Sergio Vaudagnotto es periodista y escritor. Trabaja en el Diario del Centro del País, de Villa María, Córdoba que, según le explica a Tiempo Argentino,” fue recuperado por sus trabajadores en 2001”. “Una semana antes de que saliera el helicóptero con De la Rúa –cuenta- nos hicimos cargo de la gestión del diario por lo que lo festejamos con un gran asado porque cumplimos 21 años.”
Estudió periodismo en la Escuela Superior de Periodismo en Buenos Aires. “Mis primeros laburos –cuenta- fueron en la agencia Saporiti y luego en la agencia DyN.
Acaba de publicar su segunda novela, Magnicidio a través de UniRío, la Universidad Nacional de Río Cuarto, que tuvo dos presentaciones. Una fue en Córdoba, donde el autor fue acompañado por Hérnán Vaca Narvaja. La otra tuvo lugar en el Centro Cultural Padre Mugica en San Telmo, Buenos Aires, en la que lo acompañaron Ricardo Ragendorer y Sergio Piccone.
En el prólogo, escrito por Hernán Vaca Narvaja, este señala a modo de resumen y definición de la novela: “Magnicidio es una novela inspirada en la polémica figura del artífice de la mayor concentración mediática del país y el continente; del creador del “círculo rojo”; del empleado brillante y arribista que fue ascendiendo en la empresa que lo contrató hasta forjar su propio imperio; del que calificó de “puesto menor” el ejercicio de la primera magistratura del país.” Y agrega: “¿Qué pasaría si ese hombre tan poderoso es asesinado? ¿Es posible urdir un plan para acceder a su intimidad, tornarlo vulnerable, engañarlo y acabar con su vida? ¿Qué pasaría en el país? ¿Cómo reaccionaría su imperio mediático? ¿Quién desearía su muerte? Sobre éstas y otras inquietantes preguntas avanza Magnicidio, la novela de un gran periodista que decide sumergirse en la ficción para develar la trama oculta del poder en Argentina”.
En diálogo con Sergio Vaudagnotto
En diálogo con Tiempo Argentino el autor se refirió a distintos aspectos de su última novela.
-¿Te considerás escritor y periodista o periodista y escritor? ¿Cuál es el orden de los términos?
-En primer lugar soy periodista. Lo de ser escritor obedece a la necesidad de escribir algo diferente de lo que nos toca escribir todos los días. Cuando imaginás algunos personajes tenés la potestad de hacerlo ir por donde se te ocurre, aunque a veces arrancan por donde quieren y terminan haciendo lo que quieren. La tarea de escritor es solitaria y yo estoy acostumbrado a jugar en equipo, pero lo que tienen en común ambos trabajos es que se basan en encontrar palabras que se lleven bien. Si encontrás dos palabras que cumplen con eso, pensar que el lector puede sentirse bien con ese párrafo ya me produce una satisfacción. A mí me hace bien y espero no joderle la vida a quien lo lee (risas).
-¿Cómo comenzaste a escribir literatura?
-Comencé a escribir poesía cuando me fui de Córdoba a Buenos Aires a los 18 años. Algunas de las cartas que les escribía a mis hermanos y a mis viejos que quedaron en Villa María terminaron siendo poesía.
-También estuviste un tiempo en Europa, ¿no es así?
-Sí, me fui cuando ganó Menem. Del 90 al 97 estuve viviendo afuera. Trabajé en algunas radios, en la cadena Ser de Zaragoza, en el Diario Popular de Bilbao y en un diario de la comunidad autónoma de Aragón, El heraldo de Aragón.
–Esta es tu segunda novela. La primera fue Dantón murió en Ansó Además publicaste un libro de crónicas, un libro de cuentos que se llama La mirada.
-Sí ese es el título de un relato largo que le da nombre al libro y está referido a la última mirada que crucé con mi vieja antes de que muriera. Con esa mirada nos dijimos todo lo que no hablamos durante 50 años. El relato ocupa varias páginas con esos diez segundos. El libro de crónicas se llama Sacachispas. El fútbol y sus anécdotas más divertidas y los poemarios son Pero tengo mi jaula (1984) y Los héroes viajan en colectivo (1986).
–Magnicidio es un thriller, una novela negra. Presumo que tu oficio de periodista tiene mucho que ver con esa trama.
-Sí, son situaciones con las que uno va conviviendo. A lo largo de cuatro décadas he estado en contacto con distintos actores y situaciones que a la hora de escribir te vienen a la mente y participan del hecho creativo. No es todo producto de la imaginación.
-El título podría hacer pensar que alude al atentado a Cristina.
-Sí, pero no tiene nada que ver con eso. Yo fui a Buenos Aires a registrarla como obra inédita en septiembre del año pasado. Recién septiembre de este año pasa lo que pasó con Cristina Kirchner. Pero si bien no tiene que ver con el intento de matarla, se refiere también a una persona muy poderosa.
-Que es un empresario, un magnate de un gran medio de comunicación.
-Sí, tiene que ver con el intento de asesinato de un gran empresario de los medios. No lo vamos a espoilear, pero tiene que ver con eso. Contratan a un sicario, a un “loco suelto” para esa tarea.
-No es difícil entender quién. Aunque tiene muchos elementos de ficción, hay un trasfondo político determinado.
-Claro. Hernán Vaca Narvaja que es uno de los curadores de la novela, hacemás hincapié en la trama política. Sin embargo, Adriana Bruno, que fue editora de Espectáculos des Página 12 y luego de Clarín, que también leyó la novela antes de su publicación, ayudó y corrigió, considera que la trama está pensada para contar dos historias de amor. Ella subraya más eso que la trama política.
-¿Cómo surgió la idea de escribir esta novela?
-Para nosotros, como integrantes de un diario que saca su edición en papel todos los días, que es un diario del interior del interior y bastante fuerte en la provincia de Córdoba porque estamos en 32 localidades, el tema del papel para la impresión tiene mucha incidencia. Como cooperativa seguimos resistiendo en base a asistir a las asambleas y recortarnos el retiro mensual para poder seguir y llevar el diario a todas esas localidades. Entonces, el tema de Papel Prensa es un problema para nosotros. La dictadura de los precios del papel sigue siendo una dictadura vigente. Es algo que sufrimos todos los días y contra lo que uno, de alguna manera, se tiene que rebelar. Mi forma de rebelarme fue escribir una novela. En mi paso por la agencia DyN que era una agencia de Clarín, de La Nación, de todos los diarios de los más poderosos fui delegado de mis compañeros. En un momento éramos 166. Cuando me fui en el 90, solo quedábamos 99. Esa sangría, esos despidos permanentes a uno le dejan cicatrices. Por eso en el libro está la historia de Papel Prensa que en la novela se llama Claxon. Son cosas que te marcan, que guardás y que sacás en algún momento.
-¿Cómo fue el proceso de escritura? ¿Tenías toda la trama en el momento de ponerte a escribir o tenías una idea general y la novela se fue haciendo en el proceso mismo de escritura?
-Pasó lo segundo. Tenía una idea general y el resto se fue hilvanando. En la lectura que hicieron personas que nombro en los agradecimientos de la novela fui encontrando, además, diversas cosas y la fui perfeccionando. Por ejemplo, una compañera del secundario que es psicóloga me ayudó a perfeccionar uno de los personajes, Marcial, que es el sicario. Necesitaba saber si daba el perfil que se necesita para matar. El fiscal Carlos Gonella, de Villa María, me asesoró porque necesitaba saber si lo que hacía el fiscal de mi novela coincidía con los pasos que suelen dar los fiscales en esos casos. El resto de los amigos mencionados también fueron haciendo aportes y sugerencias: se podría profundizar esto o lo otro. Fui asesorado, por ejemplo, en lo que es la tecnología 5G porque era necesario entenderlo para saber por qué le interesaba al magnate.
-¿Cuánto tiempo de elaboración te demandó la escritura?
– La escribí entre las vacaciones de verano de finales de 2020 y las vacaciones de invierno de 2021, fueron unos 6 o 7 meses.
-Fue muy rápido.
-Sí. Elegí escribir capítulos cortos que inclusive se pueden leer de manera independiente porque no siguen un orden cronológico. Hay situaciones que podrían haber estado antes o después. El hecho de que fueran capítulos cortos me hizo más fácil la escritura.
– ¿Cómo es la distribución del libro? ¿Solo se puede conseguir en Córdoba o va a llegar a todo el país?
-Por suerte, la Universidad Nacional de Río Cuarto lo va a distribuir a partir de marzo en todas las librerías universitarias del país, desde EUDEBA hasta la de la Universidad Nacional del Comahue. Se hará recién en marzo porque por la pandemia estuvo cerrado todo el circuito de distribución.
-¿Qué devoluciones tuviste hasta ahora?
-Por suerte, muy buenas. Recibí muy buenos comentarios en general, como el que hizo, por ejemplo, Néstor Piccone. Me contaron, además, lo que dijo el fiscal Carlos Caramello. Casi no lo podía creer. Así que si ellos hablaron bien, supongo quede estar bien
-¿Qué modificó en vos la escritura y publicación de Magnicidio?
-Creo que me ayudó a darme el gusto de escribir, a sacar cosas que tenía adentro y creo que me “curó”. Si mí me curó a mí, espero que por lo menos al lector no lo perjudique (risas).