Feria, como la que lo vio desde la calle, fue enorme. Eso, sin embargo, no se tradujo en un mayor ingreso por afluencia, ya que los invitados entraron gratis y era jueves, un día en que también entran gratis jubilados, docentes y universitarios. Los otros cuatro fueron los de Axel Kicillof, José Luis Espert, Martin Lousteau (que también sacó una pantalla fuera de la sala) y Javier Milei.
Cabe aclarar para quienes le reprocharon a la senadora Kirchner que realizara un acto político en la presentación de su libro, que en los actos que realizaron tanto Espert como Milei, se proyectaron spots de campaña, según lo confirma el público asistente.
Contra lo que podría pensarse, si bien el libro de CFK fue muy vendido, los libros políticos no encabezan la lista de aquellos sobre los que se hicieron mayores consultas. “Quizá –dice Califa- porque quien está interesado en un libro político no necesita consultar. Si un lector va a buscar el libro de Kicillof es porque sabe que está. Es un público más informado. Hay consultas no de título, sino de autor, que ranquean hace rato. El caso de Stephen King es impresionante porque está desde hace años al tope de la lista. Lo mismo sucede con J.K Rowling, la autora de Harry Potter.”
“La gente de la Comisión de Actividades Juveniles –continúa Califa- me informó que para ellos este fue el mejor año y esto comenzó hace 5. En el Encuentro Internancional de Booktubers hubo más de 700 asistentes, pero a lo largo de la Feria tuvimos 10 actividades para público adolescente y la llegada de boktubers internacionales fue muy fuerte y llevó muchos chicos. Todas las actividades proyectadas funcionaron muy bien. Lo curioso es que esto sucede en un momento en que todo el mundo está hablando de los libros políticos. Además, funciona muy bien la novela romántica. Florencia Bonelli, por ejemplo, arrasa. Lo mismo sucede con Darío Sztajnszrajber en Filosofia. Como puede informarlo cualquier librero, los libros referidos a cuestiones de género funcionan muy bien desde hace rato. Rita Segato estuvo no solo el día de la inauguración, sino que participó de varias actividades siempre con mucho público. Hoy en día el feminismo como corte temático mueve mucho las librerías y eso me lo informan los libreros fuera de la Feria desde hace tiempo.”
En el último día de la Feria la Fundación El Libro y la Federación Argentina de Librerías, Papelería y Afines convocaron a una conferencia de prensa en la oficina de prensa de la Feria. Carbano explicó la razón de la convocatoria e hizo la presentación de los libreros, tanto miembros de las dos grandes cadenas como de las librería pequeñas y medianas, que hablaron en representación del sector “Posiblemente por un error de interpretación -dijo-las librerías han quedado excluidas del beneficio de la declaración del IVA. En la Ley de Presupuesto que en parte aún no está reglamentada, desde editores a distribuidores tienen la posibilidad de desgravar el IVA en todas las actividades. Esto era algo que el sector venía reclamando hace muchos años, porque existió ese beneficio pero luego fue quitado. En la nueva Ley de Presupuesto se aprueba que el IVA sea desgravado, pero no se incluye a las librerías. Entendemos que es imposible que dentro de lo que es la cadena de valor quien llega con el libro al comprador no lo pueda hacer.”
Los libreros señalaron que si bien la desgravación del IVA para los diferentes integrantes de la cadena de producción editorial había sido consensuada con el Secretario de Cultura de la Nación Pablo Avelluto, en la reglamentación, de la que se enteraron hace muy poco, la AFIP excluye al último escalón de la cadena que es precisamente el más débil, el de los libreros. Por esta razón confían en que se trate de un error de interpretación. Entre los múltiples problemas que afectan a las librerías señalaron las altas tarifas de los servicios que no excluyen el IVA y el precio fijo de los libros que hace que un ejemplar cueste lo mismo en la capital que, por ejemplo, en Neuquén, cuando los gastos no son los mismos.
Como no podía ser de otra forma, la Feria del Libro fue una caja de resonancia de lo que sucede en el país.