The Walking Conurban (TWC), «un paraíso post-apocalíptico a minutos del obelisco», como dice en la descripción de la cuenta de Instagram, se convirtió en una suerte de ícono sobre el conurbano y sus escenarios bizarros: un proyecto que combina belleza con sentido del humor. El martes último, con la presencia de la senadora del Frente de Todos Juliana Di Tullio, se inauguró una exposición de fotografías en el Senado de la Nación sobre las primeras imágenes de este colectivo artístico que instaló una manera diferente de mirar el Gran Buenos Aires.
En la exposición, que podrá visitarse gratuitamente hasta el 2 de mayo de 9 a 18 horas, habrá 30 fotografías en total, de las cuales 20 son de la primera etapa de TWC, cuando aún era un proyecto incipiente, y las otras 10 son imágenes recientes. Si bien la cuenta tiene un archivo colectivo que se nutre de manera constante de colaboraciones de seguidores, también hay imágenes sacadas por los propios integrantes de TWC. Esas fotografías son las que podrán verse en la exposición: «En su mayoría, son retratos de escenarios abandonados, lugares con cierta historia, que fueron reabsorbidos por la naturaleza en algunos casos y alguno que otro costumbrismo y alguna que otra obra arquitectónica de envergadura», cuenta a Tiempo Diego Flores, quien actualmente administra la cuenta junto a Guillermo Galeano.
Proponer otra mirada del conurbano
Las fotografías expuestas datan, en algunos casos, de 2013, cuando el proyecto era pura exploración, un juego entre cuatro amigos de Berazategui que encontraron un vacío narrativo: las imágenes que se difundían en los grandes medios y en las ficciones argentinas sobre el conurbano estaban cargadas de estereotipos, fijaban un recorte acartonado de la realidad. Poco o nada tenían que ver con todo ese universo lúdico y creativo que estos cuatro amigos identificaban en las cuadras de sus casas o en los municipios más cercanos.
Para proponer otra mirada, empezaron a investigar y recorrer el territorio -incluso más allá de lo que conocían de manera inmediata- con la cámara de fotos. Esas largas caminatas dejaron un tendal de anécdotas y saberes que desbordan lo que se ve en Instagram.
Diego cuenta que en la exUsina Hidráulica de Berisso, ese edificio que parece un palacio abandonado, se hicieron amigos de Cristián, un chico que vivía ahí en situación de calle, «el loco nos contó su vida, pero nos contó también cómo se las arreglaba ahí, era una especie de ‘guía turístico’ de la zona, orientaba a los estudiantes de cine que iban a grabar a la usina o a los fotógrafos de las chicas que hacían el álbum de fotos del cumpleaños de quince. Conectamos con él y tuvimos una amistad durante bastante tiempo», dice.
La construcción de un éxito «in the conurban»
Casi de casualidad, empezaron a difundir todas estas fotos que capturaban en los recorridos por el conurbano en Instagram y se fue generando cierta repercusión. «Siempre me acuerdo que una vez apareció un mail de una seguidora que decía algo así como ‘che, vi esto y pensé en ustedes’, asociaban una idea y una estética con la cuenta. Así empezaron a aparecer cada vez más seguidores que nos mandaban fotos y nos empezamos a entusiasmar», recuerda Diego. La cuenta creció y pasó del territorio virtual al físico, en muestras y exposiciones diseminadas por distintos espacios culturales.
Llegó también a la pantalla chica con la serie «universo conurbano», producida por Canal Encuentro y conducida por Pedro Saborido, quien viene realizando hace ya varios años colaboraciones con el colectivo artístico.
Para Diego, la exposición en el Senado «es importante en tanto sirva para discutir y para repensar el territorio conurbano en todos sus aspectos o en buena parte de sus aspectos: histórico, político, económico, social, cultural, cómo nace el conurbano y cómo se desarrolla, a quiénes da cobijo, a quiénes recibe. Son cuestiones que nos parece importante que se puedan discutir, y que hayan ingresado estas imágenes al Senado puede ser un buen punto de partida para reflotar o poner en agenda este tipo de discusiones».
La exposición fue impulsada por la senadora Juliana Di Tullio, quien resaltó que se busca «colaborar para que nuestras costumbres, nuestros paisajes cotidianos y nuestra idiosincrasia conurbana sean revalorizadas, porque suele ser un territorio muy maltratado por ciertas miradas antipopulares. Esta muestra es un paso en ese sentido».
Se trata, además, para los seguidores del proyecto, de «una oportunidad para ir a ver en persona eso que está mediatizado por un dispositivo y por una pantalla. La experiencia de una vivencia no mediatizada es distinta a una que sí lo está y además, por supuesto, ahí ingresan otro tipo de vinculaciones con la fotografía, nosotros no somos fotógrafos profesionales, así que van a ver fotos amateurs, pero que presentan ese tipo de registro y quizá sea una experiencia nueva o distinta para quienes nos vienen siguiendo y consumiendo a través de las redes sociales», afirma Diego.
En Instagram o en el Senado, The Walking Conurban conquista territorios, se instala en la retina como otra forma de conocer el conurbano, una que no es la de las tapas de los diarios, sino la de las calles y su gente.