Cuando ya comenzaban los rumores sobre quién sería el próximo director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM), renunció Elsa Barber, quien fuera su directora desde 2018, luego de la salida anticipada del director designado por el macrismo, Alberto Manguel, y quien acompañó la gestión de Horacio González como subdirectora de la institución.
Aunque la renuncia fue conocida por el personal de la BNMM desde la noche del 6 de enero, la carta mediante la que se dio a conocer públicamente ante los trabajadores de la institución tiene fecha de hoy, 7 de enero. En ella dice Barber: “Estimados, el día 7/01/2020 he presentado mi renuncia como directora de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno a fin de facilitarles a las nuevas autoridades del Ministerio de Cultura de la Nación la designación de mi reemplazo. Ha sido un gusto haber podido trabajar e interactuar con ustedes durante todo este tiempo. Agradezco el acompañamiento recibido primero en mi gestión desde 2007 como subdirectora y luego, desde agosto de 2018, como directora de la biblioteca. Les deseo lo mejor para el año que comienza. Seguramente nos reencontraremos en otros ámbitos. Un gran abrazo y gracias. Elsa Esperanza Barber.”
Los nombres que extraoficialmente suenan para ocupar el puesto dejado por Barber son el de Juan Sasturain, el de Marcelo Figueras y el de José Natason. En segundo plano también figuran el de Gullermo Saccomanno y Alejandro Vaccaro. Todos ellos son escritores a excepción de Natanson que es politólogo.
Ni bien se conoció la renuncia de Barber, el exsecretario de Cultura de la gestión del macrismo, Pablo Avelluto, dijo en su cuenta de Twitter : “Hoy leo con tristeza la noticia de la renuncia de Barber y las acusaciones falsas y canallas que hace un empleado que llama “controles policiales” a dispositivos de control de horario de trabajo cuyo salario pagamos todos los argentinos.”
El nombre de Juan Sasturain propuesto por Carlos Bernateck, ganador del Premio Clarín 2016 por su novela El canario, quien actualmente es el jefe de Relaciones Públicas de la BNMM y que se desempeñó como asesor durante la gestión de González y posiblemente fuera su texto al que se refirió Avelluto. Ese texto, según le aclara Bernatek a Tiempo Argentino, no fue una carta pública, sino “un mail que les envié a escritores amigos y que alcanzó difusión pública sin que yo me lo haya propuesto, pero no me desdigo que lo que dije allí, ni tengo nada que ocultar. Lo que ocurre es que por tratarse de una decisión que atañe a nuestros intereses, tanto los de la Biblioteca como los de los escritores, como de la literatura argentina, yo apelé a mis amigos de la literatura en primer lugar. Creo que es fundamental que al frente de la Biblioteca esté un escritor y si no es un escritor, debería ser alguien vinculado a la cultura desde un punto de vista no tecnocrático, no meritocrático, sino alguien que tuviera un compromiso con lo que significa la Biblioteca.”
Respecto de la posibilidad concreta de que el elegido sea Saturain, dice: “Yo esto no lo hablé directamente con Juan, que es alguien que conozco y a quien estimo mucho, pero hablando con la gente de la Biblioteca que tiene con la institución el mismo compromiso que tengo yo coincidimos en que Juan era un gran candidato. De todos los nombres posibles nos parecía el más oportuno. Esto es algo que surge de abajo hacia arriba, más allá de la decisión que se tome en otra esfera a la que yo no tengo acceso.”
En el mail que se hizo público, Bernatek decía que en la actualidad la BNMM era una suerte de limbo, concepto que desarrolló con mayor amplitud para Tiempo: “La renuncia de Barber es de anoche (6 de enero) de modo que mi mail fue anterior a ella. Lo cierto es que nosotros seguimos en manos de los mismos funcionarios dejados por el macrismo. Nos encontramos en estado de anomia porque no se hace nada y por la situación en que el macrismo deja la Biblioteca que es muy grave por distintas razones. Primero por las obras que hizo el macrismo a través de la gestión de Alberto Manguel como las nuevas oficinas donde se instalaron las direcciones. Las direcciones ya existían y no eran oportunas las obras y sí era oportuno, por ejemplo, terminar con las caídas de mampostería y las goteras. Se gastó en eso y en molinetes para controlar al personal porque se estableció un sistema de control de tipo policial. El público mismo se quejaba de las dificultades que tenía para acceder, cuando antes el acceso era mucho más fluido. Permanentemente fuimos monitoreados por la Secretaría de Modernización a cargo de Andrés Ibarra que mandaba a sus funcionarios a caminar por los pasillos para ver qué hacíamos.”
“El edificio está en estado de abandono –agrega Bernatek-. Los últimos tubos fluorescentes se están instalando en la Biblioteca se compraron durante la gestión de González. Habíamos empezado a cambiar por leds pero ahora hay sectores que están a oscuras. En el auditorio no hay un solo reflector encendido porque no se compran lámparas Otro organismo abandonado fue el Museo del Libro. Lo que paso en la Biblioteca es un reflejo cabal de lo que pasó en el país, con el agravante de que la Cultura desapareció de la Biblioteca Nacional. Nunca más la Biblioteca publicó un libro. Los que todavía se venden son los que se publicaron durante la gestión de González, que fue histórica y que tuvo un centro de publicaciones muy activo que publicó cosas que no aparecían en ninguna editorial. Nunca más la Biblioteca participó de la Feria del Libro y la máquina de los minilibros que se diseñó durante la gestión de González vende los mismos libritos porque nunca más se publicó uno nuevo. En la Biblioteca hubo una sangría de dinero. Manguel gastó como le pareció. En la explanada hay, por ejemplo, una sección encintada para que la gente no pase debido a las caídas de mampostería. Nos morimos de frío todo el invierno porque hay una sola caldera, aunque en el presupuesto que dejó González se contemplaba la compra de otra. El horario se achicó a 8 horas, pero era tal el frío que de hecho se redujeron a 6 porque no se podía permanecer en la Biblioteca que es un edificio de hormigón, un material muy frío. Se trabajaba con campera. ”
«Respecto de la gestión de Barber, dice: “Lo que ella hizo fue hacerse cargo de la retirada de Manguel, quien sólo estuvo dos años. El resto de la gestión estuvo a cargo de Barber. Supongo que ella tendrá su responsabilidad».
Barber fue la primera mujer que asumió como directora de la BNMM. Antes de ocupar allí el cargo de subdirectora fue directora del Departamento de Bibliotecología y Ciencia de la Información de la UBA. Es posible que vuelva a ese ámbito académico luego de su renuncia a la Biblioteca.
Mientras tantos, se espera que Tristán Bauer haga el nombramiento oficial del nuevo director o directora de la institución.