Todos los que estamos relacionados con el mundo del libro lo conocemos bien. Lo hemos visto recorrer la Feria del Libro como si tuviera el don de la ubicuidad, porque Oche Califa estaba en todas partes, desde los stands a las oficinas. Todos sabemos también que atendía el teléfono a cualquier hora y soportaba estoicamente las preguntas de los periodistas sobre los rumores de que la Feria se haría en tal mes, se correría para tal otro, se haría al aire libre, se haría sin presencias extranjeras… Siempre contestaba con la misma buena voluntad y brindaba toda la información posible. Además, tenía la gentileza de hablar tan bien, que prácticamente no había que hacer ninguna corrección cuando se llevaban sus palabras del grabador a la página.
Escritor y periodista, se vinculó con la fundación El Libro (FEL), institución que, entre otras cosas, organiza la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, hace 20 años. Fue hasta ahora su Director Cultural e Institucional y también ejerció su dirección y un luchador incansable en la promoción del libro y en la salvaguarda del sector editorial en cada uno de los puntos de su extensa cadena.
Mientras la pandemia parece haber congelado todo como en un cuento, la vida sigue pasando, las personas siguen cumpliendo años y se siguen jubilando. A Oche Califa, le llegó la hora de jubilarse y se acogerá a ese beneficio que tiene bien merecido.
Quizá ahora pueda dedicarse de lleno a su ya amplia obra personal dedicada a la literatura infantil y juvenil y podrá disfrutar de otras cosas que su dedicación full time dentro de la FEL le impedían.
La noticia de su jubilación fue comunicada a la prensa oficialmente a través de la FEL. «(…) durante la gestión de Oche Califa -dice el comunicado-, la FEL duplicó la organización de ferias (pasaron de tres a seis), aumentó las campañas promocionales públicas y los programas culturales propios. También crecieron de manera significativa, con resultados visibles, las gestiones culturales y profesionales ante organismos nacionales e internacionales.
«La capacidad y espíritu innovador de Oche Califa son conocidos en el mundo del libro. Es fácil verificar que el balance de su gestión como Director Institucional y Cultural es una Fundación que ha multiplicado su actividad y está más cerca de los distintos foros del sector. Al trabajador incansable del libro, que llega en plenitud a los tiempos en los que es posible darse una pausa, nuestra gratitud y los mejores deseos en el camino que comienza a recorrer de aquí en más.», palabras de Ariel Granica, Presidente de la Fundación El Libro.
Con esta salida, la FEL se aboca a la búsqueda para su reemplazo, mientras continúa con su accionar para sostener el papel central que tiene en la industria del libro a través de sus ferias y campañas. Especialmente, con la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, frustrada por segundo año consecutivo, como otras acciones públicas, por la pandemia.”
Por su parte, Califa dice: “Fueron años muy intensos en los que se multiplicaron las acciones de la FEL en favor de la promoción de la lectura y el libro. De eso doy cuenta en un balance personal, que incluye algunas reflexiones sobre las ferias y la industria del libro. Creo que está de más aclarar que si bien dejo esta responsabilidad, no abandono mi pertenencia ni mis vínculos afectivos con el mundo del libro”.
Desde el periodismo debería permitírsenos fijar un requisito para su reemplazante: que nos atienda siempre en el amplio horario y con el entusiasmo que lo hacía Califa. Posiblemente sea un deseo egoísta, pero sería muy bueno que se hiciera realidad.
Es una lástima que se jubile luego de dos años consecutivos de que la Feria Internacional del Libro, para la que tanto trabajó, no haya abierto sus puertas, cosa que nadie hubiera imaginado nunca porque durante más de 40 ediciones fue el gran acontecimiento cultural del año. Pero las cosas no siempre resultan como se espera y a veces, como en este caso, suceden como nadie lo hubiera esperado jamás.