“El Mundial de Escritura es una experiencia divertida, que te hace escribir, que te hace conocer a otra gente que escribe, que te vincula con escritores de todo el mundo y que, sobre todo, te ayuda con el hábito del a escritura, -dice, desde sus redes, el escritor Santiago Lliach, creador de esta exitosa aventura de convocar a escribir-. Miles de personas de más de 50 países participaron el año pasado, desde niñas y niños hasta adultos mayores. El Mundial es parte de mi experiencia dando talleres de escritura. A mí me resulta difícil escribir. Yo juego también en los mundiales porque sé que en esas dos semanas voy a escribir sí o sí lo que siempre tuve pendiente. Si siempre tuviste la idea o el deseo de escribir y nunca te animaste, el Mundial te va a ayudar a escribir. También les va a servir a periodistas y escritores que tienen ya el hábito de la escritura. Para que se den una idea, el año pasado, dos mujeres el día que dieron a luz, el día que tuvieron su bebé, escribieron ese día. El año pasado, un señor de 89 años, en lo peor de la pandemia, escribió un libro durante el Mundial. Hay escritores de todo el mundo dando consignas y este año habrá también un ciclo de talleres y actividades gratuitos para todos los participantes del Mundial, siguiendo todos los pasos de la escritura, desde la página en blanco hasta la publicación. Es totalmente gratis. Los espero entonces en www.mundialdeescritura.com para participar de este cuarto Mundial de Escritura.”
Apenas se abrió la inscripción para esta nueva edición, el 19 de mayo, en menos de 24 horas se inscribieron 2000 personas de 27 países.
El aislamiento social obligatorio que se dio en los primeros días de la pandemia en 2020 supuso para algunos un hecho muy angustiante. Otros, incluso en medio de una situación tan difícil y dolorosa, buscaron formas creativas para contrarrestar la angustia provocada por el encierro y por una circunstancia inédita que comenzaba a cobrarse vidas tanto en Argentina como en el resto del mundo.
El escritor Santiago Llach pertenece al grupo de los que decidieron enfrentar la pandemia con ideas creativas, útiles y gratificantes. Fue así que, echando mano de su larga experiencia en el dictado de talleres de escritura, lanzó un Mundial de Escritura. La idea surgió de los talleres que viene dictando desde 2013 y donde ponía en práctica algo muy parecido a los mundiales de escritura, con la diferencia de que solo participaban los miembros del taller.
En 2000 Llach tomó la decisión de abrirlo para que participaran más personas. La primera edición tuvo lugar en abril del 2020 y participaron 15.000 personas de 50 países. A partir de entonces el proyecto comenzó a crecer. En realidad, el escritor ha dicho alguna vez que la idea original no es de él, sino de Hilario González y Pablo Lanseros y que fue perfeccionada por el total de sus alumnos. Las ideas, como se sabe, no se generan de la nada, sino que nacen de experiencias previas tanto propias como ajenas. Pero lo cierto es que Llach fue el encargado de montar una estructura compleja para que el proyecto tuviera el éxito que tuvo. Además de él, los organizadoras son también Catalina Lascano y Giuliana Migale Rocco.
¿En qué consiste exactamente el proyecto? Desde la página de la escuela de escritura de Llach lo explican así: “El Mundial de Escritura es una invitación abierta a escribir. No hay que ser escritor ni tener experiencia previa; solo ganas de sumarse y el compromiso de escribir un texto de manera diaria, durante dos semanas. Se trata de un juego en equipos, pero cada miembro escribe sus propios textos de manera individual, a partir de ejercicios propuestos por escritores o artistas. Terminada la instancia de escritura, cada equipo selecciona un texto de uno solo de sus miembros. Esos textos son leídos por varias instancias de jurados de preselección hasta que quedan diez textos finalistas, que son evaluados por un jurado final.” Los textos deben tener 3000 caracteres en el caso de los participantes mayores y 1500 en el caso de los chicos (de hasta 12 años).
Las novedades que incorpora esta cuarta edición son dos: la categoría para chicos –el año pasado podían participar solo adolescentes, es decir, chicos a partir de los 12 años- y los talleres y otras actividades.
En esta oportunidad, el jurado estará compuesto nada menos que por la escritora colombiana Margarita García Robayo, la argentina Ariana Harwicz y el chileno Alejandro Zambra. Para la categoría infantil y juvenil, los jurados serán los argentinos Pablo Bernasconi y María Inés Falconi y la escritora colombiana Yolanda Reyes.
La calidad de los jurados es una de las características distintivas del concurso. El año pasado lo integraron Milena Busquets (España), Irvine Welsh (Escocia, autor de Trainspotting) y Beatriz Sarlo (Argentina). Los encargados de dar las consignas fueron varios escritores entre los que se contaron el galés Cynan Jones y los locales Tamara Tenembaum y Santiago Motorizado, del grupo de rock El mató a un policía motorizado.
Las charlas y talleres girarán en torno a un concepto integral de la escritura: “De los 3000 caracteres al libro: escribir, corregir, editar y publicar”. En esta área de la nueva edición participarán los escritores argentinos Claudia Piñeiro, Gonzalo Heredia y Tamara Tenenbaum, la colombiana Carolina Sanín, el director de TEDx Río de la Plata Gerry Garbulsky, la traductora y editora Carolina Orloff y el escritor brasileño Joca Reiners Terron, Contará, además, con editores de libros de Hispanoamérica.
También el premio es tentador: los autores de los textos ganadores y los equipos con mejor desempeño de la categoría general podrán acceder a cursos y talleres de la Escuela de Escritura. Además, tanto los autores de los diez textos finalistas de las tres categorías (chicos, adolescentes y adultos) tendrán la posibilidad de participar de una clínica de obra exclusiva para ellos, algo infrecuente, sobre todo cuando se trata de chicos y adolescentes. Para los chicos habrá, además, un premio extra: órdenes de compra de libros.
¿Por qué la convocatoria resulta tan exitosa? Al comienzo del tercer Mundial de Escritura, Llach le dio la clave a Télam: “Es una mecánica de competencia de escritura por equipo que apunta a la solidaridad. Hay una eficacia de jugar en equipo que te obliga a escribir, y te hace superar el miedo a la página en blanco, la pereza o el bloqueo de escritor».
Lach tiene una amplia y variada trayectoria en el campo literario ya que, además de escritor, trabajó como editor free-lance en el sello Emecé y fue editor de ficción en Agenda. Fundó dos pequeñas editoriales, Siesta y Garrincha Club.
Además de dictar sus propios talleres, junto con Florencia Ure fundó el Club de Lectura Pez Banana. Es, además, fundador de la Escuela de Escritura. “Después de más de veinte años dando talleres de escritura y de lectura –dice desde su página web-, en marzo de 2021 lancé esta Escuela de Escritura, en la que ya se inscribieron más de 700 personas. El objetivo de la Escuela es colaborar con las personas que quieren desarrollar su escritura en distintos géneros y poner al alcance del público interesado los saberes de la tradición y la actualidad literarias.”
Es autor, entre otros libros de Crónicas canallas, Poemas municipales, Aramburu, La verdad láctea y Raza.