El escritor, que fue amenazado de muerte en 1989 por un decreto del Ayatollah Jomeini tras publicar “Los versos satánicos”, una obra considerada blasfema, reapareció en un video por primera vez luego del atentado que sufriera en 2022 cuando estaba dando una conferencia en Chautauqua, Nueva York. Su aparición se produjo al recibir el premio «Libertad para Publicar» en la ceremonia de los British Book Awards, «.
Durante su alocución de casi cuatro minutos criticó la cultura de la cancelación que se ejerce en los Estados Unidos. «Nunca la libertad de expresión ha estado tan amenazada», dijo. Y agregó: “Ahora que estoy sentado aquí, en Estados Unidos, tengo que contemplar el extraordinario ataque a las bibliotecas, y a los libros para niños en las escuelas». Consideró que “el ataque a la idea misma de las bibliotecas es extraordinariamente alarmante” y añadió que “tenemos que ser muy conscientes de ello, y luchar contra eso muy duramente».
Se refería a las omisiones y reescrituras que los editores, asesorados por un jurado de “lectores sensibles”, hicieron del escritor infantil Roald Dahl y del creador de James Bond, Ian Fleming. En este sentido afirmó que debería permitirse que los libros «vengan de su tiempo y sean de su tiempo. Si eso es difícil de aceptar, no lo lea, lea otro libro». Cabe recordar que se ha mutilado también la obra Agatha Christie, la dama del misterio, haciendo desaparece personajes que no concordaban con la “sensibilidad de hoy”.
La censura en carne propia
Rushdie habla con conocimiento de causa de los efectos perniciosos de la censura por sufrirla en carne propia de manera extrama. Desde 1989 vivió prácticamente una vida clandestina para no ser alcanzado por la amenaza que pendía sobre su vida. Cuando luego de tantos años, el decreto de Jomeini parecía haber perdido cierta efectividad, fue apuñalado y probablemente habría muerto de no ser por la intervención de otro escritor Henry Reese, que también resultó herido.
Es acusado, Hadi Matar, si bien no dijo que su ataque tenga relación con el decreto de Jomeini, ni se probaron hasta el momento conexiones con Irán, manifestó luego del ataque su sentimiento de repudio a Rushdie por “es alguien que atacó al Islam, atacó sus creencias, los sistemas de creencias”.
La vida de Rushdie tiene un antes y un después de 1989, cuando recibió la amenaza. Nadie mejor que él está autorizado a advertir sobre los peligros de cualquier intento de censura, incluso la que se hace en nombre la sensibilidad, la corrección política y la defensa de quienes podrían sentirse vulnerados.
Aunque exista una distancia evidente entre la censura impuesta por el Islam y la que ejercen algunos editores y “lectores sensibles”, resulta evidente que tienen un punto en común. Rushdie, quien sufre hoy las consecuencias de haber sido apuñalado en nombre de los preceptos del Islam así lo advierte.